Capítulo 11

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Todos buscamos a alguien cuyos demonios se entiendan con los nuestros, y con lo que me contó por un momento sentí que lo había encontrado. Me dejé llevar y le besé. A veces me pregunto a mi misma cómo de estúpida puedo llegar a ser, y estaba claro que no tenía límites.

Sabía de sobra que no me había contado todo, pero me bastaba de momento, y además agradecía que no le hubiera dado mucha importancia al asunto anterior. Pasamos una mañana llena de risa, viendo programas estúpidos y haciendo bromas, hasta que se tuvo que ir. La verdad, yo quería que se quedara, pero tenía a su hermana y entendía que debía ir con ella. Aún así le mandé un mensaje para quedar esa noche, a tomar algo, a dar una vuelta,.... Me apetecía verle. Me respondió casi de inmediato.

" Claro, ¿pero puede venir Abigail? No quiero dejarla sola en casa con... ya sabes"

"Por supuesto, será divertido"

"Entonces, ¿te parece que pasemos a por ti a las 8?"

"Perfecto. Nos vemos esta noche."

"Hasta la noche Noxi"

Me empezaba a acostumbrar a que me llamara así. Mi teléfono empezó a sonar.

-¿Si?

-¿Melanie? Joder tía, ya era hora, anoche prometiste llamarme.

-Lo sé, pero como que las cinco  y media de la mañana no te voy a llamar.

-¡¿A qué hora volviste?! Ya me estás diciendo que estabas haciendo. ¡Dios! Dime que no estabas con Pedro por favor.

-No, tranquila, estaba con Kalen.

-Ah, menos ma.... ¡¿Qué?!

-No grites.

-¿Qué hacías con Kalen?

-Nada, apareció en el parque, de la nada como siempre, y se empeñó en traerme a casa.

-¿Entonces no pasó nada?

-No... Bueno....

-¿Bueno? Espera ahí nena. Voy para tu casa.

Me colgó y llegó a los cinco minutos.

-¿Vienes corriendo?

-Sí. Dime ahora mismo qué ha pasado en las últimas 24 horas.

-Pasa anda, y siéntate.

-Estoy lista.

-A ver, anoche me quedé dormida sin querer y me desperté de madrugada. Fui a dar un paseo para despejarme y llevaba la música puesta. Me puse a cantar y apareció él. Se empeñó en llevarme a casa pero yo quería que me contestara a  ciertas cosas, se negó y me fui sola al puente. Al rato apareció de nuevo y me contestó a una de mis preguntas, después me trajo a casa y me dio su número por si necesitaba algo. Y luego me despedí de él.

-¿Cómo?

-¿Y eso qué más da?

-Cómo fue Mel.

- Le di un beso en la mejilla y me fui.

-¿En serio? Madre mía, tú no estás bien.

-Pero hay más. Esta mañana le he llamado por si había visto la carta  de cuando mi intento de....bueno, esa carta y ha venido. Y, yo que sé, hemos acabado los dos hablando de nuestro pasado.  Y cuando estaba acabando de contarme el suyo yo.... Le besé.

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