III

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No había podido dormir bien por más que lo intentó, y es que como hacerlo si cuando parece que comienza a dejarse llevar, las imágenes y recuerdos llegan a su mente, y no eran para nada agradables. En ellas tenían como protagonistas a nada más y nada menos que Reki y Jin.

A pesar de que ese día terminó muy feliz, en la noche, en la soledad y penumbra de su cuarto, comenzó a pensar más extensamente en ello, y no pudo evitar volver a sentirse mal pensando en lo divertida que sería la cita y cuanto amor se demostrarían. Esta vez logró no llorar, pero su mente con insistencia le hacía imaginar escenarios dónde ambos se veían enamorados, como aquella vez en S.

Fue un desafío completo no dormirse durante las clases, sobre todo porque a primera hora le tocaban 2 horas de matemáticas, en un principio pensó en dormir y pedirle a Reki que le avisara si le llamaba el maestro, pero no quería molestar al pelirrojo cuando se notaba perdido en sus pensamientos, así que simplemente se resignó a seguir escuchando lo que sea que estuviera balbuceando el maestro.

Ahora que estaban en horas del almuerzo pensaba dormir un poco, pero parecía que Reki tenía otros planes. Apenas sonó la campana Reki lo tomó de la mano y lo llevó corriendo hacia el techo, fue tan veloz que apenas y tuvo tiempo de sacar su comida, jura que se olvidó algo, pero a pesar de que es un glotón esta vez el sueño le gana, por lo que lo dejaría pasar.

-Tengo que contarte todo -Reki se sentó en el suelo, palmando a su lado, indicándole a Langa que se sentara -Le pedí a Jin la cita -Contó feliz y Langa solo soltó un suspiro desganado, estaba seguro de que ni siquiera le escucharía porque terminaría dormido antes de llegar a la mitad.

-Bueno... -Respondió, tomando asiento a un lado de Reki pero un poco más alejado, por ahora quería mantener su distancia, para que no le doliera tanto cuando fuera definitivamente rechazado.

-Ayer fui a S a ver si la encontraba, quería que vinieras pero como te sentías mal era mejor que descansaras en tú casa -Comenzó mientras se acercaba más al canadiense y Langa solo bufó, de nada servía alejarse si Reki simplemente se iba a acercar -Me consumieron los nervios así que terminé pidiendo una salida de amigos -Rió un poco mientras se rascaba la nuca algo nervioso.

-Oh, al menos saldrán... juntos -Langa aflojó su cuerpo y poco a poco comenzaba a invadirse por aquel sentimiento catastrófico.

-¡Si! -Respondió emocionado -Pero este solo es el primer paso, con esta primer salida comenzare a recaudar información para cuando le pida la cita.

-Ya... ya veo... -Langa miraba su comida, se le había ido el apetito e incluso podía sentir que vomitaría por todas las emociones que estaba teniendo e intentaba contener.

-Oye... ¿Estas seguro de que ya no te sientes mal?, ni siquiera has tocado tu comida -Reki le miró preocupado sin comprender porque el canadiense se notaba tan desanimado.

-No es nada, solo tengo sueño -Respondió mientras guardaba su almuerzo, no pensaba dar ni una mordida, estaba seguro de que vomitaría.

-¿Quieres dormir un poco?, te despierto cuando tengamos que regresar -Ofreció Reki, palmando sus muslos para ofrecerlos de almohada.

Langa lo dudó un poco, realmente esto le hacía mal a su corazón, pero anhelaba tanto estos momentos con Reki, estos donde se siente seguro y cálido bajo la protección del pelirrojo, quizá era mejor aprovechar antes de que estos desaparecieran por completo. Asintió con las mejillas rositas, se acomodó mejor y recargo su cabeza sobre las piernas de Reki, le dio la espalda porque no quería que el pelirrojo le viera así de rojo. Tan pronto sintió unas manos acariciando su cabello perdió la razón y en algún momento se quedó dormido.

Me gustas -Renga-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora