Capítulo 6: Las Aventuras de Gang-tae y el Squirtle de Internet

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Fátima

¡Pero es que les juro que yo no entiendo cómo es que le hago para meterme en tanto lío! Justo ahora me encontraba en el automóvil de mi superior, atascados en el tráfico debido a que era la hora pico. Acabamos de salir de la empresa y regresábamos a la universidad para continuar con nuestras clases del día. Y ustedes dirán, ¿y qué tiene?

—¿Estás bien?—Preguntó Gang-tae a mi lado apartando por un momento su vista del camino.

—¿Eh? Sisisisi.

Hablé entrecortadamente mientras sentía una gran desesperación, ¡la comida picante de la reunión a la que acabamos de asistir me había caído mal! El estómago me ardía y sentía una gran urgencia por ir al baño, a la par de que trataba de que no se me escapara ningún gas y, si se me escapaba, que fuera lo más silencioso posible. ¡Por favor, que no huela! ¡Qué no huela!

—¿Está bien si abro la ventana?—Sentía que la frente me sudaba. Sin esperar una respuesta, bajé la ventanilla del copiloto.

—Claro—El chico a mi lado me miraba con preocupación.

«Necesitas aguantar, Fátima» Me repetía una y otra vez mientras me acercaba a la ventanilla para tomar un poco de aire fresco «Ya quedan pocas cuadras para llegar a la universidad». Entonces me dio un retortijón y las náuseas aumentaron. ¡¿A cuántas malditas cuadras estamos?!

«Piensa en algo, ¡distraete! Tú no necesitas ir ahora al baño» Comencé a hablar conmigo misma dentro de mi cabeza para distraerme.

—¿Gang-tae?—Hablé volteando a ver al conductor—. ¿Puedes poner música?

El chico parecía tan tranquilo que sospechaba que hubiera olido o escuchado alguno de mis gases. Al menos eso rogaba, pero para prevenir, ¿qué mejor que poner música?

—¿Música?—Preguntó mientras comenzaba a pulsar algunas funciones de la pantalla táctil del coche—. Claro, dejame quitar primero la meditación que dejé corriendo en la mañana.

«Respira profundamente y al exhalar, deja salir todo. No te contengas, nadie te juzgará...» ¡Vaya momento de decir aquello! De las bocinas salió el sonido de las cataratas acompañadas de pájaros y sonidos de la naturaleza junto con la voz de quien sabe quien. Tomé una gran bocanada de aire mientras esperaba pacientemente a que cambiara a la música, ¿qué clase de meditación es esta?

—Ya casi llegamos—Habló mientras el tráfico cedía un poco y avanzábamos un par de cuadras. Dentro de mi cabeza comencé a calcular con desesperación el tiempo que podríamos seguir atrapados en el tráfico, ¿tal vez sería mejor bajarme del coche y echarme a correr hasta la universidad?

—Aquí me bajo.

Solté aquello con dificultad mientras me desabrochaba el cinturón, ha este paso terminaría haciéndome en los pantalones, prefería correr hasta algún baño en la universidad a quedarme aquí esperando a que el tráfico nos permitiera avanzar y hacer el ridículo.

—¿Qué? ¿Por qué?—Mi pobre superior preguntaba al verme agarrar mi bolsa de la parte de atrás.

—Necesito irme rápido.

—Pero estamos en medio de la calle, ¿por qué...?

Abrí la portezuela y bajé con trabajo del coche mientras me aferraba a la manija para mantenerme de pie, ¡vaya espectáculo debía yo estar dando!

—Si no me bajo ahora—Hablé mientras cerraba la portezuela y me preparaba para echarme a correr—, es probable que me termine haciendo del baño en tu coche, cara de perro. Entonces, permiso.

Dating my CelebrityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora