Estaba nerviosa, muy nerviosa, más que eso... No sé que tendría pensado hacer Kalen, pero como saliera mal...no quiero ni pensarlo. No quiero que hagan más daño a mi familia pero al besarle me di cuenta que tampoco quiero todo ese dolor que he sentido en mi pecho por culpa de su ausencia. Ese vacío inigualable de haber encontrado a la persona que con una sonrisa hacía amanecer a una vida en la que siempre es de noche.
Me vestí entera de negro, y puntualmente llegué al puente. Le vi de inmediato sentado mirando al río. Era extraño, pero la ausencia de tráfico daba una sensación bastante espeluznante.
-Hey- saludé.
-Has venido- dijo serio.
-¿No es lo qué me pediste?
-Sí- se le ilumino la cara regalándome una de esas sonrisas que a mi tanto me gustaban.
-Llevas tu capucha negra-dije, recordando nuestra primera conversación.
-Me da un toque de misterio- se burló él.
-Dime, ¿qué tenías en mente hacer?
-Vamos a ir a ver a su otra familia.
-¿Otra familia?
-Por eso nos dejó, aparte de por la llegada de Abi. No quería "complicaciones", así que cogió la puerta y se largó.
-Pero quizás es un poco tarde, ¿no crees?
-Vamos a cenar con ellos.
-¿Cómo?- ¿esto era una broma? No podía ir así vestida....
-No te preocupes, ya hable con su ex-mujer y lo he arreglado todo, al parecer hay...- suspiró- mucho de lo que hablar...
-Y, ¿cómo vamos a ir?
-En bus, ya tengo los billetes.
Andamos hasta la parada y allí esperamos. A las diez y media habíamos llegado a nuestro destino. Llamamos a una casa que tenía un patio pequeño, con juguetes por el césped. Sólo tenía una planta y el garaje parecía pequeño.
-¿Sí?
-¿Lorena? Soy Kalen Bynes. Hablamos por teléfono para...
-Pasa pasa, te estaba esperando.
Entramos rápidamente. Todo estaba perfectamente recogido. Nos sentamos en la cocina y nos sirvió un poco de sopa. Se quedó en frente de nosotros, con la mirada un poco perdida, y los nervios a flor de piel. No sabía que era aquello que nos iba a contar, pero desde luego que tenía que ser importantes.
-Gracias por quedar con nosotros Lorena.
-Era lo mínimo Kalen. Tu padre... tu padre... no sé por donde empezar.
-Qué tal por cómo os conocisteis.- le sugerí. Asintió y tomo aire.
-Bueno, mi nombre es Lorena y trabajo como psicóloga. En una de mis sesiones conocí a tu padre . Él me dijo que venía por consejo, porque tenía dudas en su relación y no sabía si lo que estaba haciendo era lo correcto. Por lo que él me contaba, tu madre le gritaba, que le decían que le era infiel, y yo... le veía tan enamorado... poco a poco me gustaba su compañía, y él empezaba a hablar cada día de su relación como algo que estaba a punto de acabar, y entonces...-tragó saliva y os ojos se le llenaron de lágrimas- solo sucedió. Después de eso me dijo que había dejado a tu madre y se vino conmigo. Yo estaba muy feliz, al principio. Hasta que di a luz hará...tres meses el próximo martes. Cuando nació el pequeño Nico, Christian empezó a faltar más de casa, y al trabajo, hasta que me enteré que había empezado a ir a una psicóloga y comprendí quien le hacía tener esas...dudas. ¿Veis a dónde quiero ir a parar?
Ambos negamos. Quizá era algo muy obvio para ella pero, claro, nosotros no teníamos la experiencia suya en estas situaciones.
-Me mintió en nuestras sesiones. No sé si queriendo, o sin querer.
-¿A qué te refieres con queriendo o sin querer?- preguntó Kalen en nombre de los dos.
-Fui a hablar con su nueva psicóloga, le conté mi caso y ella me contó lo que había hablado con él en esas sesiones. Le dio la misma versión de nuestra relación que me dio a mí cuando estaba con tu madre, pero de una forma agresiva, y diciendo que quería recuperar su vida para que dejaran de torturarle por dejarte solo.
-¿Torturarle?¿Quién?¿Quién le dijo que le era infiel?- pregunté.
-No lo decía, según me contó, repetía una frase cuando se lo preguntaba : "ella me dice que esa chica tiene la culpa, la culpa de todo".
-Suena a un trauma...-dijo Kalen.
-En realidad, ahí quería llegar. Creo que sufre de esquizofrenia. Ya sabéis, que oye voces...
-Sé lo que es- dijo cortante Kalen.
-Por eso quería contártelo. Ahora, y hasta que lo evalúen, es peligroso e inestable. Y sobre todo, no se detendrá ante nada para conseguir su objetivo, nada le importará con tal de que esas voces se callen.
Terminamos de cenar y nos fuimos. Volvimos en silencio a casa, pero no podía dejar de pensar en sus palabras. Sí de verdad era así entonces, ¿qué haría?¿Me acabaría matando si Kalen no le volvía a aceptar en su vida?¿Le mataría a él por eso mismo? No podía más con esta situación y me eché a llorar. Kalen me rodeó con el brazo y me atrajo hacia él.
-No te preocupes, todo saldrá bien, no dejaré que te hagan daño.
-¿Y si por protegerme te pasa algo a ti?
-Sabes que daría todo por ti.
Era extraño cómo el sonido de su voz silenciaba todos mis demonios.
-¿Te quedarías hoy conmigo?- le pregunté, necesitaba saber que mañana seguiría vivo.
-No creo que...
-Por favor, te necesito...
Me apretó más fuerte y se besó en la frente. Llegamos y llamé a mi hermana para comprobar que todo iba bien. Él hizo lo mismo con su madre y , después de saber que todo estaba en orden, nos fuimos a dormir. Se quitó los pantalones y yo le quité la camiseta para dormir con ella. Me acomodé sobre su pecho y él me abrazó por la cintura. Sabía que todo entre nosotros se complicaba por momentos, pero no temía nada a su lado, salvo perderlo.
-Buenas noches pequeña- dijo antes de besarme en los labios.
Por dios, ¿cómo no iban a ser buenas así? Me giré y le devolví el beso.
-No sigas por ahí, porque esto no acabará bien.-me reí ante su comentario, pero me giré e hice un esfuerzo por dormir, aunque por una vez, no fue complicado.
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Nox
Ficção AdolescenteLe disparó, al fin logró disparar a la persona que más odiaba en el mundo, sin embargo no murió, las balas no atraviesan espejos. Por eso mismo cada de día se preguntaba cómo podía amar, y cómo podía ese amor ser correspondido. Cada día que pasaba...