-13- Una Visita Necesaria

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22/03/2022                                                                                                                                                    08:30 AM

PHILIPPE

El comedor estaba repleto de gente, como todos los días, y desayunar en una sala mal oliente, acalorada y ruidosa era el inicio de todas mis mañanas, aunque ya estaba acostumbrado. La carta que le iba a enviar a Sam estaba escrita y escondida, solo tenía que tener paciencia. 

Una melodía nueva sonó por los altavoces. Era la señal de que faltaban cinco minutos para el inicio de las clases y de que teníamos que recoger el desayuno, e ir a las celdas a por los libros, los estuches y todo el material. Al tener siempre la misma rutina, no hacía falta un sonido de estación de metro para recordarte lo que tienes que hacer. Con Ámbar me dirigí a la celda y cogí la mochila, en la que estaban los libros, los cuadernos y siete bolas de heroína que iba a darle a un chico que me las había pedido. Si Juan Carlos y Héctor se enteraban de que dentro de ese nido de escoria social que era el reformatorio manejaba drogas, iba a necesitar un guardaespaldas las veinticuatro horas del día, ya que ellos, son de los Nunier. Pensándolo fríamente, yo era una de las pocas personas que estaba faltando al respeto a los Nunier, ya que las cosas andaban calmadas y era yo quien tenía el poder de hacerlas muy difíciles. Pero para que esa información llegara a esos dos chicos, era necesario que se pasaran varias cosas, entre ellas los chivatazos de al menos seis personas.

Caminé hasta llegar a las distintas aulas que había y entré a mi aula, solo deseaba que terminara ya esa clase y la siguiente para poder salir al patio, aunque realmente eran dos clases en una, porque las dos primeras horas de ese día eran dos horas de lengua, traduciendo, era el mismísimo infierno. Llegué, dejé la mochila en el suelo junto a la mesa, abrí la silla, me senté y me arrimé. Flexioné los brazos en la mesa y entre ellos puse la cabeza, quería dormir por dos motivos. El primero era porque tenía sueño, y el segundo porque de esa forma el tiempo pasaría más rápido y no se me haría tan larga la espera de Sam. Fueron dos horas eternas de latín y literatura en las que no hice más que dormir con los cascos puestos escuchando música. Mientras me explicaban quién fue Jorge Manrique y lo que era La Picaresca y el Lazarillo de Tormes escuchaba una canción que me gustaba mucho, que me hacía pensar y me recordaba a Sam, se titulaba Shars 2020, de Al Safir. La canción la descubrí hace unos dos o tres meses y ahora estoy enganchado a ella como no lo he estado antes con ningún otro tema.

Me tratan distinto como si no fuese el de antes

Yo sé quién tengo al la'o por mil mensajes que me manden

Entre lo bueno y lo malo, entre mis dos partes

No sé si lo hago bien, sé que lo hago a lo grande

Ni casa ni cama, ni dinero ni fama

Ni tu piba ni otra vida ni oro puro en la tana

Que yo también sé de penas que se hacen dramas

Así que me fumo otro porro, y hasta mañana

La canción estaba en mi lista de favoritas y esta última parte me representaba mucho. Siempre he sabido quien tengo a mi lado realmente, y siempre he hecho las cosas a lo grande, sin pensármelo dos veces. Cuando me di cuenta de que de fondo ya no había apenas ruido, levanté la cabeza. Luis, mi profesor de lengua, un señor bajito de pelo canoso y rizado, estaba de pie frente a mi mesa mirándome de la manera más seria que me podía mirar. Cuando lo vi, me quité los cascos.

—¿Te parece normal estar con la música y que tus compañeros estén explicando?—, me preguntó. Ese tipo de preguntas de profesor estaban bien para niños de sexto de primaria, pero lo que es a mí, ya me hacía hasta gracia.

Philippe Y Noah - Desquiciados 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora