SeventyEight

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Jimin no se negó ni respondió. Está mareado y se siente como si fuera a caerse.

No tiene del todo claros sus sentimientos acerca de la existencia de Taehyung, pero aun así aprueba completamente el desarrollo que han tenido, hasta el presente. Taehyung se aparta y, con los dedos, suavemente frota una ligera hinchazón que se está formando sobre sus labios.

-Estás muy dulce. -Taehyung sonríe-. Probablemente voy a enamorarme más de ti si sigues teniendo sabor a tarta.

Jimin está extrañamente agotado, así que se volvió para acostarse suavemente sobre el sofá. Por el contrario, Taehyung no tuvo tiempo de decir nada porque su celular volvió a sonar nuevamente. Está irritado y quiere dejar caer el teléfono y patearlo. ¿Acaso Jungkook no se cansaba nunca?

-Voy a atender una llamada, por favor intenta dormir un rato.

El tono de llamada del teléfono se escucha cada vez más estridente. Cuando Tarahumara subió las escaleras, el teléfono se colgó automáticamente, pero no tardó ni diez segundos en volver a molestar.

-¿Quieres algo?

La voz de Jungkook es muy estable, pero no puede ocultar su creciente alegría.

-𝑈𝑛𝑎 𝑎𝑔𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑚𝑒́𝑑𝑖𝑐𝑎 𝑚𝑒 𝑝𝑟𝑜𝑚𝑒𝑡𝑖𝑜́ 𝑢𝑛𝑎 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑑𝑜𝑛𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛. ¡𝑇𝑖𝑒𝑛𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑒́𝑑𝑢𝑙𝑎 𝑜́𝑠𝑒𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝐽𝑖𝑚𝑖𝑛! 𝑃𝑒𝑟𝑜, 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑎𝑛𝑠𝑎𝑟 𝑦 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑝𝑒𝑟𝑎𝑟𝑠𝑒 𝑑𝑢𝑟𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑠𝑒𝑚𝑎𝑛𝑎.

Los labios de Taehyung tenían una curvatura muy irónica. El tono frío del inicio no a cambiado:

-Eso es algo bueno. Pero, Señor Jeon... ¿Cómo está tan seguro de que tenemos una semana?

El teléfono estuvo en silencio durante mucho tiempo.

-𝐸𝑛𝑡𝑜𝑛𝑐𝑒𝑠, ¿𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑖𝑟 𝑚𝑎́𝑠 𝑟𝑎́𝑝𝑖𝑑𝑜?

Taehyung se rio. Jungkook no estaba molesto por eso. El tono con el que contestó trajo a flote algunos significados aparentemente suplicantes.

-¿𝐸𝑠𝑡𝑎́ 𝑏𝑖𝑒𝑛? 𝐻𝑜𝑦 𝑐𝑢𝑚𝑝𝑙𝑖𝑜́ 𝑎𝑛̃𝑜𝑠... ¿𝑃𝑢𝑒𝑑𝑜 𝑝𝑒𝑑𝑖𝑟𝑡𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜 𝑓𝑒𝑙𝑖𝑐𝑖𝑡𝑒𝑠? 𝐸𝑠𝑡𝑢𝑣𝑒 𝑐𝑜𝑛 𝑒́𝑙 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑑𝑖𝑎 𝑒𝑙 𝑎𝑛̃𝑜 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑑𝑜, 𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑣𝑒𝑟𝑡𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑜 𝑦 𝑝𝑒𝑛𝑠𝑒́ 𝑞𝑢𝑒... 𝑌𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑐𝑜𝑛 𝑒́𝑙, 𝑛𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑚𝑎́𝑠 𝑣𝑎 𝑎 𝑟𝑒𝑐𝑜𝑟𝑑𝑎𝑟𝑙𝑜. 𝐸𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑝𝑜𝑛𝑑𝑟𝑎́ 𝑚𝑢𝑦 𝑡𝑟𝑖𝑠𝑡𝑒.

Jungkook encendió fácilmente a Taehyung, y Taehyung sonrió de una manera altamente aterradora.

-Vaya, el señor Jeon está enamorado de verdad. ¿No es así? Debes sentirte muy mal porque no pudiste estar aquí para comer pastel con nosotros. También le di un regalo de cumpleaños.

La ira de Taehyung no se puede reprimir, soportó a Jungkook, no un día o dos, sino constantemente. Él, era la maldita sombra que lo seguía por todos lados. Lo haría siempre. Sintió que el pelinegro era la persona más desvergonzada que había visto nunca. Cuando lo tenía no supo cómo cuidarlo y cuando lo perdió, siguió diciendo que lo amaba. Siente que no hay una persona más enamorada en el mundo que él y esa es una mentira. Todavía piensa que puede compensar sus errores y piensa que puede volver a estar con él. Qué estupidez.

-¿Está bien si cuelgo ya? Tengo que ocuparme de Jimin, voy a llevarlo a tomar una siesta para que recupere la noche de sueño que le quité... Porque, me acosté con él.

Taehyung originalmente no pensaba usar esta parte de su vida para hacer enojar a Jungkook, sabe que estuvo muy mal y se sintió culpable de inmediato. Sin embargo, el pelinegro siempre a podido evocar la peor parte suya. La que es tan hijo de puta como lo es él.

La voz de Jungkook se estrelló y gritó, con un miedo que no se podía creer. Presa de una furia insoportable.

-¿¡¡𝑇𝑢́ 𝑙𝑜 𝑡𝑜𝑐𝑎𝑠𝑡𝑒!!?

-Por favor Jeon, hemos estado juntos por tanto tiempo. ¿No es esto lo normal? -Taehyung contestó con una voz suave y dibujó en su boca una sonrisa honesta-. ¿Todavía quieres mi ayuda para enviarle un saludo de cumpleaños? Si no, entonces colgaré primero.

Jungkook se detuvo, y el teléfono se deslizó de su mano y cayó pesadamente contra el piso. Jungkook fue despojado de la fuerza que le quedaba, y se derrumbó en el sofá. No sabía para dónde corrían sus pensamientos, y aventó todos los artículos que estaban sobre la mesa de café. Al final, realmente no se contuvo, sus manos cubrieron su rostro y se atragantó con sus palabras y con las lágrimas que fluían desesperadamente. Jungkook susurró:

-... Te lo ruego... Por favor, no lo toques... No toques a mi pequeño Jiminnie...

La posesividad de Jungkook es fuerte en extremo, piensa que las cosas que han sido cuidadosamente protegidas por sus brazos no deben ser tocadas nunca... Y ahora, otro hombre le dice que ha tomado posesión de su tesoro más precioso. Qué lo tomó y que lo abrazó y que lo ama...

-Falso... Debe ser falso... -Jungkook sacó la medicina de su bolsillo y apretó los labios para reconfortar su corazón-. No pudo haberlo tocado, no puede porque me pertenece. No puede, porque es mío. No pudo haberlo tocado si está tan enfermo.

Jungkook se levantó apresuradamente porque todo su cuerpo comenzó a temblar. Su respiración parecía no querer seguir fluyendo y terminó por vomitar antes de llegar al baño.

-Incluso si Taehyung dijo eso... No me importa, no me importa. No puedo creerlo. No es verdad. No me importa...

Para cuando Taehyung bajó las escaleras, Jimin se estaba quedando dormido mientras tocaba el cabello largo y dorado de uno de los perros. Su mano era hermosa, delgada y sumamente fina. El círculo plateado en su dedo anular le llenó de calor el corazón y comenzó entonces a respirar más lentamente. Taehyung tomó su muñeca, lo besó y suspiró.

-No juegues con el perro. Vamos a la habitación cariño.

The ten years that I loved you the most Donde viven las historias. Descúbrelo ahora