SeventySeven

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Cuando se despertó, la cama estaba vacía y hacía frío. Parecía como si Taehyung hubiera estado ausente por mucho tiempo. Jimin se dio vuelta lentamente, se agachó en la cama y cerró los ojos por un rato más. Su cuerpo todavía estaba demasiado débil, porque habían estado ocupados toda la madrugada. Ahora, siente que su cintura y sus piernas están demasiado sensibles y, por lo tanto, se avergüenza de no poderse mover.

En ese momento, la puerta se abrió con suavidad y Jimin rápidamente fingió estar dormido. Sintió que alguien estaba a su lado, y apretó las sábanas con los dedos. Antes de darse cuenta, su espalda estaba siendo envuelta por algo cálido. Duro, pero muy acogedor. Un gatito comenzó a ronronear en su pecho.

-Mi amor, feliz cumpleaños. -Taehyung se inclinó y besó desde el lóbulo de la oreja de Jimin hasta la línea de su delgado cuello-. Levántate pequeño.

Jimin se encogió de hombros y apretó al gatito entre sus brazos.

-No me molestes. Me estás picando con tu barba...

Taehyung no hizo mucho más para convencerle, solo sonrió y se acomodó de frente a Jimin para robarle otro silencioso beso.

-Levántate, un rato nada más. Te esperaré abajo.

Jimin se sentó con dificultad inmediatamente después de que percibió el silencio, se arregló los botones de la pijama y se frotó con suavidad la frente y los ojos. Una vez abajo, caminó por la casa vacía hasta que escuchó un ruido fuerte en la cocina, similar al de platos cayendo sobre el suelo. Se asomó por la puerta y vio a Taehyung, sonriendo de una manera verdaderamente grande.

-¿Qué pasó?

En Taehyung había una exagerada cantidad de harina sobre su delantal que tenía dibujadas pequeñas flores. Traía en la cara una mirada tonta y reía a carcajadas mientras intentaba quitar sobre la cabeza de un perro grande, un diminuto costal. El perro estaba completamente blanco y todo alrededor de ellos era un desastre.

-Intentaba hacer un pastel.

Jimin tenía todavía al gatito sobre sus brazos, y parecía casi tan asustado como él.

-Eres increíble.

El castaño camino hacia él, lamió la harina que manchaba la comisura de su boca, y luego abrazó a Jimin hasta hacerle caer sobre el sofá de la sala de estar. La mano de Taehyung estaba muy caliente, y ella creó su propio camino sobre la cintura de Jimin a través de su pijama, le frotó suavemente hasta crear una línea imaginaria que conectaba su pubis con la cara interna de su muslo. Jimin se curvó contra él, y a cambio obtuvo un susurro sobre su boca.

-La harina está toda sobre mí. - Taehyung no lo soltó-.Te voy a compartir un poco.

Sus movimientos no se detienen, y Taehyung entiende que es difícil poner incómodo a Jimin. Su mente está volviéndose borrosa nuevamente, a pesar de que le funcionó bien para controlar su cuerpo la noche anterior porque tenía miedo de lastimarlo. La técnica y la fuerza que ejerce el castaño es muy placentera, y los músculos tensos del rubio lograron relajarse casi por completo. El masaje se extiende por mucho más tiempo del que esperaba, y Jimin se siente avergonzado por haber interrumpido a su cocinero especial...

-Me siento mal por ti... Estabas muy concentrado. ¿No es cierto que el pastel todavía no está listo?

Jimin se levantó del sofá y fue directamente a los brazos de Taehyung para darle un último beso. Taehyung no dijo mucho, y frotó suavemente el costado de Jimin con la palma de la mano. Finalmente se levantó. Caminó dos pasos hacía la cocina y de repente recordó lo que iba a mostrarle.

-¡Es cierto, lo había olvidado!

Taehyung sonrió y se volvió para abrir la puerta de seguridad. Jimin se preguntó qué iba a hacer y se inclinó para adelante. No esperó ver a un gran perro dorado entrando alegremente con un enorme moño sobre la cabeza. El castaño se aproximó porque los gatos no querían caminar, y regresó con ellos entre los brazos, arreglados de la misma manera. Jimin comenzó a reír.

The ten years that I loved you the most Donde viven las historias. Descúbrelo ahora