once

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La cesaría ya había comenzado. Jisung no podía evitar estar asustado, todo esto lo que estaba pasando era extraño. Alguien saliendo de su estómago, nunca se le hubiera pasado por la mente, aún así anhelaba ese momento. Habían pasado los minutos, Jisung no supo cuántos, la verdad no estaba pendiente al tiempo.

—Aquí está su pequeña — una de las enfermeras le pasa a la pequeña Ryung y de inmediato el menor comienza a llorar por culpa de aquellos sentimientos encontrados.

—Mi pequeña — este habla en un susurro para luego besar la pequeña frente de su hija sin importar ensuciar sus labios — Tu papá estará muy feliz al verte — minutos después la enfermera vuelve a cargar a la pequeña y la lleva a la zona de limpieza. Luego de eso proceden a terminar la secaría y llevar al menor a la sala de recuperación.

—¿Crees que será linda?—Le preguntó Chris a Minho. El susodicho lo observo con la indignación notándose en cada poro de su cuerpo.

—¿Cómo te atreves a preguntar eso siquiera? Mi pequeña será hermosa, la chica más preciosa de todo el lugar.—Le dijo, con firmeza.

Chris ríe un poco por la determinación en las palabras de su mejor amigo, e iba a contestar aquello, pero una enfermera ingresó en aquella sala de espera, interrumpiendo su conversación.

—Su majestad, disculpe.— Se excusó, Minho hizo un ademán para restar importancia, Luego de eso la chica prosiguió: —Ya puede pasar a la habitación, la princesa y el príncipe lo esperan.

El príncipe asintió emocionado por ver a su pequeña, y en menos de un minuto ya se encontraba dentro de aquella pequeña alcoba de hospital, mirando fijamente a Jisung sobre la cama y Ryung en sus brazos. Esa dulce escena le fue suficiente para soltar algunas lágrimas de alegría.

Se acercó a la cama y los observó más de cerca, sonriendo sin parar. Jisung volteó a mirarle con los ojos llorosos, mientras que la pequeña recién nacida chupaba sus manitas.

El pelinegro le tendió la bebé a su padre, y éste la tomó con rapidez y delicadeza, cuidando cada pequeño movimiento que pudiese lastimarla.

—Hola preciosa Ryung —Le susurró.—Te habla papá, Minho. ¿Qué tal estás, bebita?

—Menos mal ya yo tengo esa panzota — Jisung murmura para si mismo.

Ryung luego de eso comenzó a llorar, y al no saber qué hacer Minho la devolvió a los brazos de su prometido, La pequeña se calló luego de unos minutos, debido a los cariños que le estaba proporcionando el menor.

Ante una escena tan tierna se vio en la necesidad de tomar una fotografía de su, ahora, familia. Colocando ésta de fondo en su móvil. Cuando regresó la mirada al pelinegro y la bebé, ambos lo miraban a él. Así que les sonrió sin más, y seguido a eso pronunció:

—Los amo.

— Es muy linda… se parece mucho a tí — el menor habla con una pequeña sonrisa.

—Es tan hermosa como ambos, Hannie.—Le responde.

Minutos después la familia de los chicos entra en la habitación, todos extremadamente conmovidos por la escena que proyectan. Chris es el primero en acercarse a Ryung, pero aquel contacto no dura mucho, ya que prefiere ahogar su llanto en el hombro del rubio. Haciendo que el antes nombrado ría un poco por su comportamiento.

Quién pensaría que Chris, jefe de seguridad del castillo, y quizá el hombre mejor preparado en defensa personal, llora a mares por el nacimiento de su pequeña sobrina.

El menor solo observa la dulce escena frente a él, le daba mucha ternura ver aquella situación.

—Es tan preciosa.—Habló el rey, con una sonrisa.

Dulce amor | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora