°•Mi Atlas•° (Luisa Madrigal x T/N male)

.9.

Los milisegundos se me hicieron horas.

–Soñora Alma– dije con insistente para que me dejara pasar lo que ocurría de una vez.

Alma inhaló profundamente, no sabía cómo iniciar.

–El ya no...– fue como recibir un rayo en medio del pecho, sentí como en cada vena de mié cuerpo fluía mi sangre, la voz de Alma se quebraba.

Ella se apartó un poco y puso su manos sobre mi hombro.
Al entrar todo parecía tan lúgubre, sentías que respiraba humedad y que perdonas la sensibilidad.

Entre a la habitación de mi abuelo y lo ví tumbado en su cama, parecía estar estático, un maniquí con sus ojos cerrados.

Intente respirar con normalidad, pero al intentar inhalar una gran cantidad de aire entro en una corta cantidad de tiempo, lo mismo al exhalar.
Me acerque intentando que mi respiración no me quebrara los pulmones.

–Abuelo– no estoy seguro si lo dije o solo lo sentí en mi garganta.

–Quien eres tu?– en lugar de sentirme aliviado por escuchar su voz me quebré al ver que no me recordaba.

–A-abuelo...– mi vista de hizo borrosa por las lágrimas– soy yo– sostuve su mano

No me contestó solo respiro de manera rasposa.

–Lo siento– me quebré– Lo siento mucho

Si tan solo hubiera estado con la familia en lugar de con Luisa, estaría con el sin sentirme tan mal conmigo mismo.
Ahora no siquiera me recordaba.
Me dolía tanto, el sentir como todos esos años se volvían nada al entender que ya no permanecían en su memoria.
El saber que su corazón dejaría de latir para siempre, y que se iría como alguien que no sabe que tiene a su familia al lado.

–Abuelo?

Su pecho dejo de levantarse y contraerse, se veía tan estático y sin vida que un impulso de querer gritar y vomitar tenían conflicto en mis entrañas.

–Abuelo– me voz quebraba de un hilo que se rompió con la más afilada y cubierta de veneno tijera de dolor.

Sentí el rayo de hielo recorrer mi espalda y mis ojos solo cerrarce con tanta fuerza que temía no poder abrirlos más.
Llore, acababa de perder a la única persona que se había preocupado por mi...
Llore como si no hubiera un mañana y dejé que todo saliera mientras lloraba sin soltar su mano helada.

Narrador

Todos alguna vez sufrimos el desamparo de perder a un ser querido, por desgracia uno sufren su perdida en su totalidad, como es el caso de _______.
En ese momento no pensó el Luisa ni en nadie más.
Cuando pensaba en la persona que lo quería y se preocupaba por el solo pensaba en que ya estaba sin vida en su cama.

Todos sufrimos cambios que a todos les puede gustar o encantar.
Y él... Sufrió un cambio que dejó que todos sus allegados se alejaran de el... Incluída Luisa.
No es lindo el que te den la culpa de algo que no era tu culpa, por supuesto Luisa lo entendía ya, y no soporto la discusión que se desarrolló al día siguiente...

–No puedes darme la culpa– replicó ella

–Si no te hubiera conocido... Si no hubieras aparecido en mi vida nada de esto habría pasado!– no era el mismo y la tristeza lo segaba de verlo

Luisa inflo su pecho por todo el coraje que sentía en ese momento, se sentía tan usada.
Aún así ella entendía a _______ y sabía lo que le pasaba, podía decir fácilmente que ellos eran almas gemelas.