ᗯᗩᐯEᔕ

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Fαʅʅ αʂʅҽҽρ ιɳ ɱყ ʅαρ

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❝Algunas veces abrirás tu ventana sólo por placer, y tus amigos quedarán asombrados de verte reír mirando al cielo.❞

—El principito.

Decir solamente que estaba lloviendo sería ser muy suave. Lo que se desataba ahí afuera era una verdadera tormenta eléctrica. Con truenos que incluso daban la impresión de querer hacer temblar las calles y encendían las alarmas de los autos, relámpagos que por momentos parecían rasgar el cielo y lluvia que caía con tanta fuerza que se oía en todas las ventanas. sumado al viento que parecía amenazar con tumbar algunos árboles. Todo aquello hacía casi imposible salir de casa a no ser que se tratase de alguna situación desesperada. Cosa que tenía muy de malhumor a Yoruichi.

Debido a que la tormenta había estropeado los planes que tenía con Soi Fong de ir a un cine al aire libre cerca de allí. No sólo los suyos sino los planes de otro montón de parejas que seguramente también habían reservado en ese cine.

De cualquier forma, Soi Fong en esos momentos se observaba a su novia que permanecía sentada, de brazos y piernas cruzados y siempre mirando por la ventana la tormenta que se desarrollaba. Por un lado a la capitana le resultaba tierna la cara de molestia que Yoruichi había tenido por todo ese rato, similar a la de una niña a la que le han negado una muñeca nueva. Pero por otro lado comprendía de cierta medida la frustración de su morena, puesto que ella misma le había comentado que deseaba que experimentasen cosas nuevas juntas aprovechando los días que Soi Fong podía ir al mundo de los vivos. Que acumulasen todos los recuerdos bonitos que pudiesen alegando que habían perdido demasiados recuerdos en el pasado y esa intención casi inocente, así como el hecho de que estuviese tan molesta por la interrupción de ese plan también enternecía de sobremanera a la chica de cabello negro.

Con una débil sonrisa Soi Fong caminó en silencio a donde Yoruichi estaba, prácticamente haciendo pucheros, se posicionó de rodillas detrás de Yoruichi y después la abrazó por detrás. Yoruichi se sobresaltó por un momento puesto que no la había sentido llegar, pero casi al instante se relajó al darse cuenta de que era Soi Fong.

—¿Sigues mal por la tormenta? —preguntó Soi Fong en voz baja.
—¿Cómo no? —espetó Yoruichi en respuesta— Pasará una semana más para que ese cine esté disponible de nuevo y quién sabe cuándo podrás volver.

La sonrisa de la capitana se dulcificó.

—Que no podamos salir no significa que se haya perdido todo —susurró— ¿Qué se te ocurre para pasar el rato aquí? —ambas mujeres cruzaron miradas y Yoruichi hizo una mueca.
—Nada que no hayamos hecho antes o... —de un momento para otro la morena se quedó callada, parecía pensar en algo. Soi Fong la miró con curiosidad aún abrazando sus hombros. Hasta que de un momento a otro la de cabellos violetas sonrió y chasqueó los dedos— ¡Ya sé! —se soltó del abrazo de Soi Fong, que la miraba ahora confundida— Quédate aquí.

Dicho esto Yoruichi se levantó de su lugar y corrió hasta su habitación, para después cerrar la puerta. Soi Fong se quedó en el mismo lugar esperando a su novia, preguntándose qué había sido lo que planeaba en ese momento. Aunque le alegraba que Yoruichi estuviese un poco más animada como siempre solía estarlo. Al cabo de un rato la morena llamó a Soi Fong desde su habitación y entreabrió la puerta. La comandante se levantó y caminó lentamente hasta el cuarto, y luego de prepararse mentalmente para lo que sea que se fuese a encontrar abrió la puerta de par en par.

En lugar de encontrarse algo extraño o incluso pervertido, Soi Fong sintió que la calidez le llenaba el estómago y pecho al darse cuenta de que la habitación estaba tenía varias luces de navidad colocadas de manera improvisada por el closet y las repisas. El futón de la morena estaba puesto perfectamente, pero estaba adornado con cojines suaves en colores pastel y una calentita manta gris puesta. Junto al futón estaba la canasta que Yoruichi había preparado en la mañana llena de dulces, bebidas y snacks hechos en su mayoría por Tessai —Yoruichi dejó de lado las galletas y papas fritas debido a que a Soi Fong le desagradaban. Gracias a Omaeda— y finalmente, al frente del futón estaba puesta la computadora portátil de Kisuke. Sentada en el suelo Yoruichi observaba a su novia con una expresión triunfante en su rostro.

—¿Y esto? —fue lo primero que le preguntó Soi Fong.
—No podemos ir al cine así que tendremos nuestra noche de películas aquí —contestó alegremente la Shihoin—. Como tú dijiste. Que no hayamos salido no significa que no podamos tener nuestra cita.

El evidente esfuerzo que había mostrado Yoruichi sólo por pasar un rato con ella fue suficiente para que Soi Fong sintiese calidez en todo su cuerpo, tanta que sus mejillas se ruborizaron y las ganas de atacar a besos a la morena fue incontenible. Soi Fong gateó a donde se encontraba Yoruichi, le tomó el rostro con ambas manos y empezó a besarle todo el rostro, mientras esta se reía y aceptaba el cariño. Incluso aprovechó para abrazarla.

Después de eso apagaron las luces excepto las lucecitas en las repisas, se recostaron en el futón y pusieron la primera película en la computadora, una de terror. No era exactamente aterradora para ninguna de las dos, menos aún considerando que ambas habían estado al borde de la muerte en más de una ocasión. Pero habían varias ocasiones en las que una fingía sobresaltarse sólo para estrechar un poco más el cuerpo de la otra, y esta fingía que no sabía que era mentira sólo para seguir disfrutando el abrazo de la contraria.

La siguiente película era un drama de crimen, que las enganchó mucho más a decir verdad. Estando Soi Fong sentada en el futón con la espalda contra la pared y Yoruichi recostada, con la cabeza en el regazo de la capitana, ambas veían en silencio como las intrigas y las peleas en la película se hacían cada vez más intensas y fuertes. Aunque de vez en cuando rompían el silencio para comentar algo acerca de la película o compartirle a la otra sus teorías. Ya se habían acabado algunos dulces de la canasta y dos vasos de refresco estaban ya vacíos junto a ellas.

Al cabo de un rato, casi al final de la película. Soi Fong bajó la vista a ver a su novia que había estado demasiado callada por un tiempo. Y se dio cuenta de que la morena estaba dormida, pero completamente dormida. Se acordó de que cuando llegó Urahara le había dicho que Yoruichi no había dormido muy bien por haber estado preparando su cita al cine, y por eso no le sorprendió.

La capitana esbozó una sonrisa en parte cariñosa, en parte nostálgica por lo familiar que le resultaba esta escena. Y sin decir una palabra acarició con su mano el largo cabello violeta de Yoruichi.

No le prestó atención a la siguiente película.

♡◦◦≫ᑭEᗩᑕᕼ≪◦◦♡ YOᖇᑌᔕOIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora