Capítulo 3. Cuestiones.

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Los capítulos siempre quedan más cortos de lo que planeo. Ya no diré nada al inicio de cuando pienso publicar porque les quedo mal. xD
Gracias por la paciencia, los votos y comentarios. Si no hay nada más que deba aclarar espero el capítulo sea de su agrado. Nos leemos.


***


Fijé la vista en la taza de café preparándome mentalmente para la "entrevista", tenía que sonar tranquila y casual pero el sujeto me causaba mares de intriga. Allí estaba él, de cuclillas sobre la silla con la postura más incómoda que puedan imaginar, jugueteando con los dedos de sus pies descalzos.  

Suspiré, de seguro estaba molestándolo. Si al final de la noche el pobre terminaba odiándome no lo iba a culpar pero de cualquier forma era difícil que pudiera conseguir respuestas concretas a todo lo que pensaba preguntarle, qué remedio. Por lo que ya había visto las preguntas directas no me lograban decir nada de alguien como él, era mejor probar con un poco de matiz. 

—Debes conocer bien al señor Waste, por lo que he escuchado en su apogeo como abogado era bastante exigente y malhumorado. 

—¿Por lo que has escuchado? Eso quiere decir que tú ni siquiera lo conoces—me supo mal, había sonado más que inexperta. 

—Digamos que es mi primer trabajo pesado, es la primera vez que salgo de mi país. Además quedar en responsabilidad de cuidado en una residencia tan grande como esta no a cualquiera se le asigna. 

—No te preocupes, de hecho yo sólo lo he visto una vez y puedo decirte que los rumores que has escuchado son ciertos, el hombre se carga su carácter. 

—¿Sólo lo has visto una vez? Qué extraño, casi pude jurar que eran buenos amigos. 

—¿Y eso por qué? ¿Piensas que recibo alguna clase de preferencia?  

—Lo decía por el país. ¿Ambos son ingleses verdad?—Ryuzaki guardó silencio como si dudara para contestarme, luego de unos segundos finalmente negó. 

—Sólo he vivido acá un par de años. A todo esto, si es la primera vez que sales de Italia... 

—¿Cómo supiste que era Italiana? 

—Por tu apellido, Argento... me suena un poco familiar. 

—¿Has estado en Italia? 

—No pero me gustaría viajar allá algún día. Contéstame algo, ¿por qué no enviaron a alguien de aquí por parte de CoverJ, era necesario traerte de otro país? 

—Bueno, CoverJ es una empresa gringa que ha intentado expandirse poco a poco, hasta ahora todo progresa a buen ritmo y por lo mismo hemos logrado alcanzar Europa, sin embargo como sabrás no nos dedicamos a un trabajo muy solicitado, las personas normalmente no abandonan sus hogares por largos periodos de tiempo y por lo tanto no buscan a nadie en especial para cuidar de ellos ni de sus gastos durante la ausencia, en todo caso prefieren dejarlo en manos de familiares. Aquellos que solicitan a CoverJ suelen ser empresarios de alto rango. En resumen, el señor Waste no tuvo otra opción debido a que sólo tenemos una sede en Europa y es la de mi país—¿En qué momento me conseguí un trabajo tan raro? 

—Pero tengo entendido que la misma empresa tiene otras dedicaciones. Actualmente la seguridad privada es muy común, no solo para grandes empresarios. Charles Waste pudo contratar a cualquier compañía aquí en Inglaterra.  

Me dejó con cara de póker, era muy listo. Ryuzaki había mencionado algo sobre una empresa independiente pero no podía existir alguna en la que el gobierno no metiera narices y mucho menos cuando se trata de territorio. Todo eso de la legalidad en la que me involucraba era lo que me hacía dudar de todo. 

—Eso no podemos cuestionarlo. Probablemente no quería exponer sus asuntos a la ligera y le parecimos una buena opción. 

—Probablemente—dijo para después dar un ligero sorbo a su bebida. 

—Si bebes demasiado café te será imposible conciliar el sueño—comenté con la completa intención de alivianar la charla. 

—En lo absoluto, el café me mantiene en mis cinco sentidos. Podría decir que es la mejor bebida que existe.  

Quedó claro, ama el café. Debe ser un amante de la comida chatarra en general. 

—Aparte de reservado ¿qué más conoces de Waste? 

—¿Reservado? 

—Por supuesto que sí, dime qué persona que no sea reservada vive completamente sola en una mansión como esta, lejos de su familia en un condado tan pequeño como lo es Durham. 

—Él tendrá sus razones. En cuanto a la casa, no es cualquier mansión, deberías saber sobre los hechos que ocurrieron aquí—ese último y sospechoso comentario provocó que levantara una ceja con curiosidad. 

—Asesinatos—susurró con lentitud.—En este lugar no es extraño escuchar personas deambulando por los pasillos a altas horas de la noche, en busca de alguien que pueda ayudarlos. 

Palidecí más rápido de lo que había pronunciado la última palabra. Sabía que era un error aceptar la propuesta de mi jefe. Estúpido jefe, estúpido Ryuzaki, estúpido miedo. Ahora no podía hacer nada más que esperar el transcurso de los meses para que pudiera irme a casa. 

Algo frío sobre mi frente me hizo reaccionar de forma repentina. 

—¡Estás frío! 

—Sólo era una broma, lo siento. No creí que te asustaran ese tipo de cosas, ¿crees que sea posible? Me refiero a la vida después de la muerte. 

¡Lo mataría! Sólo se estaba burlando de lo crédula que yo era. 

—¡Para nada!—levanté un poco la voz.—En ningún momento lo creí. 

—Sí, tienes razón—aquello en sus ojos... ¿era tristeza? 

—Es tarde Argento. Tenemos trabajo que hacer así que será mejor que vayas a descansar por ahora. Mañana temprano te daré los documentos que te corresponden para que puedas organizarlos y si tienes más preguntas podré escucharlas después—introduciendo las manos en los bolsillos de su pantalón y con aquella peculiar cautela Ryuzaki se fue sin decir nada más. 

No hay necesidad de encariñarse. (Death Note: L x lectora).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora