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𝐊𝐈𝐋𝐋𝐄𝐑 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍
tw: mención de trastorno alimenticios (tca; permanexia)
Jennifer comenzó a contar calorías en el año ochenta y tres, cuando apenas tenía catorce años y quería ser una chica cool y delgada, más de lo que ya era, pero los comentarios que recibía de su padre, no eran de ayuda. Ella quería ser una chica deseada por todos, quería caerle bien a las demás y ser aprobada por todos
"Deberías ser delgada como Ginger" o "Brigette es muy alta y tú muy petiza, debiste salir como ella" y a veces se sentía muy mal, gracias a su genética materna sus pechos habían salido un poco antes que los de sus hermanas y mas grandes también, eso no la ayudaba por su pequeña estatura. A penas pudo comenzó a contar cada calorías y en poco tiempo ya era una experta porque para el año ochenta y cuatro ya podía ver el producto y sabía el aproximado de calorías que podría tener la comida
Como ahora, estaba a mitad del almuerzo cuando Steve decía invitarle a un restaurante a comer tranquilamente, solos, sin niños, solo ellos dos como los mejores amigos que son, miraba su pasta con algo de desagrado, las veces que había tenido atracanes esa pasta se veía muy rica pero ahora se veía muy mal y no quería comerla.
— ¿Crees que perdí el encanto? — Steve llamó su atención mientras romana de su jugo haciendo que Jennifer negara — No mientas, Jennifer
— No creo que hayas perdido el encanto, a veces a las chicas nos gustan...idiotas — Jennifer respondió sonriendo — Solo debes de darte tu tiempo, no siempre vendrán chicas, cuando estaba de novia con Billy todas querían tener citas con él, ¿por qué? porque era idiota
Steve noto que en ningún momento tocó el plato, tal vez el tenedor pero no el plato, tomaba más de bebida que cualquier cosa, para después ver el plato repetidas veces.
— Vamos, dime cuantas calorías tiene esa pasta para que no la comas — Steve preguntó preocupado para tomar un poco de su comida, Jennifer lo miro y suspiro
— La pasta tiene 131 — comenzó señalando — Después esto tiene un poco de salsa, ya sabes sube unas cinco o siete calorías
— Jen — Steve lanzó un suspiro antes de tomar su mano sobre la mesa — Yo te amo, eres la mejor amiga del mundo y no le digas a Robin pero ¿estas comiendo bien?
Había pasado una semana desde que vecna ya no había atormentado a Jennifer, una semana en la que se la había vivido en casa de Eddie porque su tío no estaba en casa por temas de trabajo muy seguido a menos que vaya a la caravana por ropa como lo haría el día de hoy, según palabras del menor de los Munson, Eddie era alguien pasional y el que Jennifer se quede en su casa significaba mucho.
