☾apítulo 21

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No vi a Levi en toda la semana, ahora había entrado a la banda de manera oficial y Embry se lo llevaba a ensayar, aún le daba terror, pero había perdido el miedo y me hacía sentir orgullosa porque realmente se veía su esfuerzo por querer cantar, algo que a él realmente le gustaba. Levi me había pedido que por favor no lo fuese a ver, porque creía que lo hacía mal y quería mejorar para darme un buen concierto. La gente comenzaba a quererlos en serio, tenían fans y Levi se asustaba cuando alguien quería tocarlo o alagarlo, Embry siempre estaba ahí para cuidar de él, nunca le cuestionó que tanto le asustada o porque las personas extrañas le daban pavor, simplemente asistía a su ayuda y lo salvaba, los demás disfrutaban la atención que les daban y se habían vuelto realmente populares y amados por todo el barrio, hasta Levi que siempre fue señalado como el raro, comenzaba a tener fans.

Claramente el único que seguía sin amarlo sería Gabriel y su pandilla.

Esa noche habría un espectáculo de fuegos artificiales en la playa, todos absolutamente en el barrio irían. Era una noche especial para Plutón y nunca nadie podía darse el lujo de faltar. Quise hacer una excepción por esa noche y me puse linda porque me encontraría con Embry, aunque sabía que también estaría Levi.

Me coloqué una falda, aunque odiaba las faldas con mi vida, y me coloqué mis tenis con mi habitual chaqueta de mezclilla por el frío que haría, tomé mi bici y conduje hasta la playa.

Me bajé y me dirigí a la arena, ahí vi a Nora hablando con sus amigas, Levi estaba ahí y parecía aburrido. Llegué hasta ellos y los saludé.

—¿Ha llegado Embry? —pregunté por él.

Levi alzó el rostro al escucharme y abrió su boca al ver lo que llevaba, se relamió sus labios e hizo el esfuerzo por dejar de mirarme, pero se le hizo imposible, lo ignoré y saludé a Wendy.

—¿Sabes algo de Embry?

Negó.

—¿Pero qué te has puesto? ¡Me das envidia!

—Te ves hermosa, de verdad —opinó Taylor.

Arrugué la cara, lo último que quería elogios.

Los amigos de Embry llegaron y no lo vi junto ellos.

—¿Dónde está Embry? —les pregunté, alarmándome.

—No lo hemos visto...

—¿Cómo?

—Simplemente se fue sin decir adonde. Creímos que ya estaría aquí.

¿Dónde se había metido? Él jamás se había perdido una noche de fuego artificiales, y prometió que estaría allí...

—Ya llegará —me tranquilizó Hermilo.

Gabriel llegó y empujó a Nora lejos de Levi.

—Has andado muy resguardado ¿eh? Rarito... —comenzó a molestarlo.

—Déjalo —lo defendió Nora.

—No te metas, estúpida. Tu noviecito me golpeó por defender a esta fenómeno —me señaló—. ¿Quieres que lo olvide? Si no lo he golpeado es porqué sigue aquí estorbando.

—¿Cómo que defendiéndola? —saltó ella y lo miró molesta y después a mí—. Topanga ¿algo que explicar? —cuestiono celosa.

—Nada, Gabriel exagera las cosas —señalé de mal humor mientras me encendía un cigarrillo.

—¿Así que no lo saben? —se burló Gabriel—. Él la defendió y me golpeó —dijo en lo alto.

—Un golpe bien merecido, probablemente —saltó a decir Hermilo.

LA LUNA TAMBIÉN LLORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora