Dark Queen

Capítulo 5

Precaución: esta historia puede contener: suicidio, violación, homicidio, Satanismo, prostitución, acoso, pedofilia y canibalismo. Lee bajo tu propio riesgo, esta historia podría calificarse para mayores de 25 años así que decide bien si quieres leer.

Título: Enemigo

"Gasolina y encendedor, eso necesitas para deshacerte de algo que te estorba, de algo que te molesta, prender fuego las cosas, hacer que ardan, que no quede nada de ellas, que simplemente desaparezcan y no vuelvan, quizás eso no funcione, por que hay cosas que tarde o temprano no vuelven incluso si vienen en manera diferente, pero, si tienes la oportunidad de quemar las cosas solo para olvidarlas, ¿lo harías?, ¿estás tan desesperado como para tratar de eliminar algo de tu vida?, ¿por qué o por quien lo harías?, ¿qué es eso que necesitas olvidar?, ¿por qué lo quieres olvidar?, ¿necesitas olvidar o simplemente te duele el recordar?, la respuesta ya te la dí, simplemente tienes que prestar atención a mis palabras, todos necesitamos quemar lo que nos duele o nos daña, lo que nos estorba o lo que simplemente, nos expone, esta vez, no será así.

Rusia, 1990

Allí está ella, atada en una silla, inconsciente y con algunos golpes en su rostro, bastante visibles, su cabeza gacha y su cuerpo relajado a pesar de la incómoda posición, está rodeada por algunas personas, entre una de ellas, un hombre, el que pidió que la trajeran aquí, el que quiere matarla pero primero piensa en torturarla, está sentado en un pequeño sofá frente a ella, fuma un cigarro mientras la mira y sus penetrantes ojos marrones tienen una expresión de odio que hace juego con su postura amenazante, una vez la chica empieza a despertar el se reclina en el sofá y sonríe con ironía cuando ella dirige sus hermosos ojos hasta el.

— vaya vaya, con que tu eres Nancy Kim — la chica frunce el entrecejo y se remueve soltando un quejido por el dolor.

N:— la misma, ¿a quien tengo el placer de conocer? — dice mirándolo con sarcasmo.

— no es importante — cala su cigarro mirándola.

N:— claro que lo es, me tienes aquí por algo, debo al menos saber tu nombre.

— no te lo diré — ella alza una ceja divertida.

N:— no necesitas decirlo, Santiago — el se incorpora mirándola con sorpresa.

S:— ¿como lo sabes?

N:— yo lo sé todo, incluso antes de que me lo digas se por qué me tienes aquí — el se levanta y se acerca a ella.

S:— entonces sabes que estás aquí no específicamente para recibir un buen trato.

N:— puedo incluso saber que quieres apagar ese cigarro con mi cara — dice mirando el cigarro.

S:— vaya, ¿soy tan predecible? — acerca el cigarro a la clavícula de la chica y presiona este contra su piel haciendo que ella se queje de dolor, el sonríe con suficiencia al verla y la chica deja de gritar empezando a reír.

N:— demasiado predecible Santiago — el la mira atónito mientras ella sigue riendo.

S:— no te dolió — afirma sorprendido mientras ella se burla de el con la mirada.