trece

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Al día siguiente el dolor en el cuerpo de Jisung lo estaba matando. La joven pareja había pasado toda la noche teniendo sexo sin descansar un solo momento.

-Esto es jodidamente doloroso - el menor se queda en silencio por unos instantes - ¡Oye Minho! - lo despierta - ¿Cómo mierda Chris sabe que te gusta la lencería?

-¿Eh?-Le dijo, y se acomodó un poco, dando la espalda al pelinegro. -Déjame dormir.

-¡Respondeme!

Se dio la vuelta sabiendo que si no respondía a su pregunta el pelinegro no lo dejaría conciliar el sueño.

-Eh, Chris lo consiguió un día que quiso tomar ropa prestada de mi armario.-Le dijo, bastante calmado.

- ¿Que? - pregunta incrédulo - ¿Por qué tenías lencería en tu armario?

- ¿No me dejaras dormir? - bufa.

- No, hasta que me expliques todo. Y si no me dices te juro que no tendremos sexo hasta nuevo aviso.

-¿Qué tiene de malo el que tenga lencería? Lo compré por internet, me gusta verla y fue simple curiosidad, nada más.

El mayor tapó sus ojos esperando que aquella vaga respuesta fuera suficiente para calmar su inesperado enojo.

-Idiota - este se levanta para luego ir al baño y darse una ducha.

Minho ignora su comentario y trata de volver a dormir.

Al terminar de ducharse Jisung se coloco una pantaloneta y un suéter bastante largo, cuando iba arreglar su cabello tocaron a la puerta. Este rápidamente va abrir, encontrándose con su suegra junto con su hija en brazos.

-Hola, princesa - Jisung saluda a su hija y está sonríe un poco, inmediatamente el menor la carga.

- Se acabó la leche, así que vine a qué le dieras de comer.

-Está bien - sonríe para luego darle un pequeño beso a la menor en su cabello- ¿Se portó bien? ¿No les causó problemas?

- Si, no te preocupes no hubo ningún problema... Bueno me voy, recuerden bajar a desayunar - Jisung asiente y vuelve a entrar a la habitación.

Minho despertó horas más tardes debido al llanto de Ryung. Haciendo que este se acerque rápidamente a la pequeña recién nacida para saludarle.

-Hola princesa, ¿qué tal estás, eh?

Jisung había entrado a la habitación, estaba practicando un poco sus habilidades mágicas.

-Veo que ya despertaste - este se acerca hasta su prometido- Se me había olvidado decirte esto, pero... ya se hacer magia.

El mayor abrió los ojos sorprendido.

-¿Estás hablando en serio?-Preguntó, dejando a la bebé en su cuna, pues ya se encontraba más calmada.-Estoy muy orgulloso de ti, Hannie. ¿Qué poder tienes?

-No tengo idea de cuál sea pero, puedo sanar plantas.

- tal vez sea sanación - este apoyó la barbilla en la cabeza del menor - ¿Cuando lo hiciste por primera vez?

- Unos segundos antes de que comenzarán las contracciones.

-Oh, comprendo. Estoy ansioso porque me enseñes.-Murmuró, antes de dejar un beso en la frente del menor. Seguido a eso se separo un poco.-Iré a bañarme, ya vuelvo.

- E-Espera - este se acerca a él para darle un pequeño beso - A-Ahora si puedes ir a bañarte - dice avergonzado.

-Eres muy tierno cuando hablas así.-Le dijo, con una sonrisa antes de cerrar la puerta del baño. Desde allí dentro pudo escuchar como su prometido soltaba varios insultos hacia su parte.

Dulce amor | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora