¿No te molesta que sea yo?

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-Mis ojos me engañan -dijo una voz masculina a solo unos pasos de ella, antes de abrir los ojos sabía quien era, podía reconocer ese ridículo acento en cualquier parte del mundo, lo había escuchado durante los últimos seis años de su vida refiriéndose a ella de manera despectiva, que era en el momento que más marcado se notaba, si es que eso era posible. Abrió los ojos y desde su posición en el pasto totalmente acostada a unos metros del lago negro miró hacia arriba encontrándose con la mirada burlona de esos ojos grises que últimamente tanto se había preocupado por analizar- Hermione Granger está holgazaneando, no pensé que estaría vivo para ver esto -continuó burlándose inclinando un poco la cabeza hacia abajo para verla directamente.

-En realidad... -dijo ella sin inmutarse- no lo estaba, estaba memorizando unas tablas de aritmancia, pero si lo estuviera haciendo no recordaba que tuviera que pedirte permiso -él largo aire por la nariz conteniendo una carcajada. Claro que ella estaba memorizando una tabla de aritmancia acostada en el pasto cuando parecía dormir plácidamente.

-No ahora, pero en unos años quizás si -la pinchó, claramente Hermione Granger no era una persona que sirviera para pedir permiso de cualquier cosa, mucho menos a su esposo, aunque él podría estar encantado de darle algunas ordenes en momentos muy específicos. La miró achinar los ojos con ira contenida. Era claramente una broma, pero eso ella no lo sabía.

- ¿Qué quieres? -dijo sentándose finalmente, él la analizó durante unos segundos.

-En realidad... -comenzó antes de sentarse frente a ella- me estas esquivando Granger -afirmó. Ella se sonrojo levemente y negó con la cabeza.

-No, por si no te has dado cuenta nunca fuimos muy propensos al dialogo -Draco largo una carcajada.

-De hecho, no -asintió-. Pero no es a lo que me estoy refiriendo -ella lo miró con genuina curiosidad-. ¿Realmente Granger crees que no me había dado cuenta que me habías estado asechando? -ella abrió y cerro la boca varias veces buscando las palabras correctas, quería defenderse (aunque de hecho era lo que había estado haciendo) y burlarse de él por pensar que ella estaría interesada en él, pero luego recordó que evidentemente en un futuro eso pasaría, y luego volvió a recordar que en realidad desde hace un tiempo ella tenía un genuino interés por ese rubio sentado frente a ella y no sabía que la mortifico más que le interesara o que él lo supiera.

-Bueno Granger resulta que tiene la sutileza de un erumpent y no estabas siendo particularmente disimulada, además te encontré dos veces siguiéndome -le indicó. Ella apretó los labios con molestia- y ahora de repente cuando me ves corres la vista o te vas cuando llego -Hermione lo miró con curiosidad, parecía como si el hecho de que ella lo esquivara realmente lo afectará. Desde que habían tenido ese encuentro (que ella buscó) afuera de la sala de los menesteres, ella había de una manera no tan voluntaria estando tratando evadir al Slytherin. Cuando se daba cuenta que se le había quedado mirando preguntándose cosas sobre él o lo que él había dicho corría la vista y fingía como si nunca hubiera pasado, también había notado que cuando él entraba a espacios en común ella se iba casi al instante siguiente. No estaba muy segura de porque lo hacía, y lo había estado analizando con profundidad, pero de repente su presencia le era agobiante, había odiado ese chiquillo malcriado e insoportable por muchos años, había creídos que era un maldito sin escrúpulos la misma cantidad de tiempo, sentía que se fallaba así misma solo con pensar si quiera que él la atraía, había estado pensado mucho en eso: el era atractivo, inteligente y parecía a grandes rasgos un buen partido, era lo obvio no lo podía negar, pero todo lo otro lo había hecho que fuera inconcebible si quiera que pudiera mirarlo, pero lo había mirado y terminó descubriendo que no era tan malo, pero se podría haber mantenido en solo una necesidad de descubrir quien era realmente y dejarlo en algo platónico, era algo que nunca podría ser. Pero él había llegado y le había dicho que en el futuro ellos estarían juntos y de repente la idea la aterraba por todo lo que tendrían que soportar por estar juntos. Y sobre todo porque no podía dejar de pensar que era una locura y no tenía ni un poco de sentido.

Lo mucho que te amaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora