Lo mucho que te amaré

¿Qué clase de relación se supone que tienen?

Pansy se consideraba una chica astuta, manipuladora, podría decirse, jamás dejaba que sus emociones la dominarán, siempre tenían plan A, B, C y hasta el Z si era necesario. Pero desde que lo había visto por primera vez todas sus estructuras se habían desmoronado.

Charlie Weasley había entrado a su oficina en el ministerio con su al menos metro ochenta, ocupando un importante espacio físico por el tamaño de su cuerpo, el pelirrojo tenía los músculos tan desarrollados que Pansy pensó que debía ser ilegal. No sabía si su piel estaba bronceada o sus muchas pecas le daban ese particular tono y su ropa, nunca habría imaginado a un brujo usando esa ropa en el ministerio. Tenía un pantalón cargo con un montón de bolsillos, ¿por qué alguien haría un pantalón tan feo? Y su remera negra era demasiado muggle para su gusto y apretada, pero eso no estaba tan mal, se dijo.

Sabía quien era, lo había estado esperando para una reunión y además era un Weasley, eran fáciles de reconocer. Aunque en realidad nunca en su vida lo había visto.

-Buenas tardes señora -Pansy frunció el ceño.

- ¿Cómo señora? -casi exclamó interrumpiendo lo que el pelirrojo intentara decirle. Este la miró divertido.

-Disculpa en Rumania se acostumbra llamar señoras a todas las mujeres hermosas -sabía que era una estupidez, que era el peor intento de piropo que había escuchado en su vida y había escuchado muchos, pero no pudo evitar sonreírle coqueta.

-Lo supuse -dijo finalmente- toma asiento por favor -le indico señalando la silla frente a ella. El joven asintió y le sonrió.

No estaba segura si alguna vez en su vida había visto una sonrisa tan agradable en su vida, era sincera y carismática. El segundo de los Weasley tenía las sonrisa mas blanca y linda que hubiera visto jamás.

Él había comenzado a hablar, algo de un nido de Hebridos negros en zona de muggles y un posible traslado a Rumania cuando nacieran, pero Pansy se había perdido en los ojos del chico, ¿podían ser más celestes?

Para cuando el chico salió de allí asegurándole que se verían pronto Pansy podía asegurar algo Charlie Weasley era su crush. Casi corrió hacia la oficina de Hermione a preguntarle todo sobre él.

-Deberías venir al almuerzo del domingo en la madriguera -le dijo después de un par de preguntas, como si supiera lo que estaba pasando por su cabeza. Claro que sabía, esa chica siempre se daba cuenta de todo.

Sonrió frente al espejo al recordar aquel día, nunca se había sentido tanto una tonta enamoradiza como cuando estaba con él. Charlie le podría pedir el universo y ella se lo daría. Rio. ¿Por qué tenía que ser tan intensa? Ah cierto, Slytherin.

Salió de su casa totalmente arreglada, como Charlie le había pedido, el joven era más bien sencillo y ella había encontrado relajante poder ser ella misma con él y no tener que siempre estar aparentando, si quería con él podía ponerse una bolsa de papas y estaría bien.

-Estas Wow -le dijo al verla, Pansy se había puesto un vestido negro con tiras gruesas que iban hacías sus brazos, era al cuerpo realzando sus curvas y tenía un sutil pero delicado tajo en la pierna derecha.

-Tampoco estas mal -tenía que admitir que el chico se había esforzado, tenía un pantalón de vestir y una camisa blanca con los primeros botones abiertos y un saco bastante sport para su gusto, pero que le marcaban los hombros de manera muy favorecedora.

-No sé cómo logre conquistarte -le dijo él antes de darle un beso en los labios sosteniéndola por las caderas. Él también era un tonto enamorado.

-En realidad yo te conquiste a vos -se jacto. Pansy no estaba acostumbrada a no tener todo lo que quisiera por eso cuando tuvo ese flechazo por el chico no dudo en ir por él. Charlie no era lo que ella esperaba, pensó que sería un tonto, estirado como alguno de los Weasley que conocía, pero era divertido y simpático. George y Fred solían recordarle que el gen bueno no alcanzo para todos por lo que Percy y Ron eran los menos agraciados de la familia. En realidad, Percy era muy inteligente, pero era un imbécil y Ron, bueno, era Ron, había aprendido a sobre llevar su presencia por Hermione, pero no podía esperar más de ella en ese aspecto.