Eighteen

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Jimin empuja al hombre de su cuerpo, mira a la oscuridad e intenta calmar su respiración y la sensación de angustia que le está asfixiando lentamente.

Al inicio, ambos estaban juntos todo el tiempo. Eran los mejores amigos, almas destinadas que se conocieron en un buen momento y a una buena edad.

Muestra una sonrisa incómoda. Recuerda muchas cosas cuando está triste y la mayor parte de ellas son asuntos triviales. Recordó, por ejemplo, que antes era muy fuerte. Casi invencible.

Supuso que se debía a que era feliz...

Cuando Jungkook era un estudiante, actuaba tranquilo y se avergonzaba con facilidad cuando demostraban su amor en público. De hecho, podía decirse que incluso era algo ingenuo.

De joven, le gustaba saludarlo diciendo:

-¡𝑃𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑀𝑖𝑛, 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑀𝑖𝑛, 𝑚𝑖𝑟𝑎! ¡𝐸𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑎𝑞𝑢𝑖!

Ese era un buen regalo... Al menos mucho mejor que las peleas de ahora.

Ellos se abrazaban, hablaban, se apoyaban y lloraban juntos. Realmente extraña los árboles del campus, las flores del peral. Los capullos aplastados bajo sus pies, cuando ambos iban allí y se recostaban sobre el césped durante los descansos.

Antes y después de la temporada de florecimiento, ellos irían ala escuela, se sostendrían de las manos y harían una recolecta de semillas y de ramas. Una de las cosas más románticas y atrevidas que hicieron debajo del peral en la escuela durante un día festivo... Fue darse un profundo beso. Se tocaron, se entregaron al amor juvenil y... Era perfecto. Era como se supone que debía ser.

¿Pero qué significa esto ahora?

El amor que una vez fue caliente y efusivo, se ha gastado durante todo este tiempo. El deseo de rejuvenecer, de volver, se hace más fuerte a medida que los dolores incrementan también sobre la parte baja de su espalda.

No hay nada, ni una sola cosa que le ayude a consolarse.

Sabe que todavía tiene la fuerza. Pero se da cuenta que es difícil levantarse y cubrir a Jungkook con la colcha. Debería haber sido una noche húmeda y estupenda. Deberían de estar abrazados suavemente, fundidos, cubiertos del sudor que antes le parecía ser un dulce néctar.

Se dió la vuelta, dándole la espalda y se mordió sus pequeños dedos para resistir los fuertes espasmos que le estaban atacando otra vez.

‍ ‍ ‍     🌙🌙

Era muy tarde, miró el cielo que comenzaba a iluminarse. La luz fría paso a través de la tela de las cortinas, que eran muy delgadas. Este año trajo consigo un invierno frío, el más largo que recuerda. Si pudiera construir un muñeco de nieve con Jungkook, al menos uno pequeño... Tal vez sus huellas permanecerían por un poco más de tiempo en los recuerdos del mayor.

Baja y se apresura a ducharse. Su cuerpo está muy delgado y los rastros de lujuria de la noche anterior le tienen densamente cubierto.
Se siente sucio y lastimado.

Por dios, piensa que es algo muy asqueroso.

Sabe que no le queda nada que hacer y realmente no quiere llamara a Taehyung por que se niega a causarle todavía más problemas.

Es un hábito amar a ese hombre y él lo soportará valientemente hasta el final.

Quitó con cuidado las cosas que Jungkook derramó en sus muslos, deja que todo se resbale por el baño de mármol y mientras retira el semen con sus dedos, sus cejas se le iban juntando cada vez más y más. Sus ojos empezaron a arder...

No quiere hacer esto otra vez.

Toma su medicamento al terminar de vestirse y baja para preparar el desayuno, aunque no tenga hambre. Jungkook había bebido más que él, y esté le prepara entonces una papilla de mijo para asentar a su estómago.
La papilla se cocinó en la olla, Jimin se sienta en el pequeño sofá y se concentra en leer un libro mientras espera a que esté lista.

Cuando Jungkook despertó ya era más de medio día. Parte de su cabello se encuentra desordenado, se muestra medio dormido y sorprendió a Jimin abrazándole por la espalda. Él es mucho más robusto que su pequeño, y se a mantenido presionándole entre su cuerpo.

-Mañana me voy a un viaje de negocios. Volveré dentro de medio mes cariño.

La mano de Jimin se detiene abruptamente sobre la hoja:

-¿M-Medio mes?

-Si te sientes solo, sabes que siempre puedes llamarme. ¿No?

-¿Irás con alguien que conozco?

Jimin se separó de los brazos de Jungkook y fue ala cocina para servirle la papilla y dársela para comer.

Jungkook suspiró:

-Iran varios compañeros del piso y asistentes.

Jimin sonrió como si no le importara y le dio el mijo al pelinegro en un pequeño plato hondo.

-Kook, no abuses demasiado de Yoongi. Es todavía un niño y no puede hacer todo lo que le pides. Aunque parezca que sí.

-No voy a llevar a Yoongi, cariño. Cuando viajo fuera me llevo a otra persona. Un académico graduado de la facultad de arte. Vamos a estar en Francia y él parece conocer todos los diseñadores novatos. En realidad es muy bueno en lo que hace.

-¿Lo he visto alguna vez?

Jungkook toma el mango de una cuchara, trago y después rio.

-Imposible. Shen nunca viene por estos rumbos.

Jungkook de repente cerró la boca y se concentró en comer. Las manos de Jimin se enfriaron repentinamente, y sintió, mientras escuchaba el sonido de su corazón retumbándole en los oídos, que ese hombre estaba claramente en una posición mucho más alta que en la que él estaba. Al menos para Jungkook.

Volvió a tener náuseas.

The ten years that I loved you the most Donde viven las historias. Descúbrelo ahora