Imposible

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Rafe:
Ya eran las diez y tenía que ir a por Iona, me subí en el coche y fui a por ella. Llegué a su casa y vi a los pogues por ahí corriendo, eso fue algo que me enfadó bastante pero decidí ignoralo hoy tenía algo más importante, Iona. Llamé a la puerta y ahí salió como siempre guapísima y caliente.

-¿Ese vestido te lo has puesto por mi?- le pregunté burlándome y fui a darle dos besos
-No, es que el cliente que tengo después le encanta arrancarme este vestido- me contestó y me hizo una cobra subiéndose al coche
-Derrochas simpatía- le dije- eres un amor
-Ya lo sé, me lo dicen muy a menudo- dijo retocandose los labios en el espejo del coche
-Bueno pues, ¿a dónde quieres ir?- le pregunté
-¡Ah! ¿que no sabes que vamos a hacer?- se empezó a reír
-Exactamente no, porque a mí me da igual a donde quieras ir- le contesté- aunque con esas pintas yo te llevaría a mi cama o  un puticlub
-La segunda opción me gusta más- comentó- bueno pues vamos a la playa, ¿no?

Conduje hasta una playa lejana, ahí nos sentamos y lié un porro para los dos.

-Mejor cena imposible- dijo ella- ¿A quién no le apetece un porro a las diez?
-Hombre también te puedo ofrecer cocaína- le dije
-Bueno vamos a dejarlo así- me contestó

Iona:
Comenzamos a hablar de todo un poco y Rafe se abrió contándome el problema que tuvo con su padre. A mi no me quedo muy claro pero no quise insistir más por lo que dejé el tema en el aire. Cuando quisimos mirar la hora eran las dos de la mañana.

-Yo creo que ya es hora para irse- dijo Rafe
-Pues vamonos- le contesté

Nos subimos al coche y Rafe arrancó. En medio del camino me puso la mano en el muslo y comenzó a subirla. Una parte de mi lo quería parar pero otra lo deseaba. Eran las dos de la mañana y decidí dejarme llevar, así que deje que subiese la mano hasta mi coño.

-¡Uy! Pues si hoy no estás modo puta estirada- dijo riendo
-Rafe no me hagas arrepentirme- le contesté

Rafe comenzó a jugar con mi tanga pero nunca llegó a meterme ningún dedo. Fue algo que me decepcionó pero no le di importancia. Llegamos a mi casa y me acompañó a la puerta.

-Creo que me debes algo- me dijo
-¿Qué coño quieres ahora?- le pregunté porque sabía perfectamente la respuesta
-Creo que me debes una mamada- me dijo guiñándome el ojo
-Pues va a ser que no, lo siento- le dije y sentí como Rafe me agarró de los hombros y me acercó a él
-Vamos a hacer una cosa, ¿vale?- comentó- Te vas a portar bien y me vas a hacer caso, luego ya opinas lo que quieras
-Estás loco- le contesté
-Loco por ti- me susurró al oído y comenzamos a besarnos apasionadamente.

Abrí la puerta de mi casa, y no dejamos de besarnos. Me tiró al sofá y comenzó a quitarme el vestido. Cogió unos de mis pechos y empezó a hacer círculos lentos mientras que me besaba el cuello. Ahora mismo me sentía en el cielo, le agarre del pelo y lo acerqué más a mí. Rafe comenzó a reírse y me mordió el labio.

-¿Qué es lo que quieres?- me preguntó haciéndose el tonto
-¿En?- le respondín siguiendo besando su cuello
-Dime lo que quieres y te lo daré- me dijo
-Déjate de juegos- contesté- Si eres tú el que está deseando- dije mirando a su erección
-Que zorra eres- me respondió y me besó

Me quitó el tanga y me metió dos de sus dedos. Rafe sabía lo que hacía, sabía donde complacía más. Mientras empezó a besarme los pechos, yo estaba a punto del orgasmo cuando Rafe paró.

-¿Ahora quién es la que tiene ganas?- dijo riendo y levantándose
-Vamos Rafe- le contesté agarrándole el brazo y acercándole a mí

Infierno-Rafe Cameron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora