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El tiempo se detuvo durante algunos minutos, Langa no es capaz de saber exactamente cuántos, pero está seguro de que transcurrió un buen rato desde las últimas palabras del pelirrojo pues este le miraba un poco preocupado, sin saber que hacer antes su reacción totalmente muda y carente de reacción total.

Aquella conjugación de palabas las había visto o escuchado en algún lado, probablemente en algún foro en internet, algún anime o en alguno de los mangas románticos de su madre que leía a escondidas cuando estaba demasiado aburrido. Esas simples palabras provocaron funciones eléctricas en cada una de sus neuronas, tratando de descifrar las intenciones detrás de las palabras en esa voz que tanto amaba, con un tono bajo y temeroso, pero que se sentía tan caluroso en sus mejillas y palpitante en su corazón.

¿A caso Reki estaba jugando con él?, ¿Le estaba pidiendo su opinión a una posible confesión a Jin?, realmente no sabía que era lo que había detrás, porque primero le dio aquel tulipán pulcro  y hermoso, para después decirle una confesión bajo la luna. Pero a Reki le gustaba Jin, y eso era lo único que sabía con claridad.

—¿E-Estas jugando conmigo? —Preguntó en apenas un hilo de voz, temeroso y entristecido, porque pensar en esa posibilidad era tan, pero tan doloroso para su pobre y destrozado corazón. Y Reki, si bien apenas pudo escucharlo y tardó un momento en procesar, saltó histérico en su lugar, nervioso, totalmente mareado, porque nuevamente tenía miedo a arruinar todo lo que tenía con Langa.

—¡No, no, no, no! —Gritó exaltado, sacando de su agujero del pensamiento a Langa —¡Y-Yo de verdad...!, ¡Y-Yo solo...! —No salían, las palabras no le salían. Y no porque no pudiera o no quisiera decirlas, sino porque los nervios le hacían querer decir todo de una vez, provocando que se tropezara con las palabras.

Y Langa rompió en llanto. No entendía por qué esta vez no fue capaz de contenerse, ni siquiera se había dado cuenta hasta que sintió frio en sus mejillas, y luego por reflejo arrugó la cara y comenzó a llorar más, cubriendo su rostro con sus manos pero evitando dañar el tulipán. Reki se puso alerta, sin saber bien qué hacer.

—¿P-Por qué m-me haces esto? —Dijo en medio de su llanto, con pausas a cada rato y tomando respiraciones rápidas pero sin dejar de hablar —¿P-Por qué me l-lo pones tan d-difícil?

—Langa... —Reki estaba atónito, sin entender que decir, Langa necesitaba desahogarse, lo cual era poco común por no decir que nunca lo hacía.

—¿P-Por qué me haces s-sufrir tanto y ahora vienes y me das u-una flor y luego te declaras, por qué, por qué a-ahora? —Estaba confundido, destrozado. ¿Qué cambió tan de repente?, ¿Cómo es que apenas hace unas horas Reki estaba tan decidido a confesarse a Jin y ahora se confesaba a él?. Si era una broma no era para nada gracioso —No te entiendo Reki, ¿E-Estas jugando conmigo, de verdad?

—No lo estoy, por favor escúchame —Reki quería llorar también, pero no era el momento, debía dejar las cosas claras primero. Con delicadeza tomó las manos en el hermoso rostro del canadiense, las bajó y entrelazó con las suyas, dejando un poco más suelta la que sostenía la flor —Soy un idiota y eso ya lo sabes. Hace tiempo me comenzó a gustar Jin, es una agradable persona y seguramente una buena novia —Comenzó, quizá un poco mal para Langa, pero necesitaba explicarlo todo, desde el comienzo —Pero antes de ella, antes de todo, a mi vida había llegado un chico, uno con un cabello hermoso un poco ondulado, en color azul y un poco largo, un chico alto y delgado, con la piel más pálida que jamás he visto y los ojos más hermosos en el mundo, ese chico se llama Langa —El canadiense bufó sonrojado, porque Reki estaba hablando de él en tercera persona, como si no estuviera presente, pero diciendo cosas que enamoraban más a su pobre corazón —A veces es tonto y un poco torpe, pero realmente, realmente lindo —Reki era muy cursi y Langa demasiado susceptible al amor —El primer día que nos conocimos él se metió en una carrera con mi enemigo, y Langa era un novato, ¡¿Puedes creerlo?! —El canadiense sonrió por el recuerdo, contagiando a Reki también. Ese día fue catastrófico, pero definitivamente no cambiarían un solo segundo de ese comienzo —No sabes lo preocupado que estaba, ¡Pero luego resulta que era un experto en snowboard!, debo admitirlo, ¡Se veía tan perfecto! —Aquel día solo le dijo "Eres increíble" y ahora tenía que explicar el trasfondo de eso —Jamás había visto a alguien patinar así, tan confiado, seguro, tan elegante e impredecible, patinaba con una pasión que yo, simplemente... simplemente yo, no podía apartar la mirada. Cada movimiento lo captaban mis ojos, desde sus pies liderando la tabla hasta los cabellos que se movían en el viento —Siempre fue así, atento a Langa, embobado, idiotizado, pero terco en negarlo. Langa no sabía que decir, solo se limitaba a sonrojarse y emocionarse, sintiendo que los pedazos de su corazón eran reparados, sellados con cariño —Y en la parte final, hizo una acrobacia que dejó sorprendidos a todos, incluso a mi. Pero cuando lo vi, no pude evitar pensar que era simplemente... hermoso... —El sonrojo incrementó en ambos —Tan elegante y tan desordenado, por un momento pensé que estaba nevando, que Okinawa recibía nieve en ese mismo momento. Ese chico, Langa, me cautivó desde el inicio, desde que lo vi, pero terminó de enamorarme con esa última acrobacia —El corazón de Langa palpitaba fuertemente.

Me gustas -Renga-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora