Relatos de Madrugada

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(Cuarta parte)

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-- Adónde me ecuentro?--

Se cuestionaba la azabache, mientras los rayos del sol, se atrevían a jugar en sus ojos, queriendo hacerla despertar por completo.

Frondosos árboles con hojas grandes en un verde intenso era la primera visión, escuchaba el cantar de los pájaros y no tenía recuerdo de haber olído un aire tan puro, jamás.

Se sentó percatandose que era probable que la noche anterior se haya quedado dormida en el suelo.
Su cuerpo dolía, parecía estar cubiertos por golpes.
Pero cuando miro sus brazos, se dio con que no existían marcas, tampoco hematomas.
Incluso llevaba otra vestimenta.

Llevaba un hermoso vestido bordo cubierto por lunares blancos

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Llevaba un hermoso vestido bordo cubierto por lunares blancos..
Toco su rostro alarmada y sintió la calidez de sus mejillas .
Se puso en pie temblorosamente..

-- A caso he muerto?-- Se preguntaba para ella misma, encontrándose en un hermoso bosque, lleno de vegetación y observando como pequeños animalitos corrían por este.

El frío? El miedo? La triste tortura que vivía, no se parecía en nada a esto.
Adónde se econtraba la bella azabache, que caminaba descalza sintiendo lo fresco que se sentía las hojas junto con la vegetación entre sus pies.
Su cabello sedoso que se movía levemente por la brisa del cálido viento.

Kagome caminaba lentamente extendiendo sus manos, rozando cada flor que se atravesaba en su camino.
Aspirando los aromas dulces que estás desprendian.

-- Aquí es donde perteneces--

Resonó en su cabeza, llego a un hermoso prado, donde el viento parecía azotar con fuerza, dándole un mayor atractivo a la vista, ya que las flores parecían danzar con el movimiento de este.

Kagome se paró en medio y se dejó caer, como si fuera que llevaba demasiada carga en sus hombros.
Disfruto de las caricias que le regalaba la suavidad del césped crecido.
El viento que parecía envolver su vestido jugando con este, sus cabellos esparcidos en el suelo y una sonrisa plasmada en ese angélical ser, que había perdido hace tiempo la felicidad.

-- Así se siente la libertad?--

Se preguntaba la ojiazul mirando como las blancas nubes parecían formar especies de dibujos imaginarios en el cielo.
Se permitió contemplarlas incluso anhelar con tocarlas, se las imaginaba tan suave como el algodón.

Cerro los ojos y una imagen distorsionada llego a sus pensamientos.

Cerro los ojos y  una imagen distorsionada llego a sus pensamientos

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Relatos de Terror ( Sesshome) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora