XIX. [Estrategia]

47 7 5
                                    

Camilo

Las cosas estaban mal, ¡Bastante mal! El viento se volvía cada vez más fuerte, más espeso y todo a mi alrededor me estaba enloqueciendo. Pero sabía que no era el único que se sentía así.

Miré a Mirabel.

Su mirada... El dolor que reflejaba me mataba internamente, jamás la había visto de esta manera y sé que todo este dolor y lo que ocurre es mi culpa, mi jodida culpa.

Mi bella prima no paraba de llorar, trataba de cubrirse con el cabello pero era difícil, simplemente ya todos sabíamos de la existencia de esas lágrimas desgarradoras.

Pero Mirabel no era todo el centro del problema, lo éramos nosotros, lo era el pueblo, lo era ese estúpido señor, todo era el mismo problema.

Mi tía Julieta había dejado de abrazar a mi mamá y miró Mirabel, mi tío Agustín tenía la mirada perdida, ¿Desconocerían a su hija? Es absurdo.

La tensión que había entre la familia era bastante intenso, tan fácil de cortar pero tan difícil de eliminar.

Desvíe la mirada para mirar a Emma, su piel pálida estaba tomando otros colores poco agradables y decidí tomar acciones.

- ¡Isabela! - vociferé.

Mi prima simplemente volteó a mirarme, esa mirada de incredulidad y fastidio estaba empezando a hartarme.

- ¡¿Qué quieres?! - espetó con ira hacia mí, por Dios ¿Y esa maldita engreída qué?

Cansado de la situación, decidí tomar cartas en el asunto. Mutando a la forma de Luisa, me acerqué a la tonta de Isabela e hice algo que muchas veces de pequeño deseé hacer, golpearla.

El golpe la impactó tanto haciendo que la fuerza que ella ejercía con su don sobre Emma se soltara.

- Hey, tú! Aléjate de mi Emma, estúpida. - hablé con rudeza.

Isabela me miró sorprendida al igual que el resto de mi familia, el viento empezó a golpear el pueblo con más fuerza, mi madre estaba más que nerviosa, estaba molesta.

- ¿Qué crees que haces, Camilo? - habló mi madre con seriedad, sabía que después de esto iba a tener un castigo, uno enorme.

- Haciendo algo que siempre deseé hacer, poner a la tonta de Isabela en su lugar - respondí molesto.

- Querrás decir poniéndote en contra ¡De tu familia! - El viento cada vez era más fuerte y truenos empezaron a sonar con rudeza sobre el cielo del pueblo, mi familia miraba de manera estupefacta a mi madre y a mí, esta era la segunda pelea más fuerte que tenían los Madrigal, la primera fue entre mi abuela y Mirabel.

- No soy un traicionero, ¡soy un realista! - hablé alzando la voz, haciendo que el semblante de mi madre de pusiera más tenso, esto iba a llegar más de una pelea con palabras - ¿Acaso crees que matando a Emma todo volverá como antes?

- No volverá nada a ser como antes, pero no le quita lo satisfactorio asesinar a una de las causas de nuestros problemas, Isabela, haz lo tuyo - mi madre desprendía vibras de odio y las últimas palabras mencionadas por parte de ella me asustaron.

-¡¿Qué?! - gritamos toda mi familia y yo al unísono al escuchar a mi madre.

- T-tía Pepa, ¿Asesinarla? - habló Isabela asustada.

- Pepi amor, no digamos tonterías cielo, mejor vamos a otro lado. - Mi padre trataba de calmarla como podía.

- No más! No más Pepa calmada, este niño me sacó la paciencia - habló ella alejando a mi padre.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 30, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Más allá de las altas montañas || ENCANTO AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora