Me gustas -Renga-

VI

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—¿Entonces no necesito golpear al idiota?

Miya no pudo quedarse con la duda y terminó preguntándole a Langa todo lo que había pasado después de que todos separaron su camino, por supuesto que Langa no se negó en contarle, después de todo Miya le estaba ayudando en su problema, aunque claro, evitó algunas partes, como por ejemplo: sus inseguridades. Las cosas habían salido mucho mejor de lo que pensaron, lo cual era un gran alivio para ambos, sin evitarlo la charla se alargó más de lo esperado y lo que empezó como chisme e intentos de consejos amorosos, terminó en una platica de si los perros o los gatos, en un hipotético caso, dominarían el mundo.

Ese día tenían planeado salir nuevamente juntos, solo que esta vez no irían Kaoru ni Kojiro, por lo que Langa y Miya se pusieron de acuerdo para llegar primero y hablar un poco, más que nada darle ánimos a Langa. Miya no era especialmente bueno en ello, pero hacía su más grande intento para que las cosas salieran bien y no terminara deprimiéndolo más. Al cabo de un rato el celular de Langa comenzó a sonar, en la pantalla se veía el nombre de Reki.

—Reki —Habló Langa un vez respondió la llamada, colocándola en altavoz para que Miya también escuchara.

—¡Langa! —Gritó Reki. El sonido del viento se escuchaba fuertemente al igual que algunas personas más de fondo quejándose y luego al pelirrojo pidiendo perdón, seguramente Reki había perturbado la paz de esas personas sin la intención de hacerlo.

—¿Slime, dónde estas? —Preguntó Miya, el ajetreo al otro lado de la línea era muy persistente, sacando el lado curioso que tenía de nacimiento —Llegas tarde.

—¡Miya! —Gritó esta vez —Lo siento, me quedé dormido —Soltó un suspiro apenas el ruido de fondo se había convertido en solo viento —Estoy en camino.

—¿Qué fue todo ese ruido? —Estaba un poco preocupado, es inevitable para Langa no estarlo, Reki era bueno para meterse en problemas, lo cual hasta cierto punto era preocupante porque era capaz de meterse en grandes problemas, no unos pequeños que se solucionan fácil.

—Estoy en el skate y había muchas personas.

—¡¿Estás andando en el skate mientras hablas por teléfono?!, ¡¿Te quieres morir o qué pedazo de bobo?! —Miya estaba exaltado por la imprudencia de su amigo, que fuera por una calle muy transitada en skate ya era peligro, podía chocar con alguien y salir volando de su skate además de ocasionarle algún daño a la pobre victima, pero que encima fuera hablando por teléfono era mucho peor, no solo estaba con muchos obstáculos sino que tampoco iba totalmente concentrado.

—Lo siento, es que les quería avisar que ya iba, además solo estoy andando, no haciendo trucos —Se excusó antes de que nuevamente se escuchara una queja y una disculpa por parte de Reki.

—Si llegaras a tiempo no pasaría nada de esto —Regañó Miya, totalmente molesto —¿Qué es eso de quedarte dormido cuando tienes algo que hacer?

—Ya, ya, estoy llegando. Estoy justo a la vuelta.

—Vas a tener que explicar todo —Advirtió antes de cortar la llamada, dejando a Reki con las palabras en la boca.

—¡Miya! —Reclamó Langa, ya que no pudo hablar mucho con Reki, casi toda la conversación se mantuvo solo escuchando y no pudo decir nada.

—Calla que lo vas a ver dentro de nada —Junto a sus palabras, la imagen de un desordenado pelirrojo se aproximaba a ellos, y aunque Langa quiso ir corriendo a su encuentro, ambos se quedaron donde estaban, Langa más obligado por Miya que por querer.