-10- Confesiones

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12:02 PM

PHILIPPE

Las doce de la mañana era nuestra hora de estar en el patio, estaba con Nacho, Ámbar estaba en la celda y me sonaba que Noah había ido con Christian. Los dos estábamos sentados en las gradas mirando a la nada, así que decidimos ponernos a hablar

—Bueno, y tú qué Nacho... ¿Algo que contar?

—Nada en verdad, mi vida por ahora es muy aburrida.

—¿Seguro? De aquí no va a salir nada.

—Bueno... A ver hay una cosa pero no sé si contarla, es que tampoco quiero que lo acabe sabiendo todo el mundo.

—¿Lo sabe alguien ya?

—No.

—¿Es algo sobre ti?

—Sí.

—Pues lo que te he dicho, de aquí no va a salir absolutamente nada. 

—A ver pues que la chica esta, del pelo rizado y negro...

—¿Ámbar?

—Sí, esa...

—¿Qué pasa con ella?

—Pues... uf, qué difícil se me hace joder. Pues, que... me gusta.

Me esperaba cualquier otra cosa menos eso. Lo pensé y no me había dado cuenta, y eso que era muy bueno para captar las emociones de la gente y analizando su comportamiento. No pegaban mucho, uno era rubio y la otra morena, Nacho tenía el pelo liso y Ámbar rizado, Nacho era bajo y Ámbar era alta, la forma de vestir tampoco era la misma... No pegaban, y si pegaban era estando separados.

—¡Qué dices! Pues no lo había pensado, pero la verdad que pegáis.

Le dije eso para que los ánimos de Nacho no decayeran por el suelo y que tuviera un hilo de esperanza. 

—¿Tú crees, que yo algún día, puedo tener algo con ella?

—Pues conozco a Ámbar desde que estoy aquí, y nunca la he visto en una relación con nadie, solo me habló una vez de un chico que le gustaba y salió a las dos semanas de decírmelo. Yo, pensando en ella a fondo, no sabría decirte si le hace falta una relación con nadie, pero que no sea por que no lo intentes. 

—A mí, yo siento que sí me hace falta, estoy hasta las narices de estar solo la verdad. No solo como persona, porque ya sabes que tengo amigos, estás tú, Christian, Noah... Pero yo me refiero a una relación sentimental, a estar con alguien que me guste de verdad y yo a ella. 

—Sí, te entiendo perfectamente. Habla, extereoriza con ella, que no te lo impida nada ni nadie chaval.

—Exacto, en caso de que en algún momento yo esté con ella lo quiero intentar de verdad, con todas las de perder y con todas las de ganar. Ahora si quieres te puedes reír.

—No, de verdad que está muy bien pensarlo así, es como muchas personas deberían pensar las cosas antes de hacerlas, yo, por ejemplo. 

—¿Todo bien Philippe?

—Sí.

—¿De verdad?

—Sí, no te preocupes.

—Una cosa, tú que eres amigo de Ámbar, ¿te ha dicho cómo le gustan los chicos? Me refiero, ¿crees que yo le puedo gustar por cómo soy?

—Pues la verdad, yo creo que sí podrías gustarle. A Ámbar le gustan los chicos guapos, fuertes, con ropa oscura, varoniles, que huelan bien, algo a lo que da mucha importancia también es a su personalidad, le gustan los chicos del siglo veintiuno. Esto es, no homófobos, no machistas, no carcas... que tengan sus amigos, sus hobbies y su propio tiempo libre, que no sean tóxicos y que no la agobien, ya sabes. Pero sobre todo, a Ámbar lo que más le llama la atención en un chico es la inteligencia. Le pone y le gusta muchísimo que le hablen de cosas que no sabe, lo admira demasiado y lo sabe valorar en alguien. Pero te aconsejo algo, si no quieres darte la ostia, empieza acercándote a ella, que note todo lo que te he dicho, tiene que darse cuenta de que tienes lo que le gusta en un hombre, pero también, aunque no lo parezca, es importante que muestres defectos, será ahí cuando ella decida y cuando tú tengas todas las de ganar y las de perder. Si sigues las pautas que te he dado lo más probable es que salgas victorioso, pero ya sabes, no te hagas ilusiones porque en caso de haberla, la ostia es mucho peor.

Philippe Y Noah - Desquiciados 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora