capítulo 7 el dragón del albaz.

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"¿Qué haces aquí, Goblin Slayer-san?" La joven sacerdotisa se sentó junto a Goblin Slayer. "Normalmente no vienes a la iglesia."

"Tienes tiempo para hablar", respondió Goblin Slayer con seriedad.

El tono serio de Goblin Slayer hizo que la sacerdotisa entendiera que esta era una situación seria. "Podemos hablar en el granero, por ahora estoy limpiamos las estatuas", sugirió la sacerdotisa.

"Te estaré esperando", dijo Goblin Slayer, aceptando la propuesta.

"¿Quién es el joven, sacerdotisa?" preguntó la hermana superior.

"Él es mi compañero de aventuras, hermana superior", respondió la sacerdotisa.

La hermana superior se mostraba algo preocupada. "Espero que no le pase nada", comentó.

"¿Cómo supo que estaba preocupada, hermana superior?" preguntó la sacerdotisa.

"La Madre Tierra me dio la habilidad de ver a través de materiales como el metal", explicó la hermana superior mientras acariciaba el cabello rubio de la joven. "La Madre Tierra nos otorgó habilidades específicas para una misión."

"¿Una misión?" preguntó la sacerdotisa con curiosidad.

"Tal vez algún día descubras por qué la Madre Tierra te trajo aquí. Puedes excusarte hoy de tus tareas", dijo la hermana superior.

"¡Oh, muchas gracias, hermana superior!" exclamó la sacerdotisa, dejando sus herramientas de limpieza en el suelo antes de dirigirse a encontrarse con Goblin Slayer.

"Qué niña tan enérgica", comentó la hermana superior mientras miraba una de las columnas. "Puedes salir, Dino-san."

"¿Nunca podré engañar tu vista?" Dino salió con una sonrisa pícara.

"Mis ojos fueron dados por la Madre Tierra. Es normal que no puedas esconderte de su vista", respondió la hermana superior.

"Lo que digas, hermana superior."

"¿Y qué es lo que requiere la criatura que desafía la lógica?" preguntó la hermana superior.

"Solo quería ver qué están haciendo. Hace mucho que no paso por aquí", respondió Dino.

"Que tengas un buen día", deseó la hermana superior.

"Tú también", respondió Dino antes de desaparecer entre las paredes.

"Espero que no vaya a destruir algo", murmuró la hermana superior para sí misma. Ella era una de las pocas personas que conocían la verdadera identidad de ese chico. "Seguro que no se ha limpiado los zapatos", añadió mientras tomaba las herramientas de limpieza de la sacerdotisa para limpiar cualquier suciedad que haya dejado. De repente, notó una bolsa llena de monedas de oro con una nota al lado.

"Espero que esto baste por ensuciar tu piso. - Carta de Dino", leyó la hermana superior con una leve sonrisa. "Eres realmente un tonto, Dino", murmuró la monja mientras continuaba limpiando.

Mientras tanto, en el granero, Goblin Slayer miraba con cierta curiosidad los colmillos que Elementor había dejado en la mesa. "Interesante."

"¿Qué hace, Goblin Slayer-san?", preguntó la sacerdotisa.

"Estaba viendo los colmillos de Elementor", respondió Goblin Slayer.

"Si quieres, puedes llevártelos. Realmente siempre muda su dentadura y tenemos muchas aquí. Sirven mucho para arar la tierra", ofreció la sacerdotisa.

"¿Dónde está Elementor?", preguntó Goblin Slayer.

"Se le hizo interesante unas ruinas un poco lejos de aquí y quiso explorarlas", explicó la sacerdotisa.

el máximo depredador (elementos en goblin Salayer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora