Capitulo 7: Una vez más

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Izuku se sentía bastante culpable.
Había malinterpretado su relación con Kacchan. Pasar tiempo junto a ella y charlar alegremente lo confundieron, había tratado de besarla.

Creyó que sus sentimientos eran compartidos por Kacchan, estaba casi seguro de eso.
Pero verla de la mano con aquel chico de cabello negro, hizo que se diera cuenta de que no era así.
Al parecer ese tipo era su novio, recuerda haberlos visto juntos en el comedor.

Debía comprender que su relación con Kacchan solo era de amistad, si ella salía con otro chico no podía hacer nada, aunque sintiera que su corazón se rompiera.

...

Esa tarde, esperó a Kacchan para caminar juntos al tren como de costumbre.
Hace varios dias que lo hacia, pero ella pasaba sin siquiera mirarlo, acompañada de ese chico.

-Kacchan- La llamó cuando la vio caminando hacia la salida.
Venía sola, tal vez por fin podría hablar con ella.

La rubia pasó por su lado en silencio,
sin detenerse.

-Kacchan- Habló más fuerte el peliverde al verla alejarse.

La chica detuvo su caminar, sin embargo no se giró a mirarlo.

-¿Kacchan qué pasa?- Insistió el pecoso.

Ella solo permaneció en silencio.

-¿Por que me evitas?- Cuestionó Midoriya -Somos amigos ¿no? Aún si tienes novio-
Sintió un ligero dolor en el pecho al decir aquella palabra.

Katsumi permaneció con la cabeza agachada mientras oía a Deku a su espalda.
Su mentón tiritaba, mordió su labio hasta sentir el metálico sabor de la sangre. Debía mantener la calma.
-Debemos dejar de vernos- Habló por fin.

-¿Qué?, ¿Por qué?- Pregunto el peliverde.
-Si es por tu novio, no te preocupes, yo no me interpondré en tu relación con él-
Verla junto a alguien más le dolía bastante, pero estaba seguro que alejarse de Kacchan sería aún peor.

-Qui..Necesito que me hagas una promesa- Habló la chica.

-¿Promesa?- Preguntó inquieto- Si, te prometeré lo que tú quieras-

-Pro..prométeme que te alejarás de mí- Habló con un temblor en su mentón. -Por favor-

-¡No! No puedo prometerte eso!- Gritó el peliverde mientras la tomaba bruscamente por los hombros y la obligaba a mirarlo.

Al observar aquellos ojos rubí empapados de lágrimas y esa expresión de pánico en su pálido rostro, Izuku la soltó rápidamente.

-P..perdón. No quise gritarte- Se disculpó.

Ella agachó el rostro.
-So..sólo mantengámonos alejados- Habló mientras comenzaba a caminar.

Midoriya se quedó ahí, sus uñas se clavaron fuertemente en su brazo y sus verdes ojos se llenaron de lágrimas mientras la veía alejarse.
Sentía su mundo derrumbarse, nuevamente se separaban. Una vez más, perdía a Kacchan.



Recordar la expresión en el rostro de Deku cuando le dijo que se alejaran, le dolía

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Recordar la expresión en el rostro de Deku cuando le dijo que se alejaran, le dolía.
Pero debía hacerlo, realmente no tenía otra opción.
Ese maldito no le había dejado otra alternativa.

Tres semanas. Llevaba soportando a ese tipo por tres semanas.
No solo esa asquerosa mirada, el idiota tenía la osadía de acorralarla en los solitarios pasillos de la universidad, apegar su cuerpo al de ella en el tren y tocar sus piernas cuando se sentaba a su lado en el comedor.

Realmente sentía que esa mierda la superaba, se sentía ahogada, quería gritar.

No lo comprendía, por qué no la dejaban en paz.

Desde que su cuerpo comenzó a cambiar producto de la pubertad, había soportado las miradas de sus compañeros de clase.
Era molesto, pero podía sobrellevarlo, solo eran unos mocosos que podía golpear si se le acercaban más de lo que ella quisiera.

Sin embargo, lo que realmente empeoró las cosas, fue que su profesor comenzara a observarla de la misma forma.
Las miradas constantes, roces y gestos del hombre no llamaron su atención, no hasta que ya no fue suficiente para él.

Un día, el docente le indicó que debía quedarse después de clases, al parecer para discutir una mala calificación en su oficina.
Caminó a aquella sala bastante molesta. Era la mejor de la clase ¿Qué mala calificación podría tener?

Al ingresar, el hombre le indicó que tomará asiento mientras cerraba la puerta a sus espalda.
Descaradamente se acercó a ella, deslizando su mano por debajo de la falda y tomando su rubio cabello, trató de besarla.

En un rápido movimiento, la menor tomó uno de los libros sobre la mesa y le dió un fuerte golpe en el rostro.
El hombre se apartó quejándose, mientras ella se puso de pie y salió rápidamente del lugar.

Corrió, corrió sin detenerse hasta llegar a su hogar. Se encerró en el baño entrando a la ducha incluso con su uniforme puesto.

Su madre abrió la puerta de un fuerte golpe luego de tocar y gritarle en reiteradas ocasiones.
La expresión de preocupación en el rostro de la mujer al verla sentada en la tina, hicieron que ocultara la cara avergonzada. La vieja no la miraba así jamás.

Su padre llegó al lugar luego de que la mayor le gritara. Con una expresión de preocupación acercó la mano a su mejilla, sin embargo ella se apartó asustada.

Con calma, el castaño cerró el agua, le dió una toalla y la ayudó a ponerse de pie.

Lo abrazó, una vez de pie lo abrazó fuertemente, sintiendo la calidez de su padre.
El acarició su cabello, sin decir nada.

En silencio se encerró en su cuarto a pesar de las preguntas de su madre.
Se sentía culpable, ella había acudido a aquella oficina, se habia quedado hasta tarde, apesar de las intenciones de aquel hombre.

El maestro no regresó a dar clases, había renunciado. Los rumores comenzaron a circular, muchos afirmaban que la había visto ingresar a la oficina del hombre, que ella se le acercaba y se le había insinuado.
Compañeros de su clase e incluso chicos mucho mayores que ella, la seguían constantemente, apegándose a ella y tomando fotografías debajo de su falda.

La situación sólo empeoraba día a día.

A pesar de las preguntas de sus padres, jamás les habló de que había pasado ese día, mucho menos de lo que ocurría en la escuela.

Se preocupó de mantener la misma actitud de siempre en su hogar.

Se convenció de que una idiotez como esa no podían afectarla. Muchas otras personas estaban peor, no tenía porque quejarse. Ella estaba bien.

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Estaba bien
Aunque pasara por esa situación una vez más. "Ella estaba bien"

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