ʟᴏ Qᴜᴇ ᴇʟ ɪɴᴠɪᴇʀɴᴏ ꜱᴇ ʟʟᴇᴠÓ

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•Los capítulos no todos son +18

• Cada capitulo es una historia diferente

• No hay relaciones de una historia con otra y de ser el caso habrá un aviso corto

• Disculpen las faltas de ortografía

Los latidos marcados por la máquina comenzaron a bajar poco a poco, Ran y Rindou estaban a tu lado sosteniendo tus manos con fuerza mientras un par de lágrimas salían de sus ojos pero aún así trataban de mantener la compostura

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Los latidos marcados por la máquina comenzaron a bajar poco a poco, Ran y Rindou estaban a tu lado sosteniendo tus manos con fuerza mientras un par de lágrimas salían de sus ojos pero aún así trataban de mantener la compostura.

- Rin... - lo miraste de reojo y el apenas pudo distinguir a quien llamabas debido a la mascarilla de oxígeno que había en tu rostro.

- Dime. - te observo con una mirada tan melancólica que partía tu corazón.

- Duele... - cerraste los ojos mientras una lágrima salía.

- ¿Dónde duele? ¿Quieres que llame a una enfermera? - a juzgar por su tono de voz parecía preocupado.

- Puedes irte. - habló Ran en voz baja mientras besaba el dorso de tu mano tan pálida.

- ¿Qué... Estás diciendo? - con los ojos bien abiertos Rindou miro a su hermano mayor.

Ambos sabían que tú estado no era el mejor y que claramente no tenías arreglo alguno... La leucemia estaba tan avanzada que las quimioterapias ya no serían de ayuda por lo cual las enfermeras dijeron que lo mejor era dejarte descansar... Tus pobre venas ya no soportaría eso y eran tan difíciles de encontrar.

- Perdón. - Ran cerro sus ojos con fuerza y comenzó a llorar.

Ya no podía ser fuerte, ya no podía soportar el verte en ese estado... Era demasiado difícil para él ver a su amada en una camilla, tan enferma que en cualquier momento podía dejar este mundo terrenal.

- Perdóname... - levantó su vista.

Viste los ojos de Ran hinchados y completamente rojos... Nunca antes, ni cuando eran niños lo habías visto de ese modo.

- No llores por mí. - trataste de sonreír.

- Cambiaría toda mi fortuna porque lograrás estar bien. - musito Rindou y salió de la habitación para calmar el llanto que había en su pecho.

- Ran... ¿Puedo pedirte un favor?

- Dime lo que quieras y lo cumplire por tí. - beso tus dedos.

- Moriré dentro de poco tiempo, eso lo sé. - apenas lograste formar esa frase ya que se te dificultaba.

- No digas eso por favor, no lo hagas. - varias lágrimas salieron de sus ojos y no parecía que se fuera a calmar pronto.

- Cuando muera, quiero que esparzan mis cenizas. - acariciaste su cabeza.

- ... No me pidas hacer algo tan cruel.

- Hazlo. - comenzaste a toser.

El pecho de Rindou dolía al escuchar tus palabras desde la puerta de la habitación.... Sin duda, este era un dolor que nunca habían experimentado.

- Y otra cosa.... Cuando me vaya, quiero que se vuelvan a enamorar en un futuro, quiero que tengan una familia. - tu pecho se agitó con esa frase. - Háganlo por mí.

- ...

- ...

- Por favor. - sonreiste.

En ese momento cerraste los ojos mientras te decidiste recostar en la camilla una vez más, y suejetabas la mano de Ran, el mayor sintió como dejaste de ejercer presión y la máquina que mostraba los signos vitales comenzó a ejercer un sonido.... Un sonido que resonó en su mente y que lo hizo perder la razón.

Solo recuerda vagamente lo ocurrido y era que, Rindou entro a la habitación para verte mientras que Ran sentía como tu mano se estaba comenzando a poner tibia y las enfermeras entraban a la habitación para sacarlos.

Ambos se habían aferrado a tu camilla imposibles de dejarte ir, querían estar contigo aunque tú... ya no estuvieras con ellos.

El día del funeral ambos hicieron un largo recorrido en automóvil y justo cuando llegaron a una playa  durante la estación de invierno, playa en la cuál se habían conocido, Rindou saco una caja negra la cuál sujetaba con guantes como si no se sintiera digno de tocar.

Su hermano mayor abrió esa cajita y al igual que el menor, el también tenía guantes negros para no tocar aquello que era tan preciado para él.

Saco una pequeña bolsita de plástico la cuál contenía un polvo gris claro, retiro la pequeña liga que lo ataba para dejar  que el contenido se fuera en el viento.

- Diviértete ____________. - habló Ran en voz baja mientras miraba como ese polvo se estaban alejando de ellos.

- Cuando hayas terminado de jugar, asegúrate de regresar a casa... Por favor, regresa a casa. - Rindou sintió un nudo en la garganta al decir eso.

Fue así, como su persona amada encontró el descanso entero y ahora podía ser libre para hacer todas esas cosas que durante su enfermedad no pudo.

- Nos veremos en el próximo invierno. - ambos hablaron al mismo tiempo para después abandonar el sitió y regresar a su hogar.

O bueno, el lugar donde vivías debido a que después de tu partida el hogar dejó de sentirse como uno...

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One-Shot || Hermanos HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora