Claro que

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Claro que no te odio, pero en el proceso de superarte me estaba odiando a mí por dejarme llevar y por no pensar en las consecuencias.

Claro que hice muchas cosas para lastimarte y hacerte ver que yo no me detendría por ti ni por un corazón roto.

Claro que hay mucho que no conocer porque pudiste quedarte a hacer y que no lo nuestro no funcionara, pero aun así hacerlo más fácil para ambos.

Claro que quería que sintieras el dolor de la herida que se generó con tus frías palabras.

Antología de Relatos Mundanos para Sentir (libro Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora