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❝Te espero cuando miremos al cielo de noche: Tú allá, yo aquí.❞

—Mafalda.

A estas alturas a la mayoría de las miembros de la asociación de mujeres Shinigami se habían resignado a siempre tener que buscar maneras —algunas muy locas y rebuscadas— para recaudar fondos porque su pequeña presidenta se había metido en un lío o ella o Matsumoto lo habían despilfarrado en alguna tontería, ganándose un buen reproche y una mirada aterradora de parte de Nanao. Aunque fuese increíble y hasta injusto decirlo, tanto la pequeña como la mujer rubia compadecían al capitán Kyoraku que tenía que tratar con su "despiadada" teniente.

Con esas quejas, la mayoría de las veces el resto de la asociación de mujeres Shinigami sólo observaban con un goterón en la nuca y las dejaban creer lo que quisiesen.

Esta ocasión... Para desgracia de la mayoría de las presentes esta ocasión no era diferente, puesto que una estresada Nanao les estaba explicando, con una mezcla de resignación e irritación en su voz que la Asociación de mujeres Shinigami estaba apretada de gastos de nuevo y que necesitaban aportes para recaudar fondos otra vez.

Casi todas dieron algunos aportes desde los más simples hasta los que eran sencillamente descabelladas: la atrevida Matsumoto consideró repetir lo que habían hecho hace tiempo y tomar fotos de desnudo de los capitanes y otras personas, pero esta idea fue negada de manera frenética por Soi Fong al recordar el castigo al que la había sometido Yoruichi cuando intentó conseguir dichas fotos —¿Qué había sucedido? Jamás lo sabrían y Soi Fong y Kiyone se negaban rotundamente a mencionar una palabra al respecto—, Isane y Nemu no tardaron en seguir a la capitana —en medio de la inexpresividad de la teniente del doceavo escuadrón— con su propia negativa, puesto que no deseaban tener otro desagradable encuentro con el capitán Kuchiki.

Después de Matsumoto habló Momo —quien aún seguía algo delicada por las heridas que recibió en la batalla de Karakura—, ella propuso un concurso de arte u otras manualidades, idea que apoyó Rukia sin dudarlo. Pero las Shinigamis lo negaron afirmando que ellas tendrían que costear todos o sino gran parte de los materiales y eso resultaría más en pérdida que ganancia —además todas tenían claro que Momo ganaría—, Kiyone planteó la idea de un concurso de cocina pero fue negada por una nerviosa Isane —debido a la extraña asociación entre el pescado y sus pesadillas—. Justo cuando empezaban a quedarse sin opciones y Nanao amenazaba con sufrir un colapso por la desesperación Unohana propuso algo bastante trillado, pero sencillo y con lo que todas estuvieron de acuerdo.

Una venta de postres...

Fue pura suerte el hecho de que casi todas supiesen hacer alguna clase de postre y se ofreciesen a prepararlo masivamente para vender; asimismo fue una sorpresa que Soi Fong hubiese dicho que podía preparar donas para venderlas en cajas. Nadie quiso preguntarle cómo y por qué había aprendido a hornear esa clase de dulces —considerando que ella misma casi nunca comía dulce— porque no quisieron parecer demasiado entrometidas, pero estaban tan desesperadas que aceptaron todas las ofertas sin dudarlo.

♡◦◦≫ᑭEᗩᑕᕼ≪◦◦♡ YOᖇᑌᔕOIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora