capítulo 1 vida renovada.

828 41 0
                                    

"Oye, ¿sigues vivo?" - picando levemente el cuerpo de la criatura con apariencia reptiliana.

El grito de la criatura hizo que el chico pelicastaño se retirara con rapidez. "Vaya, qué mal humor." Hizo que múltiples estacas salieran del suelo para dejar inmóvil a la criatura. "Vaya, vaya, ¿quieres arrancarme la cabeza, verdad?"

"Suelta a Elementor."

"Qué trágico que tu inteligencia fuera reprimida." Chasqueó los dedos para que Elementor brillara de color blanco. "Te he dado la capacidad de razonamiento de un humano promedio. Quiero comunicarme más fácilmente y no estar traduciendo tus gruñidos." Elementor intentaría transformarse en su forma de viento para poder liberarse. "No soy tan tonto como para dejarte con tus transformaciones." Sentándose en su gran trono. "Te saqué de tu mundo porque quiero enviarte a otro. ¿Qué te parece?" La mirada tan calmada del chico irritó a la criatura.

"¿Qué eres?"

"Eso tendrás que descubrirlo tú."

En otro lugar, un viejo guerrero estaba muy asustado cuando en su espada se escribió: "Te espero en el árbol de manzanas junto a tu granja". "Ya estoy aquí."

Saliendo detrás del árbol, el chico pelicastaño le sonrió al hombre. "¿Cómo estás, viejo?" Fue atravesado por la espada. "Vamos, ya has intentado esto. Deberías invitarme a una cita antes de apuñalarme." Detrás del viejo caballero apareció otro pelicastaño. "Vengo a cobrar el favor que me pediste."

"¿Qué quieres?"

"Quiero que le entregues esto a una sacerdotisa que se registrará hoy en tu gremio", dijo, entregándole un pergamino de apariencia extraña.

"¿Solo eso? Pensé que pedirías algo más que eso".

"A veces las simples acciones pueden provocar grandes cambios, ya sean buenos o malos", respondió el pelicastaño empalado en el árbol. "¿Qué dices?".

"¿Qué pasa si me niego?".

"Te quitaría lo que me pediste", sonrió felizmente. "Digo, no me gustaría arrancarle el corazón a tu hija. Aún recuerdo cómo te comunicaste conmigo y interrumpiste mi película, pero no te eliminé de la existencia porque estaba interesado en lo que me pedías. Un deseo tan noble: 'Por favor, salva a mi hija de esta terrible enfermedad'".

"Cumpliré con tu petición", dijo, tomando el pergamino con sus manos y comenzando a ir en dirección a su gremio.

De vuelta en la dimensión del chico, este estaría reteniendo a Elementor hasta que su plan comenzara. "Vaya, parece que ya es tu hora", se despidió alegremente y todo se volvió blanco para la criatura.

En una cueva oscura, la sacerdotisa estaba muy asustada al ver cómo uno de sus compañeros era asesinado por los goblins. "No", murmuró, notando que en su bolsa el pergamino comenzaba a brillar. "Esto es culpa mía". El pergamino pronto se abriría, dejando que múltiples tatuajes se apoderaran de su cuerpo.

La guerrera y la maga herida estaban preocupadas por la niña, que comenzó a gritar salvajemente como si le estuvieran vertiendo metal líquido en la piel.

"Que los elementos se congreguen en este lugar, que la oscuridad se disipe ante la luz, que el viento sople y la tierra tiemble. Invoco a la bestia de la destrucción, al guardián de la fatalidad, al terror que acecha en las sombras", resonó su voz con un tono profundo y sobrenatural, mientras sus palabras se mezclaban con el viento que soplaba a su alrededor, creando un ambiente ominoso y cargado de energía.

"Que aquellos que osan desafiarme sientan el frío del invierno en sus huesos, el ardor del fuego en su piel, la fuerza del trueno en sus entrañas y el peso de la tierra sobre sus almas", continuó, su voz resonando con autoridad y poder. Los goblins que los atacaban comenzaron a retroceder instintivamente, sintiendo el miedo y la incertidumbre crecer en sus corazones ante el aura intimidante que emanaba de su conjuro.

el máximo depredador (elementos en goblin Salayer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora