—Ese uniforme nuevo te queda bien— hablo el hombre en la sala.
—¿Quieres callarte? Me das asco— respondí mientras bajaba las escaleras para llegar a la sala.
Sonrió el hombre —Yo solo digo la verdad— me inspeccionó nuevamente.
Tome un cojín del sofá y se lo lance —Eres un cerdo— me estaba enojando.
En ese momento entro mi madre —¿Que pasa aquí?— pregunto ella mientras me miraba.
—Ya sabes cómo es _____— se hizo la víctima.
Cuánto lo odiaba, odiaba que sea mi padrastro, maldita sea. Era de las personas a la cual tenía demasiado asco, no había día en el que no me acosara en mi propia casa, y cuando se lo dije a mi madre ella me echo la culpa y nunca me creyó. Deseaba no vivir con ellos, quería ir con mi padre pero ahora no se podía.
—¡______! cuántas veces te eh dicho que...— interrumpo a mi madre.
—Lo se madre, ¿Podemos irnos?— no quería hablar de esas cosas con ella, no empezando el día.
—Ve al auto— hablo.
Tome mi mochila y salí de la casa mirando con asco al hombre que aún permanecía en la sala mirándome. Saludé a algunos empleados que estaban en el jardín y me subí a los asientos traseros del auto esperando a mi madre.
Minutos más tarde ella subió al auto y junto a ella estaba el, aparte mi mirada y me puse el cinturón de seguridad. Mi madre encendió el auto y comenzó a manejar hasta salir de casa. Mientras manejaba esperaba hacer amigos en mi nuevo colegio, con este ya eran seis veces que me cambiaban de colegio por el trabajo de mi madre. Miraba los edificios tranquilamente, aunque sentía la mirada de el por el espejo del auto, odiaba eso.
—Llegamos— mi madre estacionó el auto.
Asentí y tome mi mochila mientras abría la puerta del auto. Baje de el lista para entrar al colegio.
—Portate bien y no hagas nada malo— hablo ella buscando algo en su cartera —Ten cómprate algo para comer— me entrego dinero por la ventana del auto.
—Gracias— la mire —Nos vemos en casa—
En ese momento sonó el celular de mi madre por lo que salió del auto para poder responder, me hice a un lado para que saliera. Aún tenía algunos minutos para entrar justo a tiempo al colegio.
—¿No te vas a despedir de mi?— hablo el hombre que aún estaba en el auto.
Apreté los dientes —¿No te cansas de arruinar todos mis días?— cuando sería el día que deje de molestarme.
—Te estoy elogiando ______. No sé cuál es el problema con eso—
Con eso explote, sabía que lo hacía con mala intención —No me elogias, me acosas en mi propia casa, en frente de mi madre y eso lo haz echo siempre desde que llegaste a vivir con nosotras. No sabes cuánto te odio y el asco que me da el echo de compartir el techo contigo— mire hacia mi madre para saber si no me escuchaba —Desearía no volverte a ver en mi vida, maldito asqueroso—
Me aleje de el sin escuchar lo que me decía, solo no quería seguir con esa situación era un total infierno vivir con el y con mi madre.
Entre al colegio suspirando pesadamente, espero que el resto del día vaya mejor. No me fijé en nadie en cuanto entre, solo necesitaba encontrar mi salón y el casillero que me había asignado la directora. Encontré mi casillero y guarde algunos cuadernos que tenía en mi mochila, los demás los seguiría llevando en mi mochila, no tenía la confianza de dejarla ahí sabiendo como son algunas personas, desconfío mucho.
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Por otra parte quien si se fijó en quien entro al colegio eran los Haitani, aquellos dos jóvenes que eran los más populares del colegio, no solo por lo atractivos que eran, si no también por qué sabían que nadie se podía meter con ellos, tenían el colegio bajo mando de ellos y ninguna autoridad de ahí podía hacer nada.
—¿Viste quien entro ahí?— hablo el mayor manteniendo su mirada fija en la entrada del colegio.
—Claro que la vi— no era mucho de fijarse en las demás personas aunque ya tenía a varias atrás de el.
—Es nueva, nunca la había visto— bajo de las gradas junto a su hermano.
—Pues así parece. Se ve algo interesante— sonrió.
—Parece que alguien tendrá nuevo jueguetes. Y es la nueva— hablo disimuladamente el mayor.
—No digas idioteces— le dió un golpe en el brazo —No quiero a nadie por el momento—
—Vamos no está tan mal la chica. Además hace tiempo que no estás con nadie, solo será para divertirse— propuso el mayor.
—No Ran, por el momento no quiero, hay varias para elegir— soltó un suspiro pesado.
—Si tu no lo haces yo si—
—Ran hay que dejarla en paz, ni si quiera sabemos nada de ella. Y no, no la vas a tocar y no vas a hacer nada con ella— tenía esa mirada sería como siempre.
Algunas miradas estaban sobre ellos, tanto hombres como mujeres los observaban. Ya estaba acostumbrados a esa clase de atención, no era nada bueno.
—No me digas que te fijaste en ella— miro a su hermano esperando una respuesta.
—Yo la ví primero— dijo Rindou —Tu elige a cualquiera otra gata que esté por ahí. Yo sabré que hacer con la nueva— sonrió.
No era mala idea, no era nada nuevo para Rindou escoger entre la multitud de chicas que tenía babeando por el. Pero no estaba interesado en ninguna de ellas, no hasta que vio a aquella chica nueva. Era linda eso lo noto en cuanto la vio. Sabía que muchos estarían atrás de ella en cuestión de días pero ninguno de ellos eran competencia para el, si el quería algo simplemente lo obtenía, eso siempre pasaba y con ella no sería la excepción aunque no sería tan fácil como el piensa.
—Es toda tuya— palmeo el hombro del menor —Ya tengo nueva cuñada— se echó a reír Ran.
—Idiota—
A pocos metros de ellos paso ______, la cual estaba buscando su salón. Un chico se acerco a ella para ayudarla aunque tenía otras intenciones, Rindou lo vio pero no le importo en lo más mínimo, después le haría pagar a aquel chico. Tocó el timbre y comenzó a caminar junto a su hermano a sus respectivos salones de clase.
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Espero les guste la nueva historia:3 también espero y sea de su agrado.
