—¿Qué? —contestó Iván ante esa repentina propuesta.
No tenía ni el más mínimo sentido. Iván no tenía nada que ver con los problemas familiares de Rodrigo, y no quería entrometerse. No sabía qué pasaba por la mente del castaño al preguntarle tal cosa como irse a Andorra a quién sabe qué. Tampoco es como si tuviera la oportunidad, Iván vivía junto con su hermana, y estaba segurísimo de que se negaría. Ella era en palabras exactas como Nicolás. No se fiaba de cualquiera, e Iván prefería ahorrarse las presentaciones. Rodrigo algunas veces había mencionado a Lucas, su hermano mayor, pero en ningún momento quiso revelar esa advenediza situación. Era comprensible, nadie querría sentirse orgulloso de tener una parentela abyecta.
Rodrigo se mordió el labio, compungido. No pudo pensar con claridad. La llamada fue corta y concreta, su madre desde luego no patentizaba ningún otro interés, así como su día a día u alguna otra cosa. Movió la cabeza a un lado, dándole la espalda a la áspera mirada gris que Iván excarcelaba. Se sentía cohibido, no debería haber tomado tanta precipitación. Aunque, de igual forma, no le vendría mal un acompañamiento para confrontar sus propias incertidumbres.
—Olvídalo. —dijo afligido— No tienes por qué hacerlo.
Iván se removió en la dura polla de Rodrigo por encima de sus pantalones. Logró sacarle un gemido bajo, el cual gozó en gran consideración. No tenía tiempo para ponerse a hablar de lo sucedido, necesitaba atención sexual, su cuerpo lo pedía a gritos. Rodrigo captó al instante lo que Iván tanto exigía y le quitó la camisa en un rápido movimiento. Pasó sus pulgares con suma delicadeza por los pezones de su acompañante. Iván tembló levemente al sentir algo frío hacer contraste con su piel.
—Céntrate en mí ahora, Rodrigo. —habló entrelazando sus brazos al cuello del nombrado.
Asintió con la cabeza. Iván acarició el pecho de Rodrigo, quitándole de igual forma la camisa toscamente. Las respiraciones pesadas se hacían cada vez más presentes, causando que el ambiente se vuelva rijoso. Rodrigo había esperado tanto tiempo para poder hacer realidad su mayor deseo, sin embargo, una sensación en su tórax no le dejaba estar bonancible. Sentía que no era lo correcto, que después de eso las cosas no volverían a ser como en un principio. Esa ambición hacia Iván, necesitarlo, querer interpolar su gran pene entre esas apetitosas nalgas. Ese sentimiento no podía conllevar otra cosa más que apego. Por su propio bien se negaba a aceptar su impropio flechazo. Tenía que obligarse a ver a Iván como un simple amigo, un amigo con el que sería capaz de compartir sexo durante unos días.
Podía volver a pensar que se trataba de un error. No lo diría en voz alta, sabía lo perjudiciales que eran esas palabras para el chico ciego. Su intención no era alejarse, solo quería tomarse un descanso de todos sus designios. Una parte le decía que no temiera, que él era libre de estar con quien quisiera sin importar la ausente aprobación de sus seres queridos. Por otro lado, no era capaz de traicionar el deber que le fue asignado. Sería aún más deprimente que su familia se enterara de que gustaba de un chico, y que ese chico era encima ciego. No tenía nada de malo su notoria discapacidad, al contrario, Rodrigo amaba esos orbes marrones perdidos en un color medianamente grisáceo, pero estaba en su plena certeza de que su padre no perdería el tiempo burlándose de Iván. Él siempre era así, descarado y vil, no le importaba en lo absoluto estar del lado oscuro. Mucho menos se tomaría el tiempo en pensar cómo sus comentarios podrían llegar a afectar, por supuesto que no, esa clase de personas no temían ser rechazadas por la sociedad.
Iván se levantó poniendo sus manos a ambos costados de Rodrigo. Tiró sus pantalones a un lado de la habitación, importándole poco hacer desorden. Rodrigo estaba estático, sumido en el cuerpo de Iván luciendo solamente unos calzoncillos negros. Su bulto sobresalía, y Rodrigo se moría por poder tocarlo.
