corazón delator

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Odiaba ese sonido.

Siempre que me veas quizás pienses que soy un amor de persona, y en realidad si lo soy...a veces, con ciertas personas.  El hecho es que detrás de la sonrisa cálida, esta mi mente violenta y desgraciada (como en todo mundo)

Me mantenía siempre a raya por supuesto, pero por las noches cuando iba a dormir odiaba ese maldito sonido.

Le escribí versos, en todos los idiomas que conocía, deseaba volver a amar ese sonido como antes lo hacía. Porque qué irónico que un día lloré porque deseaba que ese sonido no se detuviera, hasta que a la muerte no le importo mi sufrimiento y lo detuvo.
Sufrí amargamente y pensé que yo misma también me perdería, y lo esperé... lo esperé hasta que me di cuenta que el sonido persistía en mi y entodos aunque no lo merecían.

Lo escuchaba por todos lados, a diferentes velocidades, pero odiaba uno en especial, ese, ese que no me dejaba dormir por las noches; ese que hacía a mi mente malévola odiar tanto.

Y al poner dulcemente mi cabeza en su pecho desnudo lo oía: latiendo rebelde, como burlándose de mi, de mi odio. No me quedaba más que llorar y restregarme en mi odio.

Decidí alejarme porque no lo soportaba.

Odiaba que su estúpido corazón palpitara, y que el corazón que yo deseaba oir palpitar ya no lo hacía más. Odiaba oirlo porque no palpitaba por mí.

Odiaba y me enloquecía ese maldito sonido.

Dulce infiernoWhere stories live. Discover now