Funeral

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En los últimos meses, Adora había imaginado este momento un sinfín de veces.

Desde el desacuerdo con sus padres, encontró en Razz un lugar seguro. A ella no le importaban los detalles triviales como su sexualidad, solo veía a Adora como la persona que era. Si, a veces la confundía con su hermana o hasta con su primo, pero le dio un hogar.

La noticia los tomó a todos por sorpresa. Fue una llamada en medio de la comida. Adam encontró el cuerpo de Razz en su cama, había muerto entre sueños. Al principio Adora no sabía como reaccionar, ella nunca había perdido a alguien tan importante. Sabía que Razz era mayor y que pronto iba a morir, es por esto que en sus noches de insomnio solía imaginar cómo reaccionaría ante la noticia.

Resulta que lo imaginario y la realidad son muy distintos.

Adora se veía abrazando a su hermana, dejando que esta llorase en su hombro mientras tomaba el papel firme al que estaba acostumbrada y, sin embargo, cuando llegó la llamada Adora rompió en llanto y corrió a su cuarto. Se acostó en su cama y se tapó la cabeza con una sábana. El dolor en su pecho, la desesperanza y la tristeza era horrible.

Pasó toda lo noche en vela, llorando a ratos y viendo el techo. Parte de ella esperaba la llamada de Catra, su ex siempre sabía cómo hacerla reír, pero sabía que eso no iba a pasar y eso la hacía sentir sola.

Al siguiente día, Mara empezó con los preparativos del funeral. Al ser la mayor, tomó la responsabilidad de darle a su abuela una ceremonia digna de ella. Esperanza estuvo a su lado todo el tiempo, Adam empezó a ir a comer una vez a la semana para llevar un poco de alegría a la familia y Adora... solo intentaba parar ese vació en su pecho.

Una semana después de la muerte de Razz fueron a ver el testamento. Adam, Mara, Esperanza y Adora se encontraron con un abogado quien les leyó lo que les había dejado su abuela.

Los padres de Adam murieron en una balacera cuando él era un niño y los padres de Adora se enemistaron con Razz al cortar la comunicación con sus hijas, por lo que dejó todo para sus nietos. El primero en ser mencionado fue Adam, quien se quedó con la casa y una suma importante de dinero. Después fue Mara, a quien le dejó su camioneta, dinero y una segunda casa, donde vivían actualmente. Y por último fue Adora a quien, para sorpresa de todos, le dejó la taquería familiar y el dinero suficiente para pagar los primeros años de carrera.

Con un negocio propio, Adora sabía que era hora de tomarse en serio su trabajo. Le pidió ayuda a Adam, quien sabía un poco sobre administrar un restaurante y se puso la meta de entrar a Administración de Empresas para mantener la taquería, y el legado de su abuela, a flote.

Al llegar el día del funeral se sorprendieron de la cantidad de personas que fue a rendirle respeto a Razz. Apenas cabían en las butacas de la iglesia. Había algunos amigos de Razz, sus vecinos, empleados y uno que otro cliente consentido. Adora había invitado a Glimmer y Bow, quienes la acompañaban y tomaban su mano en apoyo.

Toda la ceremonia pasó como un borrón, las palabras del padre se difuminaban en el cerebro de Adora mientras esta intentaba recordar los momentos que pasó con su abuela. En un punto la llamaron al escenario para dar un pequeño discurso, sus amigos la dejaron ir con un último apretón de manos.

-Mi abuela era un persona especial- Aclaró un poco su garganta, para que su voz llegará a todos los presentes. Al hablar de nuevo tuvo la sensación que la iglesia tomaba sus palabras y las llevaba hasta el mismo cielo- Uno de mis primeros recuerdos de ella es llegar a su casa, empaparme con el olor a mole recién hecho y la expectativa de recibir un abrazo fuerte. Razz nunca me vio de mala manera, siempre estuvo para mi en los peores momentos de mi vida con un plato de comida preparado y una sonrisa que me hacía sentir que todo era posible.

Tuvo que parar unos momentos, pues su voz se rompió y quería empezar a llorar.

-Mara y yo la amábamos, era una de nuestras personas favoritas. Si, a veces se le iba la cabra al monte, pero siempre mantuvo el corazón de una madre, y logró ser una para todos sus nietos- Sonrió un poco y volteo a ver la imagen de su abuela a su espaldas- Gracias por ser la familia que merecíamos, espero que nosotros fuéramos la que tu merecías. Te amo, abuela.

En cuanto volvió a su lugar, la recibieron dos pares de brazos que la hicieron llorar. Mara y Adam también dijeron algo, pero apenas le puso atención.

La recepción estuvo llena de las comidas favoritas de Razz: Café de olla, pan dulce, tacos convertidos en tapas y un poco de mole hecho con su receta. Adora estuvo toda la mañana preparando las cosas y recuperó su sonrisa al ver como todos parecían disfrutar y compartir anécdotas con sus platillos.

No fue hasta la noche, cuando Adora ya estaba acostada en su cama cuando una llamada la sacó de su mente. Tomó el teléfono y casi lo tira al ver el identificador. Catra la estaba llamando.

-Catra- Su voz salió como un susurró, tomó su cobija con más fuerza.

-Adora- El escuchar a Catra después de tanto tiempo, era algo a lo que no estaba preparada. Aún causaba una sensación de calma instantánea- Escuché lo que pasó con tu abuela.

-Han sido unos días difíciles- Adora no quería llorar, pero había algo de hablar con esa persona que hacía que el sentimiento de vulnerabilidad la superara.

-Lo siento mucho-Ahora la voz de Catra también era un susurro- No puedo imaginar lo que se siente perder a tu familia, las pocas veces que la vi siempre me pareció una buena persona. Los amaba mucho.

-Lo sé. Nosotros también la amábamos, siempre tenía los mejores consejos y las mejores recetas para curar todo mal.

-Cuéntame más de ella.

No supo cuanto tiempo hablaron. Solo que pararon cuando el cielo estaba aclareciendo y Catra declaró que tenía que prepararse para la escuela. Las dos se escuchaban cansadas, pero se habían extrañado tanto que no querían colgar, separarse.

-Gracias por esta llamada- Dijo Adora como despedida, apenas podía mantenerse despierta- Era justo lo que necesitaba.

-No te preocupes princesa, pronto podremos vernos de nuevo. He avanzado mucho.

-No sabes lo orgullosa que estoy- Las palabras de Adora se sintieron como un abrazo para Catra- Se que te estas esforzando por mejorar.

Hubo un pequeño silencio.

-Te amo- Murmuró Catra- Aunque no estemos juntas, te sigo amando.

-Yo también. Nunca dejaré de hacerlo.

-Adiós- Adora notó la aprensión detrás de la frase, no quería despedirse- Voy a llegar tarde.

-Adiós.

Cuando la llamada acabó, Adora cerró los ojos. Por primera vez en meses se sentía en paz, sabía que no iba a ser la última vez que hablará con Catra, no podía serlo.


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Aparece epicamente  

No me había olvidado de hacer los extras, solo que pasaron muchas cosas estos meses y apenas tengo la energía y la creatividad de escribirlo. 

Pues con este solo falta un extra más y podré dar el final oficial de esta historia. 

Espero que no se olvidarán de esto. Portense bien. 
TQM

Te conocí en un Oxxo- CatradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora