Chapter twelve

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Capítulo doce:

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¿Una hora? ¿Quizás dos? Ninguno lo sabía y a ninguno le importaba.

Ya había oscurecido, y ellos continuaban acurrucados en la cama, como si la familia de ella no viviera justo al otro lado, como si Jungkook no hubiera salido totalmente ebrio y muy posiblemente la puerta principal estaba abierta.

Nada importaba para Rosé en aquel momento más que las caricias que Jimin otorgaba a su espalda desnuda. Había decidido que no iría a casa esa noche, a fin de cuentas a su madre no le importaría, así que Jimin le había prestado una de sus camisas para que durmiera cómodamente, y por supuesto, también se le facilitó deslizar sus manos por la espalda suave de ella.

Todo parecía tranquilo y perfecto, sin mencionar ni una sola palabra. Pero entonces Jimin recordó un pequeño detalle que seguramente complacería a la pequeña Park...

—Hoy rompí lazos con Sana—murmuró suavemente, con sus labios aún pegados al cuello de la menor—Ya no fingiremos ser pareja, y tampoco seguirá trabajando para mí.

—¿Por qué de repente?—se apartó levemente para buscar su mirada bajo la tenue luz.

—Ambos estamos mutuamente hartos, yo no la quiero más en mi vida, de ninguna manera y se lo hice saber muchas veces, entonces ella también se hartó de mi indiferencia y decidió alejarse por cuenta propia—le dijo, acomodándola sobre su pecho—También...pronto voy a mudarme.

—¿Por qué?—puchereó levemente, significaba que ya no lo vería desde su ventana.

—Rosé, somos vecinos, es incómodo—se rió del casi berrinche de la menor—Coniciendo a tu madre, me sentiré ahogado. Verla cada que sale a hacer compras ha sido incómodo, ¿Te imaginas ahora que se entere que su hija y yo “terminamos”?—escuchó a la menor suspirar.

—Me encantaría tener otro tipo de familia.

—A mi también me encantaría pequeña, eres como un...rayito de luz—sonrió para ella, recibiendo un sonrojo de regreso—Esa gente no merece compartir oxígeno contigo.

—A veces, me gustaría casarme con Tae lo más pronto posible—lo mencionado por Rosé hizo que Jimin frunciera el ceño con disgusto—¿Qué pasa Jimin-ssi?—se burló.

—Dime la razón por la que querrías unirte a él—quiso apartarla suavemente...estaba siendo berrinchudo, y eso a Rosé no pudo emocionarla más, así que con su corazoncito latiendo a mil, se subió sobre él quedando frente a frente.

—¿Estás enojado?—se acercó a su cuello, no solo a disfrutar del delicioso aroma masculino que Jimin desprendía, si no también a dejarle pequeños besos húmedos, y leves mordiscos que seguro dejarían marcas.

—No cambies el tema—se quejó, al mismo tiempo que la abrazaba por la cintura.

—Verás, cuando me case, mis padres no volverán a quejarse de la ruina en la que están cayendo, vivirán su vida como estúpidos ricos y...te juro que yo seré lo último en lo que pensarán. Así que, mientras más rápido me case, más rápido dejarán de joderme y podré divorciarme, a fin de cuentas seré mayor de edad y ya no seré responsabilidad de ellos porque legalmente seré una Kim, no volverán a interferir en mi vida. Después de mi divorcio, si ellos se joden, yo ya estaré lo suficientemente lejos como para saberlo y sentirme culpable.

Little By Little // JiRoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora