Caníbal (Yoonkook) (Terminada)

Capítulo 5

ADVERTENCIA: parte de este capítulo es fuerte, si no te gusta puedes saltar el primer pov Jungkook hasta el de Yoongi.

Pov Jungkook

Yo no lastimé a la última mujer encontrada el día anterior, un caso de una chica enterrada hasta el cuello, ¿causa de muerte? Contusión cerebral debido a un ladrillo. No soy tan común como eso. Ese acto fue tan simple y tan mal pensado, que seguramente la persona que lo hizo solo tomó diez minutos para planificarlo. Demasiado tonto, predecible y si los oficiales fueran más atentos e inteligentes como yo, se darían cuenta de que alguien intenta llegar a mí. Si, porque esto no es más que una llamada de atención hacia mi persona, intentando adjudicarme muertes que no me pertenecen. No voy a negar que hasta cierto punto, me conviene. Es una gran distracción para los agentes, y les hace confundirse a lo que la normalidad de mis acciones realmente es. Deben estar pensando que estoy cambiando mi forma de matar, para distraerlos. Pero que estúpidos si no se dan cuenta de que no es así. Incluso me atrevo a decir que me siento lo suficientemente ofendido por si quiera pensar que yo mataría de esa forma tan banal y mediocre.

Lo cierto es que todo este teatro sin sentido, me está molestando, y yo necesito encontrar a la persona que intenta llamar mi atención, darle unas cuantas lecciones sobre como no meterse en mi camino, y después cocinarlo parte por parte como bien sé.

Sin embargo dejaré que el venga a mi, yo no he de mover un solo músculo para encontrar a tal persona de tan pobre mente. Tengo asuntos más importantes que atender, como la carne que estoy guisando ahora mismo, algo que me ha sobrado de una de mis víctimas recientes. No se de cual de ellas debo admitir, pues todas las corto y las pongo en una hielera. No soy racista ni clasista, todas en el mismo maldito agujero.

Salpimento un poco y le doy la vuelta con las pinzas, el olor es tan delicioso, que mi estomago gruñe de desesperación por tener el bocado de una vez por todas. Me sirvo una copa de vino para controlarme, doy solo un sorbo y lo dejo en la barra, el sonido de la carne guisandose me deleita, estoy ansioso por comerla. Me giro para tomar un plato, pero mi vista capta otra presencia, como un fantasma, cuando levanto la mirada, está allí de pie, una chica alta, no más que yo, en un vestido blanco, parecido a una bata de dormir, su cabello oscuro desordenado cayendo sobre su rostro. Sobre la parte lateral izquiera un mancha de sangre debido al golpe que le he dado con un martillo, su ropa al igual que su brazos, piernas y rostro, están ensangrentados, sostiene un cuchillo y me mira esperando el momento adecuado para atacarme, que ingenua.

—¿Cómo te haz desatado? —pregunto tranquilamente limpiándome las manos con un trapo y lo dejo nuevamente en la barra de la cocina. Apago la estufa después de oler el sazón de la carne. Cojo la copa de vino  bebo de ella mientras la observo, respira de forma agitada y su mano empuña fuerte el cuchillo que debió haber tomado de la mesa donde dejé las herramientas con las que pensaba torturarla.

—¿Porqué haces esto? Déjame ir. —dice ella y yo sonrió suavemente sin que realmente sea una sonrisa  es más como una mueca, pienso en la respuesta y la verdad es que siempre respondo lo mismo cuando me lo preguntan.

—Para salvar a tu hijo —me encojo de hombros

—Yo amo a mi hijo, jamás le haría daño —dice con los dientes apretados, de su boca escurre saliva mezclada con sangre, le he sacado dos dientes con unas pinzas. 

—¿No dicen eso todas las madres? —levanto una ceja pensando. —Pero... ¿es realmente amor, o solo lo amas porque la forma mecánica de ser que nos inculca la sociedad misma así lo dice?—hago una pausa— Ahora que lo pienso —coloco un dedo en mis labios —madre nunca me dijo que me amaba, yo creo que el amor de madres a hijos es una toral farsa.

—Maldito enfermo, que tu infancia haya sido una desgracia, no significa que debas desgraciar la de nuestros hijos. —suelto una sonora carcajada y niego con la cabeza.