Oscuridad

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Iona:
Llegué a casa de la fiesta y al mirarme al espejo solo pude ver las marcas en el cuello que me dejó Rafe. Comencé a llorar silenciosamente, me sí cuenta de que me hiciese lo que me hiciese yo siempre lo seguiría amando. Me quedé dormida llorando y cuando me desperté me tapé las marcas con maquillaje, se seguían viendo pero ya no tanto. Hoy tenía que ir a ver a mi padre a prisión y después comprar algunas cosas.
Me vestí y fui a coger el ferri para ir a la cárcel. Me tapé la cabeza con un pañuelo así no se me vería el cuello. Me monté en el barco y noté las miradas de todos sobre mí, eso me incómodo bastante y me puse al lado de una señora mayor.
Llegué a la ciudad y me dirigí a la prisión. Una vez ahí comenzaron a revisarme por si tenía algo.

-Oye guapa cuando quieras quedamos para tomar algo- me dijo un guardia
-Stronzo- le escupí y me fui
-Me encanta que te hagas la difícil- me dijo gritando

Una vez llegué, trajeron a mi padre. Lo venía a ver una vez cada dos meses, me daba pena pero en parte se lo merecía.

-Ciao amore, ¿cómo estás?- me preguntó
-Bien papá, ¿y tú?- le respondí
-No me puedo quejar- se rió- Necesito tu ayuda
-¿Qué necesitas?- le dije intrigada
-Tienes que ir a hablar con mi abogado y dile que me venga a hacer una visita, tengo que hablar con él, ¿vale mi niña?- me dijo
-Vale, pero ¿dónde vive?- le pregunté
-Apunta la dirección que te voy a decir- me dijo una dirección- Te noto triste, ¿pasa algo?
-Te echo de menos- dije medio llorando
-Tranquila amore mio, ya pronto estaremos juntos otra vez y nos iremos a Italia con el resto de la familia, ahí seguro que te encuentras mejor- me tranquilizó
-Quedan 2 minutos- dijo un guardia
-Te espero dentro de dos meses o antes si todo sale bien- me dijo mi padre lanzándome un beso y yo le lancé otro

Salí de prisión y me volvieron a hacer el registro, luego volví a Outer Banks y fui a comprar algo de comida, aunque yo no comía mucho a decir verdad. Cuando iba andando podía escuchar los comentarios de la mayoría de las personas: las mujeres mayores, las jóvenes, los albañiles, los pescaderos, los mecánicos, los comerciantes... Ya era algo rutinario pero no me gustaba nada, no me gustaba que las mujeres me mirasen con esa cara de odio y me dijesen puta y me maldicieran, tampoco me gustaba que los hombres me mirasen como un trozo de carne, algo que desean, era repugnante. Fui a comprar algo de fruta y agua cuando me paró JJ.

-IONA, IONA- gritó y todo el mundo se paró a vernos
-Creo que tenemos espectadores- le dije riéndome
-Perdón por no saludarte ayer, es que te veía algo triste y quería preguntarte pero fui tonto y no lo hice- dijo dándose una palmada en la frente
-Vale JJ- le respondí riéndome- No pasa nada, sé que a tu amiga Kiara no le caigo bien pero no importa ya estoy acostumbrada
-Para que nos vamos a mentir- dijo arrascandose la nuca- Pero diga ella lo que diga yo siempre te tendré aprecio- me dió un beso en la mano y se fue

JJ lo conocía desde siempre, era mi vecino de enfrente y siempre nos habíamos llevado bien aunque yo fuese un año más grande que él. Pero cuando me fui con los kooks a vivir perdimos relación. Una vez que llegué a mi casa y recogí la compra, me dirigí a la casa del abogado. Estaba en la zona kook y cuando llegué pude ver la casa de los Cameron enfrente. Vi a Rafe, él me estaba mirando pero no me dijo nada. Llamé a la puerta y ahí apareció el señor Rizzi, el abogado de mi padre e italiano también. Era un señor de unos 54 años, gordo, bajo, con poco pelo y un bigote muy gracioso.

-Hola Iona, que grande estás, ¿cuántos años tienes ya?- me dijo, hacía ya años que no lo veía, a decir verdad desde que entraron a mi padre en prisión
-Cumplí los 18 en junio- le contesté y me dio dos besos
-Estas hecha ya una mujer, ¿no tendrás novio?- me siguió preguntando
-No, eh, quería decirle que mi padre me ha dicho que le quiere ver para hablar unos asustos con usted- le comenté
-¡Ah! cierto, mañana me pasaré a verle- me respondió- ¿Quieres quedarte a comer?
-No hace falta gracias- rechacé con amabilidad
-Venga mujer, hazme ese favor. Además quiero hablar contigo los asuntos con tu padre- me comentó
-Bueno vale- acabé ridiendome
-Vale pues vamos a la mesa- andó hacia el comedor y me despegó la silla de la mesa. Llamó a las criadas y nos pusieron la mesa- Pues quiero decirte que estamos muy cerca de que tú padre salga de la cárcel antes de septiembre, solo hay un problema
-¿Cuál?- pregunté preocupada
-Que como tú padre le bloquearon las cuentas del banco, lleva 4 meses sin pagarme y yo gratis no trabajo- me informó
-¿Cuánto dinero sería?- pregunté
-Pues unos 500€- me dijo
-Vale, pasese usted esta noche por mi casa y los tendrá- le respondí, yo tenía ahorrado 300€, me quedaban 200€, hoy iba a trabajar pediría un anticipo y solucionado

Infierno-Rafe Cameron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora