Capítulo 3: ¡Trágame tierra!

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Fátima


Había tenido la última clase del día, por lo cual me dirigí al salón del club de Hapkido, el cual quedaba en el edificio de "Talento y desarrollo" en donde se impartían múltiples talleres gratuitos para los estudiantes, además de distintos clubs de aficionados. Allí podías encontrar dos grandes gimnasios, salones de baile y de danza aérea, cancha de tenis, fútbol y basquetbol, además de un área exclusiva para el bienestar físico y nutriología. Así es, la universidad le daba a cada uno de sus estudiantes acceso a estas instalaciones y servicios. Por desgracia, aquel edificio quedaba lejos de la facultad de comunicación, por lo cual tenía que cruzar todo el campus. Suspiré, tal vez debería tomar una de las bicicletas del campus para llegar más rápido. Mientras me encaminaba hacia el área de dicho transporte, chequé nuevamente mi correo en busca del aviso de aceptación de la convocatoria.

¡Dejenme les paso chismecito! Hace dos semanas, en el área común de residencias, colocaron un póster sobre una convocatoria de prácticas profesionales dirigida a los licenciados de comunicaciones de primero, segundo y tercer semestre. Al parecer una de las grandes cadenas televisivas coreanas estaba buscando practicantes jóvenes con la esperanza de poder moldearlos y quedarse con ellos como trabajadores fijos cuando estuvieran a finales de la carrera, como un internship. Suspiré. Si bien era cierto que no era una matada en la carrera, mis notas no estaban nada mal, además de tener un curriculum bastante decente, pero eso no evitaba que estuviera nerviosa. La competencia era demasiada, tal vez ni siquiera era seleccionada para alguno de los diez puestos.

—¡No te me mortifiques, Fati!—Me animé a mí misma mientras guardaba el celular en mi bolsa y pasaba mi credencial por el escáner, el cual liberaría una de las tantas bicicletas y me registraría en el sistema de préstamo, una vez que llegara a el edificio de "Talento y desarrollo" sólo debía dejarla en el área de transporte de allá y volver a escanear mi credencial, así sabrían que ya la había devuelto.

Comencé a pedalear por la ciclovía que iba a la par de las calles por donde conducían los autobuses escolares y automóviles de los estudiantes. ¡El campus era enorme! Contaba con dos bibliotecas: Biblioteca central y sur. La principal y más grande era un sólo edificio en forma de cilindro en el cual podía encontrar salas de estudio grupales, área de estudio individual, un anfiteatro y un gigantesco laboratorio de robótica; esa biblioteca era más dirigida para las facultades de ingeniería, economía, finanzas y derecho. Por otro lado, la biblioteca sur era mucho más colorida, dinámica y un poco más pequeña. Contaba con un área de realidad virtual, una terraza, áreas creativas, columpios y zona de emprendimiento; algo interesante es que las sillas eran pelotas de yoga con ruedas... ¡Qué cosa tan extraña! Teníamos un edificio para cada avenida, que eran cinco en total. Cada edificio estaba equipado con lo necesario para las carreras de dicha avenida y múltiples áreas verdes en donde se ofrecían clases de meditación gratuitas para los estudiantes antes de la temporada de exámenes.

También contábamos con tres cafeterías y cada una de ellas tenía una temática distinta. La más grande y que se encontraba justo en el centro del campus, era "Creativate" la cual rebosaba de colores, sillas y mesas con formas extrañas, era divertido ir a comer allí y pasar un buen rato. "Natural" era la cafetería al aire libre en donde podía encontrar todo tipo de plantas y flores, normalmente los estudiantes iban allí para descansar y desconectarse de la ciudad y las clases. Finalmente estaba "Nubes", la cual se encontraba en el último piso del edificio de "Talento y desarrollo", la cual estaba construída en su mayoría de cristal, permitiendo así ver el cielo sin nada que se interponga, además de una buena vista a la ciudad.

Mi largo flequillo se balanceaba suavemente con el viento mientras cruzo el campus con tranquilidad. La felicidad florece en mi pecho de a poco y sonrío, aquí estaba yo... Cumpliendo mi sueño. Cuando llego a mi destino, dejo la bicicleta en su lugar y escaneo rápidamente mi credencial para después ingresar al gran edificio en dirección a la sala de entrenamiento. Cepillo mi desordenado fleco, escuchando a lo lejos el característico ruido de los entrenamientos de Hapkido. ¡Ni crean que practicaba dicho deporte! ¡Ni de loca! ¡Yo no salgo viva después de eso! ¡Repito: Tengo fuerzas de gato! Pero había prometido pasar a recoger a Luli, quien era parte del club, para después ir a la biblioteca a estudiar.

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