capítulo 8 catacumbas.

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"¡Esto es asombroso!" exclamó el chamán lagarto, sintiéndose realizado. "Volar sobre un dios dragón... ¡no soy digno de estar encima de un dios dragón, es un honor tan grande!".

"No te muevas tanto", advirtió elfa, conteniendo el vómito.

"Elfa, si te atreves a vomitar en mis escamas, te dejaré caer. Prepárense para el aterrizaje", advirtió Albaz, reduciendo la velocidad para aterrizar en un gran claro, donde asustó a las criaturas cercanas. "Ya llegamos", anunció, sintiendo algo viscoso en sus escamas vertebrales. "¿Vomitó, no es así?".

"Lo siento, no pude aguantar", se disculpó elfa.

"Tienes suerte de estar en el suelo", dijo Albaz, girando su cuello para lanzar una pequeña ráfaga de fuego hacia su espalda.

"Vuelve a tu forma humana, Albaz. No quiero que los ciudadanos se asusten por tu forma de dragón", indicó Goblin Slayer. El gran dragón volvió a su forma humana. "Continuemos".

Dentro de la ciudad, todos estaban emocionados de ver la estructura, pero tanto Albaz como Elementor se concentraban en los olores del entorno. "Lo has podido sentir, ¿no es así, dragón?" preguntó Elementor.

"Estos goblins son algo diferentes a los que conozco", comentó Albaz.

"¿De qué hablas, Albaz?" preguntó la luchadora, confundida.

"Los goblins que conocí no solían atacar ciudades o a otras especies. Debe ser la corrupción que Aluber trajo a esta tierra", explicó Albaz.

"¿Cómo eran los goblins antes, joven Albaz?" preguntó el chamán lagarto.

"Hace muchos años, cuando estaba pasando por la adolescencia de mi primera vida, me encontré con dos goblins buscando comida. Realmente se veían como seres humanos de color verde, sin ninguna verruga o malformación. Creo que eso cambió cuando Aluber comenzó a tomar el control de la magia", recordó Albaz.

"Es difícil de creer, chico", comentó la luchadora, desviando la mirada. "No acepto que esos monstruos puedan tener sentimientos".

"Una de mis esposas fue una goblin, ¿saben?", reveló Albaz.

"¿Qué?" exclamaron todos, con los ojos abiertos de par en par, sorprendidos por la revelación. Nunca habían visto a una goblin hembra, pero tampoco querían imaginarlo.

"Bueno, es lo que recuerdo de una de mis vidas pasadas", explicó Albaz.

"Habla, dragón", la maga mostró interés en lo que el chico tenía que decir.

"Se podría decir que soy como un fénix. Cada cierto tiempo renazco, pero se mantienen mi personalidad y habilidades útiles de mis antiguas vidas. Casi no recuerdo mucho de esos tiempos, pero sé que los goblins que conocí no eran malas personas", detalló Albaz.

"Los goblins no son personas", intervino Goblin Slayer, poniendo fin a la conversación que no estaba llevando a ningún lado. "Continuemos; el arzobispo debe estar esperándonos".

"¿Por qué parece más enojado?" preguntó Albaz.

"Para él, los goblins son una forma de vida abominable, joven Albaz", explicó el chamán lagarto.

"Decirle que las cosas que siempre mata tuvieron sentimientos debe ser un golpe duro", reflexionó la luchadora, moviendo sus dedos para evitar que se entumecieran. "De todos modos, dejemos esto para otro día; vayamos al templo".

Elementor comenzó a olfatear más intensamente. "Esto es extraño".

"¿Qué pasa, Elementor-san?" preguntó la sacerdotisa.

el máximo depredador (elementos en goblin Salayer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora