Habías reprimido tus sentimientos durante toda tu vida, sabías que no debías dejar que ganaran.
Ni siquiera por las repentinas palabras qué tú amigo te había soltado.
Para poneros en contexto a Jungkook le habías conocido de pura casualidad, en el trabajo para ser más concretos.
Llegó para cubrir un turno de un colega que se había reportado enfermo y te lo encargaron para que le enseñaras, básicamente su tutora.
Tenían la misma edad y armonizaron de inmediato, su compañía era perfecta, te hacía reír, era responsable y hacía que el trabajo no fuera tan tedioso.
Pensaste que te hubiese gustado que llegara a tu vida mucho antes.
Eventualmente comenzaron a intercambiar mensajes y pasar el rato fuera del trabajo.
Nunca confundiste vuestra relación, hasta cierto día en el que habían decidido ir al cine.
Y en la oscuridad de la sala cuando volteaste a verlo para confirmar que estaba disfrutando de la película.
Quisiste besarlo.
Quisiste besarlo cómo nunca nadie te había besado, querías subirte en su regazo y qué posara toda su atención en ti.
Pero rápidamente volviste a la realidad.
Lo que tenían era muy bueno cómo para qué lo arruinaras por un impulso.
Jungkook nunca te había dado señales para qué pensaras que te veía cómo algo más que una amiga.
Así que hiciste lo que habías hecho siempre.
Te reprimiste.
Cómo tantas veces lo habías hecho.
Era lo mejor que podías hacer.
Te volviste consciente de su completa existencia, de cómo te miraba, cómo te hablaba, cómo tonteaba, cómo te abrazaba de vez en cuando.
Y fue así cómo entre ignorar emociones y acciones.
Habían pasado cuatro años de amistad.
Muchas cosas pasan en cuatro años.
Después de un tiempo lo que creíste que era atracción, desapareció.
Y eso te daba tranquilidad, había una amistad auténtica.
Se habían visto en las peores facetas y sabían que siempre habría una mano esperando al otro lado.
Siempre estaba a un texto de distancia.
Confiaban el uno en el otro ciegamente.
Te lanzarías al vacío si sabías que estaría Jungkook esperándote.
Eso podía ser terrorífico.
Porque si alguna vez te fallaba, te derrumbarrias.
Ya sabías lo que era perder a una pareja.
Pero perder una amistad cómo la que Jungkook te entregaba día a día, sería una puta mierda.
Y te rehusabas a pasar por eso.
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Tu amigo tenía un sólo defecto.
Y era casi el único motivo por el que solían discutir.
Cuándo estaba enrollado con alguien, te dejaba un poco de lado.
