|Cap. 10|

20 1 0
                                    

Lee Know.

La alejo un poco de mi, ella me mira confundida.

—No, Min— saco sus manos de mi cuello.

—¿Por qué?— pregunta mientras me da castos besos en los labios.

—Basta, estás ebria— la aparto.

No sería capaz de hacerle algo sin su consentimiento, y en estos momentos no estaba en sus cinco sentidos como para saber que hacer.

—Claro que no— miente mientras empieza a reírse un poco.

—Vamos al auto— la tomo de la mano, esta me sigue con una sonrisa y después de unos pasos se detiene.

—Lee— me llama y volteo a verla —no quiero caminar, estoy cansada— se acerca a mi para poner sus manos en mi cuello —llévame tú, ¿si?— recarga su cabeza en mi pecho.

Mierda, no.

La tomo entre brazos para dirigirme al auto, siento como esconde su cabeza en mi cuello, siento como empieza a dejar besos haciendo que me sienta nervioso.

—No, Min, ya basta— pero no se detiene.

—Vamos, Lee, no es para tanto— levanta su rostro quedando a centímetros de el mío.

Sus ojos miel me observaba con un brillo, una sonrisa empezaba a adornar su rostro, sus mejillas tenían un color rosado, sus labios rosas estaban entreabiertos, quito mi vista de sus labios para evitar besarla, vuelvo mi mirada a sus ojos.

—Te subiré al auto— digo antes de abrir la puerta y subirla.

—Vamos, Lee— murmura.

Subo al auto, una vez dentro saco mi teléfono para ver la hora 3:04 A.M., ya debería ir a dejarla a casa, hoy tenía clases a las ocho.

Siento unos toques en mi brazo, volteo a verla y esta se acerca para besarme, pero esta vez no lo rechazo.

Siento como se trepa encima mío, mis pantalones empiezan a apretarse, no debí aceptar el beso.

Ella mete sus manos dentro de mi camisa, la intento apartar pero empieza a besar mi cuello.

No, si no le ponía un alto ahora, no iba a poder detenerme después.

—Estás muy ebria, verás que mañana cuando recuerdes lo que hiciste, no podrás verme a la cara— la intento quitar de mi lado.

—No me lo digas, igual mañana no recordaré nada — murmura con los ojos cerrados —tengo mucho su…— no termina de hablar porque cae dormida en mi pecho.

Ruedo los ojos y la aparto de mi lado logrando dejarla en el lado del copiloto.

Miro mis pantalones y niego con una sonrisa.

Sin duda mañana le diría lo que hizo.

Pongo el auto en marcha, llegaría a las siete a su casa.

[...]

—Vamos, Min, es hora de levantarse— la muevo un poco.

—Lo siento, me quedé dormida— dice rápidamente.

—No importa, ¿trajiste las llaves de tu casa?— pregunto.

—Si, toma, son de la puerta trasera— me las entrega —me siento muy mareada, ¿cuánto dormí?, ¡ya es de día!— mira asustada al cielo.

La tomo de la mano para emoezar a cminar havua la puerta trasera, logro abrila en silencio, le ayudo a entrar a su cuarto por miedo a que se lastimara en las escaleras.

Mi Perdición - Lee Know - PAUSADA TEMPORALMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora