°•Mi Atlas•° (Luisa Madrigal x T/N male)

.8.

No estaba seguro si dormí o solo fue mi imaginación, o talvez un recuerdo de la oscuridad de la noche que veía con los ojos abiertos, pero al ver las primeras gotas de sol entrar por mi ventana salí de mi casa.
El sentimiento de culpa me abrumaba por lo que había pasado el día anterior con mi abuelo, pero a la vez mí me te daba argumentos para que no me sienta de esa manera.

Al final la culpa me hizo retroceder un poco y decidir que iría con Luisa y pasaría el resto del día con ella, pero volver rápido para estar con mi abuelo, eso era lo que hacía que me sintiera menos pesado en ese momento.

Salí y vi a abuelo sentado fuera de la casa tomando un poco de sol, no me dirijo la palabra ni me miró.

–Nos vemos después abuelo– Le dije intentando saber si estaba resentido conmigo– Te quiero

Ese fue el último intento de que me mirara y se baulera de mi por lo que dije, pero no fue así.

Me fui al pueblo intentando encontrar a Luisa ya entre el pueblo ayudando a los pobladores.

–________– una voz me llamo a mi espalda.

Voltee de inmediato al saber de quién se trataba.
En ese milisegundos en el que voltee trate de pensar en que podía decirle.

–Julieta– forcé el no decirle señora por su petición– Buenos días– le dije con una sonrisa algo nerviosa

–Si estás buscando a Luisa, está en el puente– Me dijo con una sonrisa cálida– es una bola de nervios– rio

–En serio?– olvidaba que no era el único que estaría nervioso

–Asi es– me miró– eres un buen muchacho, me alegra que mi hija esté en buenas manos– dijo tomando mis manos entre las suyas de manera maternal

–No sabe cómo lo aprecio señora Julieta, Perdón, Julieta– reí

–A mi esposo también le caiste bien, dice que espera que puedan tocar buena música juntos– me explico– no perderé más de tu tiempo, ve antes de que te encuentren tus nuevas cuñadas y sus primos– rio

–Gracias

Me fui con el pensamiento en blanco pero el pecho a mil.
El solo escuchar el que de la nada tenías suegra cuñados, etc, siempre se sentía raro.
Y esta era la primera vez que me sucedía.
Y tener su bendición se sentía mas que bien.

Ví como Luisa se encontraba en el río, levantando el puente y colocándolo en otro lugar ya que el otro se había hundido.

Cuando bajo el puente estoy seguro de que fui lo primero que vio.

–Hola– dije cuando lo bajo

Ella ahogo un grito del susto y supe que me había pasado en aparecer de repente, más cuando estaba echa un nervio por culpa mía.

–Lo siento, no quise asustarte

Rio nerviosa

–Tranquilo estoy bien– se removió un mechon de la cara– bien– rio otravez nerviosa.

–Tu madre me dijo que te encontraría aquí– si no querés que algo sea incómodo no lo hagas incómodo.

Intentaba mantener una conversación casual con ella hasta que se diera la oportunidad de sacar el tema con más confianza.
En palabras de sabía cobardía estaba haciendo tiempo para hablar del tema.

–En serio?– carraspeo– digo, claro– bufo– porque no tendría que decirte en donde estaba yo?– rio aún más nerviosa

Nos miramos en silencio por unos segundos