Chapter fifteen

593 49 60
                                    

Capítulo quince:

• • •

El mullido colchón rechinó tantito cuando Jimin se levantó de su lado. Ya estaba despierta, pero no pensaba ser ella quien se delatara, quería que él tratara de despertarla, ¿Besarla quizás? Quien sabe, solo deseaba que él la despertara como en las novelas, así de bonito y romántico.

Pero no fue así, él no era así, supo que no la despertaría de ninguna manera cuando escuchó la puerta de la habitación ser cerrada con mucha fuerza, formando un portazo.

Su cabeza se inundó de tantas ideas que hicieron que sus ojitos se cristalizaran.

Fueron los diez minutos más largos de su vida, con los pensamientos más deprimentes.

¿Y si le decía que todo había sido un rotundo error? Ya no volverían a hablarse, quedaría como una idiota, humillada, totalmente humillada.

¡No!

Si él pretendía decirle eso, la escucharía primero.

Hizo el ademán de levantarse, con rabia creciendo en su pequeñísimo ser, pero a la vez con mucho miedo.

—No te levantes—le ordenó el pelinegro entrando nuevamente, asustándola.
Jimin había entrado con una pequeña taza entre sus manos. Sin voltear a verla aún se acercó hasta la mesa de noche dejándola ahí, para después desviar la mirada hasta Rosé, quien seguía en el mismo estado que momentos antes: con los ojos cristalinos y un pucherito temblante. Esto solo hizo que Jimin se preocupara.

—¿Qué sucede? ¿Te duele algo?—se acercó para meter su mano entre la sábana y acariciar suavemente el vientre, causándole cosquillas.

—¿No me vas a decir nada?—cuestionó, pero ahora con vergüenza ante las caricias.

—¿Algo como qué?

—No, nada, olvídalo.

—¿En qué estabas pensando?

—Dije que lo olvidaras—sacó la mano del mayor.

—Rosé—alargó—¿Pensaste que yo iba a dejarte luego de esto?

Rosé mordió su labio, indirectamente dándole la razón.

—Pequeña, yo no haría eso—haló su brazo levemente para abrazarla por la cintura, besando su cabeza en el acto—Admito que a veces eres una mocosa muy insolente, hiperactiva y llegas a estresarme—sintió como la menor golpeó su pecho y sonrió—Pero así me gustas, me gusta todo de tí, y eso implica amar tus red flags también.

—¿Desde cuándo eres romantico, eh?—se separó de él, para burlarse—Recuerdo a Park Jimin como un profesor amargado, ¿Puede alguien cambiar de un día para el otro?

-Sí, claro que sí.

Dejando de lado todo, incluso el hecho de que tenía una reunión en solo dos horas, se abalanzó hacia ella para besarla apasionadamente, penetrando la boca de la menor con su lengua.

Chaeyoung se apenó al instante, ¡Aún no se lavaba los dientes! Aún así, le correspondió.

Momentos después, la única pieza que lo cubría -su pantalón de chandal.- había dejado su cuerpo, dejándolo como Dios lo había traído al mundo. Rosé se separó de él un momento para admirar lo que la noche anterior no había podido a causa de la oscuridad.

—No lo mires mucho, tonta.

Apenado, abrió las sábanas encontrándose con la desnudez de Rosé. Relamió sus labios y abrió sus piernas para ubicarse e introducirse lentamente en ella.

Little By Little // JiRoséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora