Capítulo 5

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Narra Kalen.

Estaba harto ya de esa actitud que tiene. No sé cuanto tiempo más podré seguir así. Me levanto y cojo mi mochila. Me pongo mi capucha y, sin despedirme, me voy. Es mi madre, y la quiero, pero sólo le pido que lo deje. ¿No es lo mínimo que podría hacer por mí? Me dirijo a la escuela. Aún me duele la ceja partida de la pelea de ayer, pero ella lo merecía. No es que me importe, ni lo más mínimo, pero su situación es parecida a la mía. Es.....¿compasión? Sí, eso.

Llego y me siento en mi sitio: la última mesa de la clase. Es entonces cuando la veo entrar. Sabía que algo ocurriría. Ella suele llegar de las últimas. Y para variar, no me equivocaba. Genial, vengo de discutir de casa y ahora lo hago aquí. No fue nada bien. Aún que los motes que me ha puesto hay que admitir que tienen su gracia. A lo mejor me pasé un poco, pero tanto como para pegarme..... Lo que más me extraño es que volviera de nuevo, después de todo, a pedir explicaciones.

-¿Tú otra vez?¿Vienes a pedirme perdón?

-Vengo a pedirte respuestas.

-Otra vez con eso. Supéralo. ¿No podrías simplemente darme las gracias y listo?

-Gracias. Ahora contéstame.

-Yo que sé Melanie. Vi aun tío molestando a una chica, fui, la ayudé y punto. Ni siquiera sabía que eras tú.

-¿Vas rescatando a gente por la vida?

-Sí, si son como tú.

-¿Qué significa eso?

-¿Y lo del parque?

-No sé de que hablas.

-¿A no? Eres la única persona que me ha llamado Noxi en la vida.

-¿En eso se basa toda tu investigación?

-Era la misma voz.

-Creo que te has equivocado.

-No es así. Y quiero un por qué.

-¿Quieres un por qué? Bien, te lo daré.

Ya me había cansado la niñata esta. ¿Cómo pudo reconocerme con el casco y todo? Vale que la cagué al llamarla hoy Noxi pero me salió solo. Ahora la tenía delante de mí, esperando una respuesta, con sus ojos color avellana mirándome fijamente, con su palo largo castaño cobrizo al natural, y mordiéndose ligeramente el labio. Sabía que estaba nerviosa. Bueno, más lo estaba yo que tenía que inventarme algo. No podía decirle la verdad. No puedo llegar y soltar "pues te sigo para que no te metas en líos porque, aunque no tienes padres ya, quiero que sientas que alguien te protege. Quiero que tengas lo que yo no he podido." Seguramente le digo eso y me pone una orden de alejamiento o algo así.

-¿Y bien?

- De verdad que yo no sabía que eras tú a la que estaban molestando esos tíos- mentira- y lo de la moto.... Volví a ver a esos chavales por allí, y lo mismo te los encontrabas otra vez, por eso te dije que te marcharas.-mentira otra vez.

-¿ Y lo de darme las buenas noches?

-Te enamoró- intenté quitarle importancia a todo esto.

-Deja de tomártelo como una broma.

-Yo qué sé. Volvía a mi casa y te vi llegar a la tuya. Me pareció gracioso.

-Pues a mí no, así que no vuelvas a hablarme.

-Tranquila, aunque con lo amable que eres se me puede hacer muy difícil.

La vi alejarse de mí, con un gesto de desprecio en su rostro. Saqué mi cuaderno, uno que me regaló mi padre antes de dejarnos, y allí escribía todo lo que sentía. Que vista de negro y no sea la persona más simpática del mundo no significa que no tenga sentimientos. Por desgracia para mí, tengo demasiados, y todos me los guardo. Lo abrí por la última hoja escrita. Y me tuve que volver a enfrentar a una hoja en blanco, pero esta vez era peor. Todo lo que me dejaba mi mente pensar era en ella. No entiendo cómo, ni por qué, pero así era. Cuando quise darme cuenta ya había escrito algo. "Lo he dado todo por perdido y me he perdido...." ¿Cuánta razón puede llevar una sola frase?

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