—Quítatelos. —exigió Iván— Te voy a chupar la polla.
Rodrigo sintió atragantarse en ese preciso momento. Sí, bien hacía unas horas él mismo estaba pensando en que Iván le ofreciera una mamada, pero nunca pensó que se lo propondría. Su tono era decisivo, tenía una expresión intrépida. Hizo caso a su petición y se deshizo de sus pantalones. Iván se acercó juntando sus rostros mientras sus manos se encargaban de jugar con la liga de la ropa interior que Rodrigo portaba. Estaba sorprendido, a decir verdad, Rodrigo esperaba tener que ser el que llevara la situación, aunque por lo visto Iván tenía "experiencia" a pesar de ser virgen. Capaz alguien se había tomado el tiempo de explicarle una y cada cosa que hacer durante el sexo.
Finalmente sus bóxers estaban bajos. El pene de Rodrigo estaba libre, al fin y al cabo su erección dolía cada vez más. Sabiendo que la boca de Iván estaría llena de su miembro lo hacía todo más emocionante. Iván movió un poco las manos, buscando el pene de Rodrigo. Lo agarró y masajeó desde la punta hasta los testículos. Rodrigo se contuvo un gemido y mordió la parte interior de su mejilla. Iván terminó de acostar a Rodrigo en la cama para luego agacharse y meter su polla en su boca. El sabor no era muy favorable, tampoco esperaba algo delicioso. Rodrigo echó la cabeza hacia atrás y gimió sin importarle ser ruidoso en lo más mínimo. Dios, la boca de Iván era tan caliente que el presemen salía incontrolablemente.
—Joder, Iván. —gimió agarrándole del pelo para luego mover su cabeza de arriba a abajo.
Iván gimoteó dándole una pequeña vibración a la polla que tenía en la boca. Bajaba y subía cada vez más rápido y Rodrigo se sentía en el mismísimo cielo. El líquido se hacía presente en el vientre de Rodrigo y la punta de su pene palpitaba. No estaba siendo silencioso, para nada, y no podría llegar a serlo. Iván empezó a masturbarse mientras su boca estaba siendo follada sin piedad alguna. Iván gemía sin parar al mismo tiempo que Rodrigo.
Iván dejó que Rodrigo se corriera en su boca, tragando el líquido con gusto único. Por único no quería decir exquisito.
—¿Estuvo bien? —Iván se sacó el pene de sus labios haciendo un sonido provocativo.
—Demasiado.
Rodrigo unió sus labios y saboreó su propio semen en la lengua del pelinegro. Nunca antes lo había hecho con sus otros contrincantes, y nunca creería que llegaría hacerlo, sonaba bastante asqueroso y antihigiénico. Fue más rápido de lo común, normalmente duraba siete minutos enteros, y esta vez solo fue capaz de aguantar cuatro o menos. No sabía a qué se debía. ¿Había algo diferente?
El timbre de su casa sonó, causando que se despegaran de su momento de afición.
¿Eran simples casualidades las interrupciones o realmente el universo conspiraba en su contra?
—Voy yo, tú ponte algo de ropa.
Iván caminó como pudo tratando de no chocar con la pared. Rodrigo puso sus manos sobre su frente y dio un largo suspiro. Había sucedido, en definitiva. ¿Qué se supone que proseguía? ¿Seguir como si nada? No se había planteado eso.
—Iván, ¿se puede saber por qué una tipa estaba gritando el nombre de Rodrigo en la pista? —preguntó Martin exasperado a través del timbre.
Recordó las palabras de Angelica.
"No voy a dejarte en paz nunca, ciego"
¿Era buena idea denunciarla?
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𝘀𝘄𝗲𝗲𝘁 𝗯𝗼𝘆 [pausada]
Fanfiction━𝐑𝐨𝐝𝐫𝐢𝐯𝐚𝐧 | ❝Iván es un chico que suele visitar la misma cafetería todos los días, mientras que Rodrigo tiene la obligación de atenderle. Poco a poco, ambos se ven ligados por obra del destino.❞ ‼️ • Historia con contenido subi...