Michael sintió su estómago revolverse, no podía creer que realmente estuviese ahí. Incluso llegó a pensar que era uno de sus sueños donde la encontraba otra vez, pero sin duda en sus sueños ella no tenía ese aspecto y mucho menos esa fría expresión.
En sus sueños ella le sonreía abiertamente por la felicidad de volverse a ver, corría hacia él y lo abrazaba tan fuertemente con ganas de no soltarse jamás y él hacía lo mismo a ella.
Sintió un balde de agua fría al observar su dura expresión y sus ojos café sin emoción alguna, ni siquiera al verlos a todos ellos. A él. Eso le dolió. Ella no se alegró de verlos, es más podía jurar que ella quería evitar a toda costa ese reencuentro.
Ella era su mejor amiga, la conocía mejor que nadie, y ahora parecía no saber nada sobre ella, sin duda alguna, ella había cambiado, ya no era la misma, tanto física como mentalmente.
Siete años es demasiado tiempo.
En siete años pueden pasar muchas cosas y más cuando alguien se desaparece de esa manera de sus vidas, sin dejar rastro alguno. Algo sucedió para que la chica risueña de hace siete años atrás se convirtiera en el hielo que parecía. Y él sabía muy bien qué, pero no entendía por qué desaparecer para él también, todo ese tiempo no hizo más que intentar buscar una respuesta a aquella pregunta.
Ella cambió su número celular, su dirección, su aspecto, cerró sus redes sociales, fue como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra, como si nunca hubiera existido. Pero olvidarla no era algo que pudiera suceder, incluso a pesar de los años.
Pudo haber sido nunca. En comparación a eso, siete años no es nada. Se dijo a si mismo consolándose.
Ni siquiera escuchó lo que ella dijo antes de girarse y perderse en la multitud con la misma expresión desde que llegó a donde ellos se encontraban.
Sin pensarlo fue tras ella, olvidándose de sus amigos que posiblemente se encontrasen igual o peor de shokeados que él.
Llamó a su nombre cuando estuvo lo suficientemente cerca como para que ella lo escuchase, pero Nathalia solo apresuró su caminar y lo ignoró.
Ella quería escapar de aquel lugar, verlos frente a frente era mucho para ella, no podía soportarlo. Los recuerdos la quemaban por dentro, verlos hacía que recordara porque había cambiado, y odiaba haber cambiado, pero no permitiría que nadie más la lastimara.
Odiaba tener que ver la razón de sus penas, la razón de su inseguridad. Odiaba a aquellos ojos azules que tanto ansío ver una vez y ahora quería olvidarlos. Le habían mentido, usado y engañado.
Todo él la había engañado, pero nunca más lo haría. Se sentía tan humillada, jamás la habían usado y él en solo unos meses se encargó de hacer polvo sus ilusiones y su alma.
Estaba tan enfadada, su amiga pelirroja no mencionó nada de que los invitaría, además que sabía que no los quería ver jamás. Sabía de antemano de Beatriz no había dejado de hablarle a esos cuatro, por eso mismo le pidió no mencionarlos jamás, quizá por esa razón no le contó lo de su relación con Calum.
Pensar en ellos juntos la hizo sonreír a pesar de estar molesta, sin embargo volvió a su estado neutral. Calum era una buena persona y estaba segura de que haría feliz a su amiga, es más, le alegraba saber que era él su novio, ellos dos harían una buena pareja y eso la emocionaba. Hubiese querido abrazarlo y felicitar a ambos, pero eso sería perder todo por lo que había trabajado.
Ojalá Calum no sea como él.
- ¡Honey!
Aquel apodo la hizo parar en seco aturdida.
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Stone Cold | SITF2 | 5SOS
FanficPiedra Fría: El apodo perfecto para describir en lo que ella se había convertido. Nathalia Fuentes, esa niña de dieciséis años que él había conocido siete años atrás y la cual no había visto más, no es ni la sombra de lo que era la primera vez que...