Capítulo 10

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Pov Yoongi

-¿Se siente molesto, agente? -me pregunta Jungkook cuando salimos del tribunal, vamos camino a mi auto pero lo dejo unos pasos atrás, no quiero verle, no quiero ver a nadie. -No la juzgaría si yo fuese usted -Dios, ¿porqué no se calla? -es decir, ella estaba asustada del asesino, es normal que quisiera huir, solo que abandonar a su hijo si parece un mal acto... -me detengo y lo miro de frente, lo señalo con mi dedo y debo parecer un monstruo en estos momentos porque me mira con ojos muy abiertos y pareciera que se encoge en su lugar, aunque yo no le creo esa faceta de niño asustado

-Debería mantener la boca cerrada, Jeon. No quiero que diga una sola maldita palabra de aquí a su casa ¿entendido? -Aprieta sus labios y levanta sus manos simulando que entende y acata la orden, veo más atrás de él y me encuentro con Kim Taehyung observándome con la cabeza inclinada hacia su lado izquierdo. Aprieto los dientes y continuo mi camino al auto, abro la puerta para Jeon y me subo al volante, sin pensarlo recargo mi cabeza entre mis manos y el volante, solo puedo escuchar la respiración suave de Jeon y el ruido que hace con su traje al moverse.

-Una copa de vino estaría muy bien -dice en voz baja y yo levanto la cabeza para mirarlo en modo de regaño por hablar, el se encoge de hombros y yo termino por asentir.

-Si, me apetece una copa. -el sonríe triunfal y yo arranco el auto.

Una vez que hemos llegado a su casa, la cual llamaría mansión, me pide que tome asiento y me relaje, no puedo renegar ante su consejo, pues lo necesito con urgencia, sentarme, recargar mi cabeza en el respaldo y cerrar mis ojos, tan solo inhalar y exhalar para relajarme, hasta dormirme si es necesario, ¿que si tengo pendientes? Más de los que quisiera, sin embargo quiero este descanso, lo vengo anhelando desde hace años, años incontables, y a pesar de que no será mucho, se siente como un descanso de mil años, ojalá pudiera quedarme de esta forma por al menos diez horas.

Escucho el sonido agudo entre la copa y la mesa de centro, abro mis ojos para ver a Jeon sonriendo mientras sirve delicada y cuidadososamente el vino en dos copas.

-Esta botella fue abierta especialmente para usted la primera vez que cenamos solos, y desde entonces no se ha vuelto a usar. Es suya, agente. -lo observo con calma, siempre mantiene esa sonrisa socarrona que me inquieta más de lo que debería, termina de servir y se sienta en el sofá -pero solo puede beberla conmigo -alza su copa y da un sorbo, yo hago lo mismo, aunque con más premura, la termino de un solo trago porque me doy cuenta que tengo más sed de la que pensaba. Y luego de dejar la copa en la mesa, vuelvo a recargarme y a cerrar los ojos.

Escucho que se levanta y sirve más vino, abro mis ojos nuevamente y está acercándose a mi con la copa en la mano.

-No puedo beber tanto -le digo con mi voz ronca pero el sólo me extiende el brazo.

-Todo lo que tiene que hacer hoy, es relajarse. Lo necesita, para despejar su mente y... olvidar. -toma mi mano y coloca la copa en ella.

-¿olvidar? ¿Qué se supone que debo olvidar? -susurro y él rodea el sofá para ponerse detrás de mí y comenzar un suave masaje en mis hombros.

-Que hoy su día, fue miserable -aprieta mis hombros y se siente realmente bien, al mismo tiempo que estira los nudos de mi cuello, sus dedos rozan mi piel con sumo cuidado. Su tacto me pone sensible y termino por rendirme a él. Me río suavemente por su comentario y asiento.

-Toda mi vida ha sido miserable. -digo como si necesitara soltarlo desde hace mucho tiempo, como si Jeon fuera alguien con quien pudiera desahogarme, dejar salir todo aquello que me frustra, que me quema las entrañas. Aún sintiendo el peso de sus manos sobre mis hombros, respiro con tranquilidad, con la armonia que el movimiento de sus manos me causa.

Caníbal (Yoonkook) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora