Lo mucho que te amaré

¿Cómo hacer una pregunta sin preguntar lo que realmente quiero saber?

No estaba segura de que la había empujada a hacer lo que tenía decidido hacer, había estado sumamente firme en la idea de que no quería saber lo que le deparaba su futuro, pero en el último tiempo tenía cada vez más curiosidad. Lo había analizado una y otra vez y era probablemente un error, pero ya era una necesidad. Sentía que los eventos tal como se venían dando no era la forma en que debían suceder.

-Harry -lo llamó acercándose a él con cautela en la sala común de Gryffindor. El ojiverde se volteó y le hizo señas para que se sentará junto a él en el sillón frente a la chimenea, aquel lugar prácticamente era suyo, siempre estaba libre para ellos.

-Hola Herm -la saludó mientras la veía acomodarse en el lugar libre del sillón-. ¿Está todo bien?

-Sisi -le aseguró. Había tenido esa conversación ciento de veces en su cabeza-. Tengo que pedirte un favor -él asintió y se giró hacia ella en señal de que tenía su completa atención-. ¿Podrías prestarme el mapa del merodeador? -Harry la miró con curiosidad.

-Claro... ¿Puedo preguntar para qué? -Hermione jugo con su cabello, Harry sabía que eso era una señal de inquietud-. Puedes confiar en mi -le recordó.

-Lo se -aseguró ella- Es que... Quiero encontrar alguien... necesito hablar de algo importante y... -Sabía que Harry siempre la apoyaría en lo que sea, pero respecto a lo que era relacionado con Malfoy era un poco sensible.

- ¿Quieres encontrar a Malfoy verdad? -Si había una persona en el mundo que sabía leer a Hermione, esa era Harry. Ella asintió quedadamente-. Te voy a ser honesto, me da muy mala espina que te relaciones con él, sé que Dumbledore dijo que podíamos confiar en él, pero es un mortifago y simplemente no puedo confiar en él.

-No estoy cien por ciento segura, pero creo que sí, que es un mortifago -le dijo con sinceridad, no quería mentirle a su mejor amigo-. Pero, de todas maneras, creo que podemos confiar en él. Después de todo quiere lo mismo que nosotros -Harry la miró con curiosidad y un poco escéptico-. No puedo explicarlo, debes confiar en mí, pero Malfoy no es la persona que creemos.

-Confió en vos, te confiaría mi vida y mi destino -Hermione lo abrazó. Harry podría tener muchos defectos, pero era el tipo de amigo que todos desearían tener.

-Puedes hablarlo con Dumbledore, si es que ya no lo hiciste -agregó al notar el gesto culpable- habría hecho lo mismo -le aseguró con una sonrisa.

-Me dijo que es peligroso que muchos sepan sobre lo que ustedes investigan, y que hay cosas que pueden parecer sospechosas pero que debó confiar en él y en tu criterio.

-Supongo que en su momento podre decirte la verdad, pero en este momento no puedo decirte. Malfoy quiere a Voldemort muerto tanto como nosotros, aunque las cosas que lo motiven sean otras -Harry asintió, si ella le decía que el cielo era verde le creería, hasta si le decía que Voldemort era bueno creería en sus palabras. Siempre.

-Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea -le dijo sacando el mapa de uno de sus bolsillos- juro solemnemente que mis intenciones no son buenas -dijo apuntando al pergamino con su varita-. Veamos.

Hermione y Harry juntaron su cabeza y comenzaron a buscar el nombre del rubio por el mapa de la escuela. Draco Malfoy en ese momento no aparecía por ningún lado en ese momento, lo que significaba o bien que no estaba en el castillo o estaba en la sala de los menesteres.

-Gracias Harry en serio -le dijo con una sonrisa cariñosa.

-Ten cuidado -le pidió mirándola fijamente- y por favor no olvides que puedes pedir mi ayuda cuando la necesites. Puedo estar para vos de la misma forma que siempre estas para mi -. Ella volvió a sonreír y le dio un corto abrazó.