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-Me arruinas la diversión, ya quiero pelear junto a los chicos de Plagga y Tikki, he leído que son geniales los elegidos de mis papás. -

-Deben serlo para proteger toda la ciudad, pero no hoy amigo. - Apenas terminé de decir eso cuando vi un cúmulo de mariquitas volando por el cielo y luego todo en calma. - ¿Lo ves? Ya ganaron. -

Unos segundos después escuché que tocaban a la puerta, mi kwami se escondió en el segundo piso, fui a abrir y estaba mi hermano sonriendo. - Aquí estabas, te busqué por toda la casa pero desapareciste. -

-Estaba aquí, ¿Tu dónde te metiste? Fui a tu habitación y no había nadie. - mi hermano que ya estaba agitado dirigió su mano a rascarse la nuca, señal de que estaba nervioso. - No mientas Adrien. -

-Bueno yo... Subí tus maletas y sentí un temblor... Regresé a buscarte y fui a la cocina pero no estabas, luego fui al jardín a buscar a papá por si estaba ahí, luego a la oficina de mi guardaespaldas y luego aquí, pensé que te pudiste perder porque bueno fueron tres años sin que estuvieras aquí y se que te pierdes exageradamente fácil hasta que intenté entrar para esperar a que llegaras pero tu puerta estaba cerrada y aquí estás. - Esa risita nadie te la cree Adrien. Pero por una vez voy a dejarlo pasar.

-Entiendo, yo me asusté porque un rayo me iba a dar pero no pasó nada. -

La tarde transcurrió con los dos desempacando cosas mientras que Adrien me contaba de su vida como modelo y estudiante de mil cosas y yo le hablaba de mis pocas amigas del internado que si bien eran pocas, eran geniales.

-Por cierto, creí que hoy tenías una sesión de fotos o algo así y todavía estás aquí, papá va a matarte. - No guardé ropa porque me dieron "instrucciones severas" de no traer ropa conmigo asique ya estábamos tirados en mi cama como los flojos que éramos realmente y comíamos algunas frituras británicas que traía en la maleta.

-No, hubo un akuma cuando llegamos a casa asique la cancelaron. No siempre pasa pero hoy me terminaron dando el día libre para estar contigo. - No entendí por qué pero instintivamente me hice para atrás justo cuando mi hermano me despeinó con su mano. Iba a quejarme pero escuchamos a Nathalie del otro lado de la puerta.

-Chicos su padre está disponible para cenar con ustedes hoy por unos minutos , bajen al comedor por favor. - Asentí algo confundida viendo como mi hermano sonreía descomunalmente mientras los dos arrojábamos las frituras en uno de los cajones de abajo de mi cama.

-Primero tu vuelves, me dan el día libre y ahora papá estará en la cena. Este día no puede ser mejor. - Iba a preguntar a lo que se refería pero ya estaba corriendo de su mano a las escaleras para bajar.

Nos sentamos en una mesa enorme, Adrien en la cabecera y yo junto a él cuando papá salió de la nada, asintió con la cabeza como saludo y se sentó en la otra cabecera. - Buenas noches hijos, lamento no haber ido a recogerte a la estación Emily, estaba en una junta. Espero que Adrien haya puesto en alto el apellido ayudando con tus cosas. - Asentí algo incómoda puesto que esperaba un "Hola hija, perdón por abandonarte en otro país por tres años.

La cena fue algo fría aunque la comida estaba caliente. El ambiente algo tenso, cuando vi a mi hermano solo me miró con un" ya sabes como es el" en los ojos. No pude evitar suspirar cuando el estómago se me cerró y no pude terminar mi plato.

-Mañana iniciarás en la escuela François Dupont con tu hermano. El director se maravilló con tus notas asique aceptó tu entrada tardía. Desconozco si estarás en su salón pero espero pongas el apellido en alto con un comportamiento ejemplar. Nathalie te dejó una mochila preparada con todo lo que necesitarás pero el fin de semana irán a comprar una a tu propio gusto. De igual manera la próxima semana iniciarás con tus clases, esta acompañarás a Adrien a las suyas en todo lo posible. -

-Si padre. - Quería quejarme de su comportamiento. Su máscara social del padre frío pero perfecto se rompía al entrar a casa. En ese momento extrañé demasiado mi realidad, mi papá apenas y me deja utilizar transporte público sola por miedo a que me hagan algo. Lo abrazo seguido, soy su princesa y la segunda en su vida (después de mamá). Era increíble conocer el otro lado de la moneda y tener un padre frío y controlador. Vi que Adrien era feliz con la decisión de papá pero yo no. Solo que tenía miedo de hablar en voz alta. Moví mi plato hacia adelante en silencio y me levanté despacio. - Estoy algo cansada, ire a dormir para estar a tiempo en la escuela. Descansen los dos. - di la media vuelta sintiéndome en automático y subí las escaleras a mi habitación. Llegando me encerré, me lancé a la cama sin cambiarme, saqué mi elefante de peluche de la maleta y lo abracé con fuerza. Volver a Paris era todo lo que había querido los últimos tres años pero las cosas serían muy diferentes sin mamá y con papá siendo así. Mi kwami me abrazó como pudo, comió un poco de frituras y se acostó en una almohada a mi lado.

La chica que shifteo a MiraculousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora