Me gustas -Renga-

VII

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Últimamente estaba teniendo problemas para entenderse a sí mismo y a sus sentimientos. Le gustaba Jin, eso era seguro, pero con ella no era capaz de liberarse totalmente, no era él mismo. Sabía que la razón era simple, estaba tan empeñado en gustarle que simplemente se volvía lo que Jin quería que fuera, Reki dejaba de ser Reki solo para gustarle a alguien. Eso no estaba bien y tampoco le hacía sentir cómodo. La chica era muy linda y eso era lo que le motivaba principalmente y su personalidad tampoco estaba mal, era una chica alegre, competitiva y con energía, básicamente como él. Sin embargo eso parecía estar siendo mucho y también volviéndose un problema.

No le molestaba convivir con ella, le agradaba, pero no sabía si podría tenerla todo el tiempo al lado. Reki era una persona a la que le gustaba hablar, sobre todo si los temas eran algo que le interesara muy profundamente, pero este hecho también era compartido con Jin, por lo que ninguno de los dos podía extenderse en su hablar, no se quedaban satisfechos y tampoco querían hostigar al otro, incluso si era un tema compartido ninguno tenía la paciencia para esperar por mucho tiempo a que el otro terminara por fin de decir todo lo que le llegaba a la cabeza. Esa era una de las muchas fallas que encontraba en su conexión y sin embargo la falta de comunicación no era la más preocupante, sino que a Jin no le gustaba mucho el skate, lo hacía por mero hobby cuando estaba muy aburrida, es por eso que no asistía a las carreras de S constantemente a menos que estuviera totalmente decidida a participar y además no lo practicaba mucho fuera de ese escenario. Era buena solo porque al principio le puso mucho empeño, pero actualmente ya no era algo que le emocionara como lo hacía antes.

Era molesto, porque Jin realmente le gustaba, pero no lograba enamorarse de ella. Tenía su encanto, pero no era suficiente y a pesar de saberlo se negaba a aceptar que nunca podría tener algo con ella, no por no ser correspondido sino porque él mismo no estaba totalmente seguro de quererlo.

Incluso Langa le hacia sentir mejor. El canadiense no hablaba mucho, por lo que Reki podía extenderse todo lo que quisiera, pues a Langa realmente no le importaba, prefería que los huecos silencioso fueran llenados por Reki y el pelirrojo no podía estar más feliz por esto. Además, Langa ama el skateboard tanto como Reki o, sorprendentemente, incluso más que el propio pelirrojo, era competitivo y asistía y participaba a muchas carreras en S, mayormente acompañado por Reki. No era solo un pasatiempo, su vida diaria se veía envuelta por trucos y viajes en su skate personal hecha por las propias manos callosas del pelirrojo.

Pero no era solo eso, Langa era guapo y lindo. No puede evitar pensarlo, porque la forma en que su cabello brillante se mueve, con ese color tan hermoso y suave, lo deja hipnotizado, o luego están sus ojos, azules y que parecieran los trazos de un bello como de nieve, eran más rasgados pero bonitos y reflejan todo lo que necesita, porque su cara pulcra siempre tiene una expresión de total indiferencia, pero sus ojos brillan constantes, y cuando por fin sonríe es porque no puede contener su alegría, mostrando unos pequeños hoyuelos que vuelven loco al pelirrojo. También estaba el hecho de que Langa siempre estaba frio, y contrario a lo que se podría pensar, esto le gusta, porque el cuerpo de Reki siempre está tan caliente que Langa es como un oasis para el desierto, es refrescante, le gustaba tocarlo y ver la diferencia en sus pieles, su temperatura y color; Langa era de piel bastante clara, mientras que Reki era más moreno debido al bronceo del cálido sol de Okinawa, por lo que sus tonos se podían distinguir perfectamente.