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Canción: Rock you like a Hurricane - Scorpions

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Tome asiento en la mesa del bosque esperando que sacara las cosas de su pequeña maleta.

_ ¿me seguirás cobrando tres dólares el gramos? - pregunté.

_ No lo se, depende de ti - yo solo suspire sacando el dinero y dándoselo, no tenía ganas de perder el tiempo, aunque no tuviera a donde ir. - ¿ni siquiera quieres saber que quiero a cambio? -preguntó.

_ no tengo tiempo para bromas, solo dame lo que tengas - dije poniendo las manos en mis bolsillos.

_ intento ser amable contigo, pero me la pones difícil - suspiro frustrado.

_ no te pedí que fueras amable conmigo - le resté importancia. 

_ Si me haces un dibujo, te dejo la mercancía gratis - dijo levantando una ceja, ignorando por completo lo que acababa de decir. 

_ No voy a caer en tus juegos - 

_ No es ningún juego, no tengo ninguna broma preparada- sonrió gracioso- por el momento - 

_ ¿y para que quieres un estúpido dibujo? -

_ no lo se, para ponerlo en mi habitación o quizás para quemarlo en la estufa, depende de como dibujas - levanto una ceja, estaba retándome, sabía como convencerme. 

_ Bien, mas te vale que así sea - saque mi cuaderno de dibujo junto a un lápiz y un borrador. -¿que quieres que dibuje? 

_ A mi - se señalo el mismo con sus pulgares.

_ Yo no dibujo cochinadas - fingí asco.

_ A puesto a que piensas en mi desnudo aunque no lo admitas - Su egocentrismo estaba demasiado en las nubes.

_ Ja! sigue soñando pelos de lampazo - Baje mi mirada hasta la hoja y comencé a trazar algunas líneas.

_ No insultes mi cabello, niñita consentida - dijo entre dientes. 

_ quédate quieto si quieres el puto dibujo - me quejé. Él pareció ceder a mi petición intentando verse enojado. Enfocó su vista en mí y se quedó totalmente inmóvil. 

Su mirada pareció relajarse dándole una apariencia mas tranquila. Lo observaba atentamente mientras trazaba en mi cuaderno. Sus ojos no se separaban de mis movimientos y hasta pude notar un leve brillo en ellos. 

_ tienes los ojos vidriosos de tanto fumar porquerías - bromee. Él no pareció reaccionar solo se me quedó mirando como si no hubiera dicho nada. Decidí quedarme callada por el resto del tiempo. 

Termine el dibujo luego de casi una hora. - aquí tienes - se lo mostré. 

_ ¿Qué carajos? no puedo creer que seas buena en algo - estaba realmente sorprendido.

_ Puedo patearte el trasero en cualquier cosa que hagas - arranqué la hoja del cuaderno y la doblé para dársela. 

_ te lo dejaría, pero no quiero que te manosees con él - refiriéndose al dibujo - o lo pegues en la pared para practicar tus besos.

_ No te besaría ni aunque me pagaran Munson -dije con despreció. 

_ Yo nunca dije nada sobre besarme, me refería al dibujo - levanto ambas cejas y yo solo rodee los ojos. Él tomo el dibujo y me devolvió el dinero junto con una pequeña bolsita. - lamento decepcionarte, pero no follo con niñas de papi. - se puso de pie tomando sus cosas.

_ y yo no follo con frikis adictos - dije molesta poniéndome de pie y tomando mis cosas. 

Nuestra poca calma no duró ni dos segundos, así que solo di unos pasos con mi mochila colgando parando en seco mi paso al darme cuenta del porque estaba tan tarde en el colegio todavía. No sabría donde demonios pasaría la noche y Jason estaba de seguro en casa de Chrissy. 

Saqué un poco de dinero de mi bolsillo contando cuanto tenía, hasta que se me ocurrió a donde podría ir. La casa de Max, Billy de seguro me dejaría quedarme con él, pero no tenía monedas para usar el teléfono público - oye, dame unas monedas - dije dándome la vuelta y caminando de sobre mis pasos. Él me miró confundido. 

_ disculpa, pero no me gusta ayudar a los pordioseros - empezó a caminar para irse, pero yo lo detuve sujetando su chaqueta - 

_ Esto es lo único que te pediré en la vida, de verdad lo necesito - no quería suplicarle, pero estaba oscureciendo y ya no había nadie en los alrededores. 

_ ¿Para que quieres unas putas monedas? - preguntó.

_ Necesito usar el teléfono publico, es urgente - cruce los dedos para que me las diera, pero cuando se tratan de él las cosas son complicadas siempre. 

_ no tengo monedas, ve a tu casa a llamar a alguien - se dio la vuelta empezando a alejarse.

_ pero no puedo ir a casa - solté, él paro su caminata unos segundos. Sabía que no me ayudaría.- mejor me voy, no se por que te pido un puto fav-

_  Ven a mi casa, no vivo lejos de aquí, te dejare usar mi teléfono - me interrumpió. No se dio la vuelta, yo solo podía ver su espalda recubierta por la tela de su arrugado y viejo chaleco. 

_ ¿y como puedo confiar en que harás eso? - pregunté desconfiada.

_ Soy tu única opción estúpida, así que si no quieres quédate aquí y duerme en el bosque - Comenzó a caminar lejos nuevamente y yo corrí para alcanzarle el paso.

_ Bien, pero solo porque necesito usar el teléfono - fingí indiferencia. 



Fate (Eddie Munson) (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora